El presidente Mauricio Macri retomó la senda que en su momento supo abrir Carlos Ruckauf apuntando a los jueces y las supuestas puertas giratorias de las cárceles. “No se entiende por qué los jueces han ido cayendo, en un porcentaje de ellos, por suerte no todos, en transformar las cárceles en cárceles de puertas giratorias”, sostuvo. No lo dijo en cualquier momento sino en apoyo de los debates que lleva la Comisión de Justicia y Asuntos Penales para modificar la ley 24.660 de ejecución penal con la idea de endurecer las condiciones para las salidas progresivas de los detenidos en diferentes delitos. La búsqueda de endurecimiento y anulación de la progresividad se montó sobre la violación y asesinato de Micaela García, y propone medidas que supuestamente evitarán que vuelvan a ocurrir casos semejantes. Como señaló a PáginaI12 Roberto Cipriano García, coordinador de la Comisión Provincial por la Memoria, “son las mismas medidas que se vienen aplicando desde hace 17 años, desde Ruckauf, y no resolvieron nada y, en cambio, agravaron las condiciones de detención”. La curiosa mención de Macri a las puertas giratorias, con cárceles que desbordan de presos en al menos un 50 por ciento de su capacidad límite, hace de la detención un eufemismo.

“Este proyecto de ley es para que se cumplan las condenas en forma efectiva”, soltó Macri, sin explicar qué ocurriría una vez cumplidas ni si existen inversiones estatales para asegurar que el retorno a la sociedad cumpla con el requisito que el mismo presidente reclama: que la detención sirva para algo. “Que los jueces se hagan cargo, es una enorme responsabilidad, tienen mucho poder, ellos quieren ser jueces, tienen que hacerse cargo y responsables. El poder tiene que ser utilizado para cuidar a los argentinos”, agregó Macri durante una conferencia de prensa en la ciudad entrerriana de Paraná.

“Cuidar a la gente, a mí me desespera desde hace años como ciudadano común –aseguró–. Esto se ha repetido durante muchísimos años, historias de personas que delinquen, agreden, realmente cometen delitos tremendos, que al poco tiempo están de vuelta en la calle apelando a artilugios”, sostuvo. “No se entiende por qué los jueces han ido cayendo, en un porcentaje de ellos, por suerte no todos, en transformar las cárceles en cárceles de puertas giratorias”, subrayó Macri.

“Son declaraciones efectistas –sostuvo Cipriano García–. Lo único que pretenden es impactar sobre una parte de la sociedad que quiere escuchar eso. Carecen de rigurosidad, de precisión, de información. Macri alimenta un discurso que pretende buscar soluciones simples a un problema complejo y de ninguna manera es un discurso propio de una autoridad estatal. No es cierto que las cárceles sean puertas giratorias, son depósitos de personas donde se violan todos los derechos.”

El coordinador de la CPM responsabilizó por el estado de saturación en que se encuentran las cárceles al Poder Ejecutivo, “que es quien las administra” y a la Justicia, “que no las controla. Las torturas son prácticas sistemáticas, los detenidos se mueren de enfermedades curables; padecen hambrunas. En las cárceles bonaerenses se alojan 35 mil personas en menos de 20 mil plazas, cantidad esta última que ya carece de medidas de respeto a los derechos humanos. El sistema penal lo único que hace es reproducir el sistema de violencia. Macri está alimentando el fuego con más leña”.

Y en respuesta al proyecto de anulación de las progresividades y de cumplimiento efectivo completo de la pena, el representante de la CPM sostuvo que “el problema central no es que los que cometen delitos graves tengan que cumplir todos los años de condena, sino ver qué se hace con esa persona cuando está en la cárcel y cómo se lo apoya cuando sale. Para los violadores no existe tratamiento dentro de las cárceles. No podemos esperar que se resuelva solo con el encierro, con semejante encierro, que es ocioso y violento. Lo que hace falta son más recursos para resolver los problemas y no modificar leyes. Después de 17 años se demostró que esas modificaciones no sirven para nada y empeoran”.

No fue casual la mención de Macri en Entre Ríos. En esa provincia fue asesinada Micaela García luego de haber sido violada. Un día antes de hallar su cuerpo, fue detenido y acusado como responsable Sebastián Wagner, quien cursaba libertad condicional tras haber sido condenado por violación, y luego de haber pasado durante dos años con salidas transitorias con acuerdo del fiscal del caso y sin que se hubieren suscitado problemas.

Macri apoyó el jury al juez Rossi, pero nunca cuestionó al fiscal que había rechazado la libertad condicional pero había solicitado que el interno continuara con el régimen de salidas transitorias y que tampoco apeló la decisión de Rossi. Como toda ley manodurista, el actual proyecto de modificación de la 24660 se montó sobre un caso de fuerte impacto en la sociedad, el de Micaela, y coló sobre él una cantidad de recetas que supuestamente solucionarían los problemas de inseguridad.

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