Ayer se cumplieron 100 años de la revuelta de los obreros de La Forestal que estalló el 29 de enero 1921. La compañía -que gobernaba un territorio inglés de 2,1 millones hectáreas en el norte santafesino, donde no existía ni la bandera ni la moneda nacional- respondió con el cierre de fábricas y una represión feroz de su ejército privado: la Gendarmería Volante, que desató una cacería humana en los quebrachales que dejó entre 500 y 600 muertos. El acto en Villa Guillermina –atravesado por la emoción y el llanto- rescató del “olvido empecinado a los pueblos” y a un “partisano de la memoria”, como la placa oficial del Gobierno de Santa Fe llama a Teófilo Lafuente, sobreviviente de la masacre, primer secretario general del Sindicato del Tanino y desde ayer con un monumento que reivindica su nombre. “Recordamos el alzamiento porque desde la perspectiva histórica esas luchas obreras fueron constitutivas de un modelo organizacional de nuestro país en materia de derechos”, dijo el gobernador Omar Perotti. “Los trabajadores y trabajadoras de La Forestal que dejaron sus vidas en esa emblemática rebelión no lo hicieron en vano. Su osadía sigue siendo un faro en este presente y su coraje un legado para el futuro”, señaló la vice Alejandra Rodenas.

Perotti y Rodenas transmitieron su mensaje desde Santa Fe. “Hace 100 años, un grupo de obreros protagonizaban un hecho que los colocaría definitivamente en la historia, poniéndose de pie frente a la adversidad y la injusticia de un modelo de explotación sin porvenir”, dijo Perotti. “Fue un gran aporte al surgimiento del sindicalismo argentino que se gestó aquí en nuestro norte, con un dirigente como Teófilo Lafuente. Por eso, queremos reivindicar el valor de los pueblos forestales, que tienen plena participación en esta conmemoración, que han sabido transitar el dolor y desde allí han abierto un presente con expectativas”.

“Desde el Estado tenemos el compromiso y la convicción de que hay que poner todas las herramientas y la creatividad para contribuir a que nuestros pueblos recuperen el orgullo de lo propio y que alcancen un modelo sustentable que les garantice presente y futuro. Es mi deseo que logremos rescatar esas raíces que forjaron una identidad propia, pero con una mirada integradora e inclusiva para que todas y todos los que nacen en nuestro norte encuentren un destino en su tierra, con más y mejores oportunidades, siempre en la construcción de una provincia que acepte las diferencias pero no las desigualdades”, expresó el mandatario.

Rodenas abrazó a los “pueblos forestales, protagonistas de una revuelta con la que se inició un arduo camino emancipatorio por el respeto de su soberanía, su dignidad y sus derechos. No hay progreso ni desarrollo sin justicia social. Las trabajadoras y los trabajadores de La Forestal que dejaron sus vidas en esa emblemática rebelión no lo hicieron en vano. Su osadía sigue siendo un faro en este presente y su coraje un legado para el futuro”, dijo.

El acto convocó a los historiadores Felipe Pigna, Luciano Sánchez y Alejandro Jasinski (autor de “Revuelta obrera y masacre en La Forestal. Sindicalización y violencia empresaria en tiempos de Yrigoyen”). Pigna reivindicó la lucha de los obreros y obreras por su dignidad en un “territorio inglés”, donde la compañía les pagaba con bonos, en un “régimen de explotación de semiesclavitud”. “El nivel de hiperexplotación que sufrían los trabajadores era tal que debían pagar multas diarias si se enfermaban”.

“Fue una lucha tan impresionante y tan desigual, avalada por el gobierno nacional de Hipólito Yrigoyen y el gobierno de la provincia de Enrique Mosca, que llegó a ser candidato a vicepresidente de la Unión Democrática y perdió contra Juan Domingo Perón las elecciones de 1946. La Forestal tenía su propia policía privada: Los Cardenales, que hacía verdaderos estragos y utilizaba métodos represivos que después veríamos en otros momentos de la historia argentina”, en el terrorismo de Estado.

En el acto representaron a la provincia el senador nacional Roberto Mirabella y el ministro de Cultura Jorge Llonch. “Es muy impresionante el testimonio de Teófilo Lafuente”, dijo Mirabella. “Me hizo acordar al calvario de Jesucristo, un hombre apaleado, perseguido, escupido, ultrajado, torturado, en defensa de sus compañeros, de sus hermanos, para poder vivir dignamente” y enfrentar “las barbaridades que hacía esta empresa inglesa en el norte”.

“A veces escuchamos hablar a los que añoran la Argentina del Centenario. Esa era la Argentina del Centenario, empresas que aniquilaban los recursos naturales y hacían plata por un sistema de semiesclavitud de sus trabajadores. Debemos mirar el pasado para construir el futuro. Esto tiene que interpelarnos: ¿en que sociedad queremos vivir? ¿qué desarrollo queremos tener, qué queremos hacer con nuestros recursos naturales?”, se preguntó el legislador.

“Este hecho trágico revela que en La Forestal no había paz” y generó “un genocidio de las personas y los recursos naturales. La obra de la justicia será la paz, decía el profeta Isaías”. “Es bueno que se haya construido este lugar, que interpela qué modelo de desarrollo y sociedad queremos, cuando a muchos de nuestros hermanos no les alcanza para llegar a fin de mes. Ojalá podamos construir una sociedad más justa, igualitaria, mucho más decente”, concluyó Mirabella.

En el acto participaron la presidenta comunal de Villa Guillermina, Nanci Ávalos, su antecesor Roque Chávez (hoy subsecretario de Desarrollo Económico de la provincia), el secretario de Turismo Alejandro Grandinetti y las diputadas Matilde Bruera y Lucila De Ponti y su colega Carlos Del Frade, los nietos de Teófilo Lafuente, y el empresario Mario Speranza, que cedió las ruinas de la fábrica de tanino de Villa Guillermina, con su emblemática chimenea, para construir un Parque de la Memoria.