Lanús logró este sábado una agónica victoria ante Atlético Tucumán por 2-1, en el marco de la cuarta fecha de la Copa de la Liga, alegría que se celebró por partida doble: no sólo por la conquista cercana al final sino también porque ahora, con sus nueve puntos, alcanza en la cima de la zona B a Vélez, que este domingo enfrenta a Boca.

La apertura del marcador, en un primer tiempo parejo, llegó a los 24 minutos a partir de un fuerte envío de tiro libre: aunque el arquero granate alcanzó a rechazar, la pelota quedó a merced de cuatro jugadores de Atlético Tucumán que fueron en busca del rebote, entre ellos Javier Toledo, quien cedió para que Guillermo Acosta definiera con el arco vacío.

La ventaja le brindó tranquilidad a los dirigidos por Omar De Felippe -que suman sólo un punto en lo que va de la Copa- para pasar a predominar en el campo e inquietar un par de veces más a Lautaro Morales, custodio de la valla granate. Si bien los conducidos por Luis Zubeldía estuvieron cerca sobre el final de la primera mitad, en el complementario se estructuraron mejor en todas sus líneas, con una mayor posesión de pelota que obligó a retrasarse a la visita.


De tanto insistir, los locales lograron empatar por medio de un penal convertido por el eterno goleador José Sand, tras una falta cometida por Nicolás Aguirre sobre el ingresado Franco Orozco. Y si bien ambos equipos intentaron hacerse de la victoria en un atractivo final, forzando la labor de ambos arqueros, la euforia llegaría recién a los 43 minutos y sería toda de Lanús. Porque el 2-1 se selló gracias al ingresado Matías Esquivel, quien superó a Cristian Lucchetti con un zurdazo desde afuera del área que ingresó como un misil en el ángulo izquierdo y le dio a los anfitriones una fiesta merecida.