Juan Carlos Gemignani sumó otra denuncia ante el Consejo de la Magistratura por sus mensajes del 8 de marzo contra sus colegas mujeres, el “¡feliz día, delincuentes!” que despertó los repudios del Presidente y de la vicepresidenta.

La presentación, hecha por Abogados y abogadas del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (ANDHES), se conoció después de que Gemignani amenazara con denunciar a todos sus colegas si el contenido del chat se hacía público.

“Entendemos que la conducta atribuida al magistrado, de ser comprobada, configura una actitud reprochable, un claro ejemplo de violencia en contra de la mujer (arts. 1 y 2 de la Convención de Belém Do Pará, art. 4 y cdtes. ley 26.485), al haberse referido a las mujeres como “delincuentes”, que justificaría la aplicación de sanciones”, escribió la directora del organismo, Fernanda Marchese, en la presentación hecha ante el juez Ricardo Recondo, que preside la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura.

“Habiendo manifestado este Consejo su serio compromiso con la plena vigencia de los derechos humanos y con la erradicación de la violencia contra la mujer, habiendo realizado acciones importantes, como la de modificar el reglamento de concursos a los fines de incorporar la formación en género como parte del proceso de evaluación en los concursos de aspirantes magistrados/as de la justicia federal; y más recientemente la creación del Registro Público de denuncias contra magistrados y magistradas por deficiencias en la actuación en causas de violencia de género la formación en género; conductas como las descritas anteriormente llevadas adelante por el magistrado Gemignani no pueden ser toleradas ni mucho menos avaladas”, sostuvieron desde ANDHES.

La denuncia de la organización de derechos humanos se suma a la que el viernes pasado presentó el presidente del Consejo de la Magistratura, Diego Molea, por mal desempeño contra Gemignani. El camarista tiene un historial vinculado a denuncias de violencia de género. En 2016, ordenó detener a una secretaria de la Casación que se opuso a una orden que él le había dado. El escándalo fue enorme, pero Gemignani terminó sobreseído y con una sanción del Consejo que implicó una reducción del 35 por ciento de su sueldo.

Gemignani hizo un nuevo aporte para el escándalo el martes, cuando irrumpió en una reunión de superintendencia que se estaba haciendo entre el presidente de la Casación, Gustavo Hornos, y los presidentes de las cuatro salas de ese tribunal: Daniel Petrone (Sala I), Alejandro Slokar (Sala II), Liliana Catucci (Sala III) y Mariano Borinsky (Sala IV). Hornos y Catucci estaban en los tribunales de Comodoro Py y el resto de los jueces conectados al Zoom. Lo que les llamó la atención a quienes estaban conectados fue ver que alguien se cruzaba ante la cámara. Era Gemignani, que ni saludó y dejó un escrito.

El contenido del oficio de Gemignani se conoció un rato más tarde cuando Slokar le preguntó a Hornos por qué no había certificado los mensajes del chat, como le habían pedido la semana anterior las juezas Ana Figueroa y Ángela Ledesma -- e incluso la Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina (AMJA). Allí Hornos leyó el escrito de su colega, que decía que, de certificarse los mensajes y hacerse públicos los mensajes, él accionaría penalmente contra sus colegas.

-- ¿Nos está amenazando? -- se sorprendió Eduardo Riggi, que ya había tomado el lugar de Catucci, que se había tenido que retirar por un asunto familiar. ¿No salieron en todos lados los mensajes? -- se preguntó el compañero de sala de Gemignani.

Hornos contestó que no sabía si estaba dentro de sus competencias certificar los mensajes que envió Gemignani el 8 de marzo. La dilación derivó en un nuevo pedido de Slokar y Ledesma para deje la presidencia, que le dijeron, en un oficio, que su omisión podía acarrear responsabilidades para toda la Cámara.

La gravedad de su inacción, que en su mora denota tanto indiferencia como pérdida de imparcialidad en el tratamiento de la cuestión –cual es obligación de todo funcionario público y, por tanto, conlleva responsabilidad del estado argentino-- se suma al quebrantamiento de la confianza anteriormente advertido, por lo que nuevamente exhortamos a su responsabilidad para ofrecer su renuncia a la presidencia con la que fuera distinguido”, escribieron Ledesma y Slokar.

Tanto Slokar, Ledesma y Figueroa pidieron un plenario de los trece jueces de la Casación. Después de días sin respuestas, Hornos se comprometió el martes que iba a fijar una fecha. No será solo para tratar la situación de Gemignani. Los pedidos de renuncia a la presidencia que le hicieron por sus reuniones con Mauricio Macri y por no actuar contra el juez acusado de violencia de género se filtrarán en el temario.