Independiente, que aterrizó el sábado en el Libertadores de América entusiasmado tras haber logrado su primer éxito en el ciclo de Julio Falcioni, se fue de Avellaneda con una alegría: venció a Gimnasia y Esgrima La Plata por 1-0, con un gol de Silvio Romero, y conquistó su segunda victoria consecutiva por la tercera fecha de la Zona B de la Copa de la Liga.

El gol para los de Avellaneda llegó a los 66 minutos, luego de un primer tiempo sin demasiado peligro en ambos arcos, aunque con los platenses dejando sobre el final una mejor imagen que los locales. El grito rojo llegó empujado por esa dinámica de lo impensado que tiene el fútbol y, también, por una ayuda del destino. Lo primero porque, hasta el festejo del ex Lanús, era el equipo de La Plata el que más cerca había estado de cambiar el marcador a su favor, con buenas asociaciones entre Brahian Alemán y Eric Ramírez y con un remate de Nicolás Contín que se fue apenas afuera del arco, ante una mala salida del fondo de Independiente.

Pero también intervino en la concreción del 1-0 el destino, el error humano, el inconsciente o la invocación elegida. Es que Falcioni, a los 61 minutos, dispuso un cambio. Pero se realizó otro. El asistente levantó el cartel para que ingresara el juvenil Alan Velasco en lugar del defensor Sergio Barreto, pero unos segundos después los gritos desde el banco de Independiente revelaron la confusión: algo mal en el papelito -con el número 24 (de Barreto) en vez del 34 (de Palacios), quien había sido efectivamente el elegido para salir- parecía complicar los planes del DT del Rojo.

Y, sin embargo, sólo cinco minutos después, el destino también gritó su parte en el gol. Porque la jugada, a los 66 minutos, se inició con un centro que, desde el tiro de esquina, lanzó el propio Palacios. La maniobra ganó peligro cuando Juan Insaurralde conectó y ganó de cabeza en la altura: su tiro pegó en el palo, Rodrigo Rey se estiró sin llegar a manotear la pelota y entonces llegó Romero para empujarla y mandarla al fondo de la red.



Los de Falcioni comenzaron su campaña con una derrota como locales ante Lanús (1-0), pero se recuperaron rápido: en la segunda fecha, vencieron por un gol a Patronato en Paraná y este sábado, por igual marcador, superaron al Lobo para volver al triunfo como locales, regalando además una perlita insólita de esas que son simpáticas y difíciles de olvidar.