"Cuando llegó el momento que tenía que pasar, me pararon en la puerta, me pusieron muchas excusas y me tuvieron 20 minutos esperando", denunció la modelo y estudiante de Recursos Humanos tucumana, Sofía Elizabeth Ortiz Andrada.

La joven de 24 años había reservado un box junto a sus amigas en Bruto para disfrutar de un after, pero, al momento de ingresar al local bailable, personal de seguridad argumentó distintas excusas para no dejarla pasar. "No pude entrar. No me decían nada, me ignoraban. Mis amigas salieron y nos fuimos", denunció la modelo. 

Sofía se acercó en reiteradas oportunidades para pedir explicaciones, pero lo único que obtuvo fue una serie de argumentos irracionales que impedían que ingresara al local para disfrutar del día con sus amigas, quienes pudieron ingresar al lugar sin problemas.

"Es inexplicable el dolor que se siente que otra persona, porque tengas muchos kilos de más, no te deje ingresar a un lugar. Es súper ilógico", señaló Sofía, al tiempo que resaltó que "el derecho de admisión no es para alguien que tiene un cuerpo distinto".

Al tomar conocimiento del violento hecho, la delegación marplatense del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) se puso a disposición de la joven: "Rápidamente la contactamos para recibir su denuncia si lo deseaba, y ella relató lo vivido. Dijo que la hicieron pasar un momento horrible en el boliche playero llamado 'Bruto', donde la discriminaron por sobrepeso".

Y agregaron: "Sofía planteó que quiere denunciar lo sucedido en el INADI, y adelantó que cuando llegue a su provincia radicará la denuncia desde allá, agradeciendo ser contactada y asesorada en sus derechos".

Por otro lado, la joven contó que no recibió ninguna disculpa por parte del boliche Bruto: "Lo único que recibimos de ellos fue una tilde azul. Ellos hacen oídos sordos y no les importó, es más, me parece que lo toman como publicidad para el boliche".

"Nunca me había pasado. Tenía mucha bronca. Yo me di cuenta de que no me dejaban pasar por como era yo. Sentí una impotencia y me largué a llorar desconsoladamente", concluyó Sofía.