Después de 18 años y nueve meses de impunidad, el ex policía Luján Martínez fue condenado a prisión perpetua por el asesinato, en junio de 2002, de Mauro “Beto” Martínez, testigo clave en el juicio por la desaparición y asesinato de Miguel Bru, en agosto de 1993. Luján Martínez, quien en 2008 había sido absuelto por ese crimen, tiene 27 causas por violencia de género, incluyendo el intento de femicidio de una ex pareja, a la que hirió de seis puñaladas, delante de los hijos de ambos.

El fallo condenatorio del ex policía bonaerense fue dictado por la Sala I del Tribunal de Casación de la provincia de Buenos Aires, que revocó la absolución dispuesta en 2008 por el Tribunal Penal I de La Plata. En esa ocasión, lo dejaron en libertad y eso le permitió seguir su carrera criminal. Ese mismo fallo favoreció también al ex policía Ismael Gauna, quien falleció en 2009, en libertad, sin condena por el asesinato del testigo clave.

En 2017, delante de los hijos de ambos, el ahora condenado Luján Martínez atacó a su ex pareja, Nadia Barrera, quien salvó su vida de milagro, luego de recibir seis puñaladas. Desde 1998, el ex policìa tenía antecedentes de violencia de género, por denuncias presentadas por otras tres ex parejas. A Nadia la atacó violando una orden de la Justicia que le impedía acercarse a su ex pareja.

Desde el fallo absolutorio de los dos ex policías, la familia de Beto Martínez y la Asociación Miguel Bru, entablaron una dura batalla judicial para revertir el fallo absolutorio de 2008, hasta llegar a la condena de uno de los responsables. “Casi 19 años después del asesinato de Beto, logramos que se haga justicia, después de sufrir todas las irregularidades en el juicio oral contra los imputados Gauna y Martínez”, dijo Rosa Bru, presidenta de la Asociación que lleva el nombre de su hijo.

Recordó que los dos ex policías “fueron sobreseídos de la forma más impune por los integrantes del Tribunal Oral I de La Plata, pero seguimos luchando sin bajar los brazos”. En el caso, los abogados querellantes fueron Pablo Javier Oleaga, Marcelo Enrique Ponce Nuñez y Ernesto Martín.

Rosa Bru dijo que el fallo condenatorio de Casación “le puso fin a una pesadilla, porque además este hombre (Luján Martìnez) mientras estuvo libre tuvo un intento de femicidio”. Las causas que acumula desde 1998 por violencia de gènero, constan en un informe de la Secretaría de Género de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. “Recién ahora, luego de varios años en los que reinó la impunidad, se pudo llegar a la verdad, quedando en claro que se trató de una salvaje ejecución por parte del personal policial, ya que de ningún modo pudieron sentirse amenazados, pues la víctima se había entregado mansamente y estaba desarmado”, expresó Marcelo Ponce Nuñez, uno de los abogados querellantes, en relación al asesinato de Beto Martìnez.

La víctima fue testigo de la desaparición de Miguel Bru el 17 de agosto de 1993. Su testimonio fue clave para confirmar que Miguel estuvo en la comisaría novena de La Plata donde fue torturado hasta provocarle la muerte.

“Beto” comenzó a ser perseguido por el entonces oficial Ismael Gauna. Al poco tiempo fue detenido en la comisaría de El Dique, en Ensenada, de donde se fugó. Se refugió en una casa del barrio Villa Elvira, en 120 y 84. El 21 de junio de 2002 irrumpió en la casa una brigada policial encabezada por Gauna y Luján Martínez.

Según la versión de la policía, Beto Martínez salió a recibirlos armado con un revólver calibre 32. En cambio, testigos del hecho dijeron que salió con las manos en alto pidiendo que no lo mataran. Luego de esposarlo le dieron un tiro en la espalda.

El Hospital San Martín era el más cercano, a unas pocas cuadras, pero lo llevaron al Hospital Gutiérrez, en la otra punta de la ciudad, donde falleció al día siguiente. La familia y los abogados querellantes pudieron desarmar la cadena de encubrimiento y llevar el caso a juicio, pero la justicia parcial, porque uno de los imputados ya había fallecido, llegó recién casi 19 años después.