A partir de estudios complementarios realizados en Buenos Aires al cuerpo de Carlos "Bocacha" Orellano --el joven hallado en el río Paraná dos días después de haber ido a bailar al boliche Ming, en La Fluvial, en febrero pasado--, la querella y la familia esperan que Fiscalía agrave la acusación a policías e impute al personal de seguridad del boliche. El abogado de la querella, Salvador Vera, indicó que el jueves pasado recibieron resultados de análisis que indican que "le pegaron en la cara, piernas, cuello, torax"; y habló de "asfixia". También indicó que los análisis de laboratorio no detectaron drogas en el cuerpo del chico y dieron cuenta de un nivel de alcohol en sangre de 0,2, "bajísimo, menos que lo tolerado para conducir", dijo sobre un dato que da por tierra con las versiones de los acusados acerca de que el joven cayó al río por el mal estado en el que se encontraba. "Se confirma todo lo que planteó la familia. El tema es que cada vez es más contundente la información y la Fiscalía no cambia el posicionamiento", lamentó Vera sobre los elementos que los llevan a rechazar la versión de un accidente. Desde la Fiscalía indicaron que "hasta no tener el informe final no se puede determinar la causa del fallecimiento". 

Cuando se está por cumplir un año del hecho y aunque restan informes sobre análisis de diatomeas, genética y ADN, desde la querella indicaron que el informe de laboratorio de forenses de la Corte nacional refuerza la teoría que vienen sosteniendo. "Se está por cumplir un año, el mes que viene, y la familia sigue esperando saber cómo murió su hijo. Lo hacen con mucha entereza, pero son momentos muy desgarradores", lamentó el abogado.

Los que llegaron el 7 de enero son exámenes físico-químico y citológico, radiología e histopatológico. Desde el Ministerio Público de la Acusación indicaron que "los informes deben ser interpretados por los médicos. Hasta no tener el informe final no puede determinarse la causa del fallecimiento"; y señalaron que "se envió todo el material al Instituto Médico Legal para análisis junto a resultado de autopsia y elaboración de informe. La interpretación médica de dichos informes será remitida al Fiscal interviniente", Patricio Saldutti. 

Al mismo tiempo, detallaron que "se está a la espera de los informes de genética y ADN (manchas entradas dentro del local) para determinar a quién pertenecen y de cuándo datan las mismas; e informe de diatomeas (que va a determinar si el cuerpo tiene o no sangre en la médula)". Con todos esos informes los autopistas van a realizar informe final", indicaron.

Para Vera, se trata de "información muy relevante" para la causa. Además dijo que el informe relacionado a los pulmones "da cuenta de rastros compatibles con asfixia" y consideró que "por las características, en cuanto a que los pulmones estaban secos, sería compatible con un ahorcamiento antibraqueal, y eso se va a poder confirmar cuando estén los estudios de diatomeas". 

En base a ello, consideró que la Fiscalía "tendría que avanzar en las imputaciones al personal de seguridad del boliche y en agravar la acusación de dos agentes policiales ya imputados" por falsedades y omisiones. En ese sentido, exigió que se investigue "toda la cadena de responsabilidades". "También estamos a la espera del resultado de muestras de manchas de sangre relevadas en el baño del lugar para analizar la situación del dueño del local", dijo. 

En diciembre, la acusación de los fiscales de las unidades de Homicidios y Violencia Institucional, Saldutti y Gonzalo Fernández Bussy, apuntaron a delitos cometidos durante la actuación de los uniformados luego del suceso. Gabriel Nicolossi y Carina Gómez son los agentes que ese 24 de febrero hacían adicionales en el boliche donde estuvo "Bocacha". Saldutti les atribuyó incumplimiento de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica agravada en relación a que "en horas de la madrugada, en su función de adicionales y al presenciar, en inmediaciones del lugar, la presunta caída de Orellano a las aguas del río, dieron aviso a la central 911 --aproximadamente a las 5.35-- y Prefectura, omitiendo informar una interacción entre ellos y personal de seguridad del boliche con Orellano", esa misma noche. Tampoco dieron aviso inmediato a Fiscalía. 

Además, "se retiraron sin documentar debidamente su actuación, lo que le impidió al personal de Prefectura ahondar en la información para las primeras acciones de búsqueda y rescate", expresa la acusación. También se les achacó "haber insertado en el acta declaraciones falsas al hacer constar que observaron 'detrás de las barandas de seguridad, una persona acostada sobre el suelo y que en un momento desaparece, como si hubiese caído al agua...'".

En tanto, Pablo Bagli y Brenda Leis, que se desempeñaban como comisario y sumariante de la seccional 2ª, fueron acusados por incumplimiento de deberes al "haber omitido cumplir en forma inmediata la orden de la fiscal Valeria Piazza Iglesias, quien ordenó recabar y secuestrar las cámaras de seguridad de la zona"; y por consignar "una fecha errónea" en ese pedido.