Con su llegada a Latinoamérica en 2009, el Dakar descubrió una geografía variada y con prestaciones ideales para uno de los desafíos deportivos más difíciles del mundo. Pero sobre todo descubrió una amplia oferta de pilotos capaces de dominar con soltura los vehículos sobre la arena, el ripio y la tierra. Año a año fue posible ver más nombres de la región sumándose a la disputa de los primeros puestos, principalmente a raíz de la contratación por parte de los equipos más importantes de motos y cuatriciclos. Si la década pasada fue de visibilidad y aprendizaje, en ésta, con epicentro en la lejana Arabia Saudita, asoma la consagración y el éxito de la avanzada regional: así lo demuestran los triunfos de Kevin Benavides en su quinta participación (su mejor resultado fue el 2° en 2018) y de Manuel Andújar en su cuarta (había sido 4° el año pasado). Un doblete argentino inédito en la historia del rally raid más importante del calendario, que se suma a la coronación del chileno Francisco “Chaleco” López en la categoría de buggies Side by side.

Como los Patronelli en quads en los Dakar disputados en esta parte del continente, los hermanos Benavides llegaron hasta Arabia con objetivos más ambiciosos que “dar la vuelta”, norte habitual de quienes se lanzan a la aventura sin el respaldo de una estructura de peso detrás. No era el caso de Kevin y Luciano, pilotos oficiales de Honda y Husqvarna, respectivamente. El tercer mosquetero argentino fue Franco Caimi con Yamaha, quien debió abandonar en la sexta etapa cuando marchaba 16° en la general. Más lejos llegó Luciano, accidentado –y luego hospitalizado– durante el noveno día junto al australiano Toby Price, ganador en 2016 y 2019. Aquella jornada fue dominada por su hermano, que de esa manera se ubicó en el segundo lugar, a 11 minutos y medio del chileno Ignacio Cornejo, también con Honda, y con tres etapas por delante. El guión del Dakar 2021 presentaría su último giro narrativo al día siguiente, cuando su coequiper, por orden médica, quedó afuera tras caerse de su moto.

Todavía faltaba lo peor, pues el norteamericano Ricky Brabec, a escasos 51 segundos, le respiraba en la nuca. Las diferencias ajustadas no son novedosas. Luego de diez años de dominio alternado entre Marc Coma y Cyril Despres, desde 2016 la categoría de las dos ruedas tiene no menos de una decena de contendientes. Pero pocas veces hubo tanta paridad como en este 2021, con seis pilotos distintos asumiendo el liderato de la tabla general. Recién el jueves el salteño abrió una brecha de siete minutos con el segundo (Brabec) y diez al tercero (Sam Sunderland). Esa diferencia le permitió dosificar el ritmo durante los 255 kilómetros del viernes y poner a Honda en el lugar más alto de podio luego de treinta años, cortando de paso la hegemonía de dos décadas de la marca KTM. Nada hubiera sido posible sin un dakariano experimentado como Javier Pizzolito, mánager general del Honda South America Rally Team desde 2016 y principal alma mater de la proyección de sudamericanos.

Manuel Andújar celebra su título en cuatriciclos, el séptimo para un argentino desde 2010. (EFE)

Y son precisamente los sudamericanos quienes, desde 2010, han dominado a placer en cuatriciclos, con cinco triunfos para los hermanos Patronelli (tres de Marcos y dos de Alejandro), tres para el chileno Ignacio Casale, que este año terminó noveno en su debut en los camiones, y uno para Nicolás Cavigliasso. A esa lista se suma Manuel Andújar (hermano del arquero de Estudiantes Mariano) luego de una carrera liderada por Cavigliasso hasta la sexta etapa, cuando una rotura en su cuatri lo mandó al fondo de la tabla. Con el camino allanado a fuerza de regularidad, Andújar dedicó los tramos finales a administrar los más de 20 minutos de diferencia con su perseguidores más cercanos, el francés Alexandre Giroud y el chileno Giovanni Enrico. Esta mañana, apenas se confirmó la victoria, aparecieron memes con referencias a un título para Boca. ¿Qué tiene que ver el club de La Ribera con el Dakar? Por segundo año consecutivo es el sponsor principal de Andújar, reincidiendo en un terreno que había conocido en 2012 apoyando al equipo Moto Team By Elf, que tenía como pilotos al uruguayo Laurent Lazard y a los argentinos Eduardo Alan y Pablo Busin.

En autos, en cambio, el panorama es distinto. Dado que en este lado del mundo es difícil, casi imposible, conseguir el presupuesto (en euros) para un vehículo competitivo, la categoría Side by Side se convirtió en objeto de deseo de pilotos con billeteras módicas gracias a su bajo costo y la fiabilidad de los buggies todoterreno. Aquí también Latinoamérica pisó fuerte gracias al chileno Francisco “Chaleco” López, que completó una carrera de película descontando más de cuarenta minutos luego de que una rotura mecánica lo dejara tirado en medio del desierto, para alzarse con su segundo triunfo en tres participaciones en esta categoría. El único representante de la región en autos fue un deslucido Orlando Terranova, que debió abandonar en la sexta etapa por problemas mecánicos. Pero habrá revancha. A fin de cuentas, el Dakar se fue de Latinoamérica, pero Latinoamérica no se fue del Dakar.