Desde Washington DC

Al mediodía en la hora local (14 de Argentina), Washington vio salir el sol. Un poco en forma literal, porque desaparecieron las nubes y se terminaron los débiles copos de nieve que cayeron al comienzo de la ceremonia de investidura de Joseph Biden. Pero sobre todo porque, con el juramento y la asunción del demócrata, para la ciudad se terminaron los cuatro años de Donald Trump en la Casa Blanca, un presidente que nunca se llevó bien con la capital del país.

Trump dejó el Distrito de Columbia temprano por la mañana. Se fue en el Marine One, el helicóptero que suele trasladar a los presidentes. Partió de la Casa Blanca junto a su esposa Melania y a sus hijos y sobrevoló brevemente la zona del monumento a Washington, el obelisco de la ciudad. La corta vuelta en el aire es una tradición que los mandatarios estadounidenses llevan a cabo después de la asunción del nuevo presidente, pero eso no sucedió esta vez.

El magnate se dirigió a la base aérea Andrews, en Maryland, en donde lo esperaba un pequeño grupo de seguidores. Dio un discurso de despedida corto, en el que le agradeció a su familia, a los miembros de su gestión y a la ciudad de Washington por los últimos cuatro años. La capital del país había votado en un 93 por ciento por Biden en las elecciones de noviembre.

Desde Andrews, Trump despegó con su familia a bordo del Air Force One. El avión presidencial lo dejó a tiempo en Florida antes de que se terminase su mandato y, por lo tanto, la posibilidad de usar ese transporte.

Biden esperó hasta que Trump se subiera al avión para comenzar sus actividades. Salió temprano desde la casa Blair, en la que se hospedan los invitados presidenciales, para ir a la catedral de San Mateo, en el centro de la ciudad. Allí participó de una misa junto a los líderes de los dos partidos en el Congreso. A la zona se acercaron algunos residentes a curiosear mientras paseaban sus perros y aprovecharon para sacarse fotos en el lugar aunque, por seguridad, el acceso a la iglesia estaba cerrado una cuadra antes de la entrada.

Después de la misa, la comitiva se dirigió al Capitolio. Allí la seguridad fue inédita. Lo que normalmente es un día de celebración en Washington fue esta vez un episodio silencioso, sin gente en la Explanada Nacional. Toda la zona estuvo cerrada y custodiada tras el asedio del 6 de enero. Las cuadras de césped que componen este parque nacional estuvieron cubiertas con banderas del país y de los distintos estados.

En el parque oeste del Capitolio, esta vez hubo pocas sillas, en general destinadas a quienes van a componer el gabinete de Biden. En el palco principal estuvieron las familias de Biden y de la vicepresidenta, Kamala Harris, los líderes del Congreso y los ex presidentes. Aunque no era su ceremonia, los Obama recibieron una pequeña ovación cuando ingresaron y los saludos de la nueva administración: Biden incluso dejó de lado la distancia social y abrazó a Obama después de convertirse en presidente.

La ceremonia de investidura y los primeros mensajes de la nueva gestión se enfocaron en las ideas de diversidad y unidad. La encargada de tomarle juramento a Harris fue la jueza de la Corte Suprema Sonia Sotomayor, la primera latina en llegar al máximo tribunal del país. Jennifer López, también latina, cantó una mezcla de temas referidos a Estados Unidos y entremedio incluyó una frase de la promesa a la bandera en español: “Una nación, bajo dios, indivisible, con libertad y justicia para todos”.

Una poetisa de 22 años, Amanda Gorman, recitó un poema que terminó de escribir el día del asalto al Capitolio y se convirtió en la persona más joven en hacerlo en una asunción presidencial. “Hemos visto una fuerza que preferiría destrozar nuestra nación en vez de compartirla”, decía su poema. La página web de la Casa Blanca fue actualizada apenas juró Biden y recuperó su versión en español, que había desaparecido con el gobierno anterior.

La unidad también fue el tema central del discurso de Biden. “Debemos terminar esta guerra incivil que enfrenta a rojo (republicano) contra azul (demócrata), rural versus urbano, conservador versus liberal”, dijo el presidente apenas asumió. “Este es nuestro momento histórico de crisis y desafíos. Y la unidad es el camino hacia adelante”, agregó.