Al menos 20 personas resultaron heridas este domingo en un atentado suicida con explosivos contra la catedral de Makassar, en el este de Indonesia, tras la misa de Ramos, celebración que marca para los cristianos el inicio de la Semana Santa. El ataque habría sido perpetrado por dos miembros de un grupo yihadista pro-Estado Islámico (EI).

El hecho ocurrió en las afueras de la catedral del Sagrado Corazón de Jesús, en Makassar, ciudad portuaria de 1,5 millones de habitantes en el sur de la isla Célebes, a unos 1.600 kilómetros al noreste de Yakarta.

En los alrededores del templo -que funciona además como sede de la arquidiócesis de Makassar- había restos de cuerpos mutilados por la deflagración, que se produjo a las 10.30 (las 0.30 en la Argentina), tras la misa del Domingo de Ramos.

Los dos atacantes  murieron al detonar la carga explosiva que llevaban a bordo de una motocicleta, informó el jefe de la Policía Nacional, Listyo Sigit Prabowo.

El funcionario afirmó que los asaltantes eran miembros de Jamaah Ansharut Daulah (JAD), un grupo extremista seguidor de EI que en 2018 provocó otro ataque a una iglesia en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia.

“Hubo dos criminales muertos, un hombre y una mujer; eran miembros del grupo JAD, que perpetró un atentado con bomba en Jolo, Filipinas”, en 2019, sostuvo Prabowo.

El jefe policial no dio nombres ni dijo cómo fueron identificados, mientras los expertos forenses realizaban pruebas de ADN de los restos de los cuerpos esparcidos en el lugar.

Habíamos terminado la misa y la gente regresaba a su casa cuando se produjo la explosión”, narró el sacerdote Willem Tulak al medio Metro TV. "Había muchas personas heridas en plena calle. Yo ayudé a una mujer herida y cubierta de sangre", añadió una testigo.

Según el informe policial, un agente de seguridad intentó sin éxito impedir que la moto ingresara en el perímetro de la catedral. Tras el ataque, la zona fue cerrada para la investigación.

El presidente de Indonesia, Joko Widodo, calificó el atentado como un “acto terrorista” y recordó que “el terrorismo es un delito de lesa humanidad”. “Hago un llamado a todos para luchar contra el terrorismo y el radicalismo, que son contrarios a los valores religiosos”, agregó el mandatario.

En tanto, el papa Francisco dijo que rezó por todas las víctimas de la violencia, “particularmente por las del ataque de esta mañana en Indonesia”.

Las iglesias, el objetivo

Las iglesias cristianas han sido objetivo de ataques de los extremistas en Indonesia, el país de mayoría musulmana más poblado del mundo.

En mayo de 2018, una familia de seis personas -entre ellas dos niñas de 9 y 12 años y dos adolescentes de 16 y 18- hicieron estallar bombas contra tres iglesias de Surabaya, la segunda ciudad del archipiélago.

El mismo día una segunda familia detonó, aparentemente por accidente, una bomba en un apartamento, y al día siguiente una tercera familia cometió un ataque suicida contra una comisaría.

Estos atentados, que dejaron en total 15 víctimas mortales y 13 muertos entre los asaltantes -entre ellos cinco niños- fueron los más sangrientos cometidos en el archipiélago en una década.

Las tres familias radicalizadas estaban vinculadas al movimiento radical Jamaah Ansharut Daulah (JAD), que apoya al grupo Estado islámico (EI). Los ataques fueron reivindicados por el EI.