En un duelo táctico, cerrado, casi de ajedrez, con mucha dinámica y poca inspiración, la inteligencia del defensor peruano Luis Abram para imponerse en el área rival a la salida de un tiro libre, fue suficiente para lograr cifras definitivas en Liniers. 

El equipo de Mauricio Pellegrino pareció aprender la dolorosa lección que le dio Boca hace dos fechas, cuando lo goleó 7-1 en el José Amalfitani, y desde entonces mantiene la valla invicta en los últimos dos encuentros gracias a la solidez que consiguió con cinco defensores.

“Cuántos equipos están jugando con línea de cinco, ¿no?”, dijo entre risas Julio Falcioni en una entrevista televisiva hace pocos días. La referencia fue por el Superclásico entre  Boca-River y además mencionó a San Lorenzo. Lo cierto es que Vélez también adoptó esta disposición, al igual que él impuso en su equipo. Con ambos conjuntos parados de forma similar, con tres centrales, dos laterales-volantes, dos mediocampistas centrales y un tridente ofensivo, la falta de espacios para la creación se hacía sentir en el 5-2-3 que ambos exhibían.

El dueño de casa dominaba más la pelota, aunque eso no parecía ser un problema para la visita, que esperaba los errores de su rival en el mediocampo y salía rápido de contrataque con la aceleración de Menéndez por izquierda y Palacios por derecha. En una de las primeras aproximaciones, a los nueve minutos, desbordó Bustos por derecha y nadie empujó su centro rasante.

Antes de los 15 minutos, en una pelota dividida, Insaurralde barrió fuerte y se llevó puesto a Orellano y Poblete. Ambos quedaron en el piso y fue la demostración de cómo se jugaba el partido. Nadie regalaba nada. El mismo equipo que la fecha pasada había goleado 6-0 a Sarmiento ahora volvía a las fuentes, a la búsqueda del equilibrio y a intentar mantener sus líneas bien cerca para constituir un bloque infranqueable.

En Vélez, en cambio, hubo una variante respecto del equipo que venía de superar a Talleres. Galdames le ganó el puesto a Ricardo Alvarez y ocupó un lugar en el mediocampo junto a Poblete. El ingreso del volante chileno -recientemente convocado al seleccionado de su país, lo que le hará perderse la fecha que viene ante Defensa- le dio firmeza en la contención, aunque este doble cinco más preparado para la recuperación le quitó conexión con los de arriba y vuelo futbolístico.

Un derechazo esquinado de Palacios y otra pirueta del mismo atacante, que casi convierte tras el rebote del arquero y un cierre magistral Abram, fue lo más peligroso que exhibió la jornada en la primera parte.

El segundo tiempo siguió con la misma tónica. La mejor versión de Thiago Almada seguía sin aparecer y apenas el desparpajo de Orellano parecía inquietar un poco a una defensa bien plantada, con la firmeza de Alan Franco luego de muchas especulaciones por su posible venta al exterior.

Tan poco pasaba que, a la hora de juego, Fernando Echenique debió disculparse por tocar por segunda vez la pelota e interrumpir las acciones  (luego lo haría una tercera vez). A los 72 minutos, desde un tiro libre de la derecha, Galdames cabeceó tras un rebote y Sosa arrojándose sobre la izquierda la contuvo. Esa jugada, que terminó siendo intrascendente por la segura intervención del arquero uruguayo, anticipó como se resolvería el trámite del partido.

Recién a falta de 15 minutos, y a pesar de que se pueden introducir hasta cinco cambios, Falcioni hizo entrar a Domingo Blanco en lo que fue el primer cambio del partido. Evidentemente para ambos entrenadores -cada uno con pasado en la institución a la que enfrentaba- las acciones que veían se correspondían con lo que habían pensado.

Lo que terminó cambiando la suerte de un encuentro que se encaminaba a la paridad fue la jugada que aprovechó Luis Abram, quien hizo honor al lema futbolístico de que dos cabezazos en el área rival terminan en gol. El defensor peruano festejó llevándose el dedo a la boca pidiendo silencio, en medio de las especulaciones sobre su futuro al no haber renovado el vínculo que finaliza en junio.

Cuando el tiempo de descuento se extinguía, con amor propio y llevándose por delante a su rival, el visitante fue por el empate y estuvo cerca: el derechazo de Blanco se estrelló contra el travesaño. El partido terminó a puro festejo para Vélez, por ratificar la levantada y por mantenerse en la punta de la zona B, mientras que para el visitante fue la segunda derrota en el campeonato y llegó luego de cinco triunfos al hilo contando la victoria en Copa Argentina. Por lo tanto, deberá recuperarse rápido porque la semana que viene enfrentará a Boca.