Un pequeño gran triunfo para los trabajadores del recuperado Bauen. A pocas horas de que se cumpliera el límite que había impuesto la jueza Paula Hualde, la Sala C de la Cámara Nacional de Apelaciones suspendió el desalojo del inmueble ubicado en Callao 360. 

Los trabajadores habían presentado un recurso de queja con el objetivo de la suspensión definitiva del desalojo. La jueza Hualde les había negado la posibilidad de apelar la sentencia, que debía hacerse efectiva mañana, y dispuso que, de no cumplirse en forma voluntaria, se procediera al desalojo por la fuerza a partir del jueves 20.

“La Cámara consideró un error la decisión de Hualde de no conceder el derecho a apelar. Quedó en evidencia la manifiesta parcialidad de la jueza respecto de la cooperativa y la connivencia con la parte empresaria”, indicó a Página/12 Ataliva Dinani, abogado de la cooperativa. 

Página/12 contó en su edición de hoy cómo es el entramado de intereses detrás del Bauen: la abogada de los propietarios que reclaman el edificio del hotel es comunera del PRO y su marido fue subjefe en la Metropolitana.

Ahora, la Cámara deberá expedirse sobre la cuestión de fondo, es decir, si deja sin efecto o no al orden de desalojo. “Es un fallo muy positivo porque la Justicia nos estaba negando todo tipo de derecho. Que la Cámara suspenda la medida de desalojo, es muy bueno. No es el triunfo final, es un granito a favor de los trabajadores”, amplió Dinani.

La cooperativa arguyó, además, que el mecanismo de sanción de leyes se encuentra aún abierto, tras el veto del 27 de diciembre de 2016 del presidente Mauricio Macri a la ley de expropiación del inmueble. “Es decir, Hualde no puede obrar sobre una cuestión que se está dirimiendo en el Poder Legislativo. Por eso buscamos que los legisladores rechacen el veto y lo conviertan nuevamente en ley”, aseguró el abogado de los trabajadores. 

En el Bauen estaba prevista la realización de varias actividades para hoy y un festival para mañana a partir de las 20, que ahora pasará de ser una previa a la resistencia a una suerte de festejo por la suspensión –aunque momentánea- del desalojo.