Acostumbrado a tener que mantener el equilibrio entre las posturas más radicales de su espacio político y el diálogo con Casa Rosada, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sorprendió esta semana unificando posiciones con la vocera del ala dura de Juntos Por el Cambio, Patricia Bullrich. Su crítica a la creación de una comisión bicameral en el Congreso para analizar el funcionamiento del Poder Judicial, el reclamo de su ministro de Salud, Fernán Quirós, por la distribución de las vacunas, sumados a la presencia en la última marcha opositora de numerosos aliados partidarios del "ala moderada" que Larreta mismo representa, fue leída por muchos sectores como un corrimiento del jefe de Gobierno hacia una postura más dura en el contexto de la interna opositora. Desde el entorno de Larreta aseguran que la estrategia continúa siendo apostar a un mensaje "anti grieta". Pero la cercanía de las elecciones de medio término acentúa los matices y deja poco lugar para las posiciones intermedias, habilitando al ala más furiosa de Juntos Por el Cambio a empezar a meter presión.

"La idea de crear una comisión legislativa ad hoc para ‘controlar’ a los jueces es abiertamente inconstitucional y me opongo con firmeza", expresó Horacio Rodríguez Larreta. No es usual que el jefe de Gobierno porteño se manifieste públicamente sobre episodios de la coyuntura nacional - sobre el escándalo de vacunación VIP, por ejemplo, no emitió ninguna opinión - y sus declaraciones llamaron particularmente la atención porque, solo dos días antes, había abierto las sesiones ordinarias de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires con un discurso en el que llamaba a "construir puentes" y "terminar con la grieta". 

¿Qué pasó en el medio? Entre un discurso y el otro, el presidente Alberto Fernández también pronunció su discurso en la apertura de la Asamblea Legislativa, con duras críticas hacia la oposición. Una lectura es que sectores del ala más dura de Juntos Por el Cambio comenzaron a presionar para que el jefe de Gobierno porteño endureciera el discurso. Fue el mismo entorno de Bullrich el que se encargó de dejar trascender en varios medios que el lunes había mantenido una conversación vía Zoom con Larreta, y que allí la exministra de Seguridad lo había "animado" a endurecer su postura contra el oficialismo nacional. 

La preocupación de Bullrich, como la de muches integrantes del ala dura de Cambiemos, radica en el peligro de fuga de los propios votantes (especialmente los más jóvenes) a manos de las nuevas figuras de derecha, como el economista Javier Milei o el grupúsculo de jóvenes libertarios. "Con Patricia hay muy buena relación, hablan cada quince días. Ella tiene una postura de más dureza y Horacio es más de la moderación, pero no es que ella le pidió que endureciera la postura, ellos son así, cada uno planteó su postura", matizó uno de los colaboradores más cercanos de Rodríguez Larreta. El vocero aseguró a Página/12 que durante la charla virtual se conversó sobre coyuntura y el armado de una estrategia conjunta de Juntos Por el Cambio, pero no hubo mención alguna al espinoso tema de las candidaturas.

Marchas y contramarchas

"Hubo un corrimiento de parte de Horacio. Pasaron varias cosas. A la marcha del sábado fueron muchas figuras del Pro Capital vinculadas a Larreta que nunca iban a estas cosas, y esta vez sí fueron. Después están las declaraciones de Quirós despegándose por primera vez del gobierno nacional y criticando el reparto de las vacunas. Y, por último, estuvieron los tuits de Larreta y Santilli criticando la comisión bicameral", analizó un exfuncionario de Mauricio Macri, alineado al ala más dura de Juntos Por el Cambio, en diálogo con este diario. 

Y es que el mismo día que Rodríguez Larreta se manifestó sobre la iniciativa del presidente de crear una comisión bicameral que realizara un "control cruzado" al Poder Judicial, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, planteó la necesidad de revisar el mecanismo a través del cual el gobierno nacional decide la distribución de las vacunas contra la covid-19. "La Nación ha tomado una decisión de distribución basada en la población general cuando la vacuna se aplica a grupos de riesgo y los grupos de riesgo no son proporcionales en todas las jurisdicciones. Todo el mundo sabe que la Ciudad de Buenos Aires tiene una carga de trabajadores de la salud muy superior al promedio de la Argentina y tiene una pirámide poblacional mucho más envejecida", sostuvo Quirós durante el reporte diario.

"Lo del 'vacunagate' pegó mucho, nadie en la oposición quiere quedar con una posición complaciente frente a eso. Larreta no hizo declaraciones del tema, pero mucha de su gente sí fue a la plaza el sábado. Si las bases empiezan a correrse hacia posiciones más duras, Larreta, voluntaria o involuntariamente, también va a correrse para esas posiciones. No es que haya una presión, el tipo sabe que si no se mueve para un lado va a perder la base", sostuvo el exfuncionario de macrismo y activo jugador en la interna de Juntos Por el Cambio. 

La marcha opositora no tuvo demasiada convocatoria, más bien fue recordada por la nefasta exhibición de bolsas mortuoria con nombres de funcionarios y de Estela De Carlotto. Pero sí contó con la participación de figuras como el titular de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, y el jefe del bloque de Diputados del Pro, Cristian Ritondo, dos legisladores pertenecientes al "ala blanda" de Juntos Por el Cambio. 

"La coalición va a buscar la representación. Primero hay que reconfirmar al 41 por ciento que nos votó y, desde ahí, empezar a buscarle los bordes que se le empiezan a caer al oficialismo", determinó el exfuncioinario, reforzando la estrategia que sostienen desde el ala dura de la oposición: primero confirmar a "los propios" (y evitar que se escapen a partidos nuevos de derecha ultraliberales) y después ampliar las bases (que es lo que plantea el larretismo).

Desde el entorno de Horacio Rodríguez Larreta buscaron calmar las aguas y aseguraron que, contra las especulaciones que surgieron en los últimos días, azuzadas desde adentro mismo del Pro, el jefe de Gobierno "no cambió en nada su postura". "Horacio siempre dijo que iba a participar de las discusiones nacionales que son fundamentales para el desarrollo del país, como cuando fue la liberación de presos, lo de Vicentin o la coparticipación. No hubo una reacción por un pedido de endurecimiento, él opinó porque lo consideró un tema relevante", indicó uno de sus colaboradores más cercanos.

Ante la consulta sobre por qué no había opinado sobre la vacunación irregular de algunas personas, su entorno repitió la frase de cabecera de todo el gobierno porteño y sus aliados del ala más dialoguista: "Nosotros tenemos la responsabilidad de gestionar la ciudad. Los que marcan esas cosas no están gestionando, no tenemos el mismo rol. Nosotros tenemos que seguir hablando con el gobierno nacional al día siguiente".