Apenas cuatro días después del fallo del Supremo Tribunal Federal a favor de Lula Da Silva y en medio de las críticas del presidente Jair Bolsonaro, la fiscalía general de Brasil apeló la sentencia que el lunes pasado anuló las condenas contra el exmandatario.

Edson Fachin, juez de la Corte, había acatado un habeas corpus presentado por la defensa del exmandatario sobre la falta de imparcialidad de los fiscales y jueces del Lava Jato. Esta decisión generó un cimbronazo político dado que abre el camino al líder del Partido de los Trabajadores para desafiar al ultraderechista Bolsonaro en las urnas. 

Ahora, la subprocuradora general rechazó ese fallo y además pidió que se conserven todas las pruebas aceptadas por el exjuez de Curitiba, estado de Paraná, Sérgio Moro. "La fiscalía general entiende que la competencia del juzgado 13 de Curitiba debe ser mantenida", dice el comunicado, que alerta sobre la "seguridad jurídica".

La fiscalía general, a cargo de Augusto Aras, colocado en el cargo en 2019 por el actual mandatario brasileño, quiere que el fallo de Fachin sea puesto a consideración de los 11 jueces de la Corte y en caso de rechazo que todo el material de la causa sea enviado a San Pablo. 

El martes pasado, la sala II del tribunal supremo trató la parcialidad de Moro y postergó una decisión cuando el resultado estaba 2 a 2, porque el quinto juez, Kassio Nunes Marques, colocado en la alta corte por el presidente Jair Bolsonaro, pidió tiempo extra para expedirse.

Sumado a eso, militantes bolsonaristas y seguidores de Moro escracharon esta semana a Fachin frente a su casa en la ciudad de Curitiba.