La intendenta Bettina Romero recibió ayer a una veintena de periodistas locales para explicar el alcance del plan de bacheo que se iniciará la próxima semana en el macro y micro centro de la ciudad, con una inversión de $ 49.890.863 en los próximos cuatro meses.
Los trabajos se desarrollarán en el cuadrante que por el norte tiene como límite las avenidas Arenales y Constitución; por el sur, la calle Coronel Vidt y la Avenida Independencia; por el oeste, las calles Ayacucho y Junín y al este, las avenidas Yrigoyen y Bicentenario
Acompañaron a la intendenta la jefa de Gabinete, Agustina Gallo, y el subsecretario de Renovación Urbana, Federico Casas.
En un marco de un diálogo relajado, aunque por momentos disperso, los periodistas escucharon el anuncio, algunas reflexiones de la jefa comunal sobre el tema, e hicieron consultas puntuales.
Romero aclaró que se trata de fondos propios, previstos en el presupuesto de este año. “Lo pagamos con recursos propios del municipio”, aseguró. Las obras de bacheo, pavimento y cordón cuenta que se hacen en los barrios están solventadas con fondos aportados por la Nación y todo eso suma 1.000 cuadras de trabajos.
“La situación de nuestras calles es una preocupación permanente e histórica en la ciudad, históricamente siempre se bacheó, entonces por qué las calles están cómo están”, se preguntó Bettina Romero.
Con menos énfasis y con tono conciliador, la intendenta insistió en la situación que presenta la infraestructura sanitaria, que depende de la empresa Aguas del Norte. Refirió el dato del titular de la empresa, respecto a que se pierde el 50% del agua potable que produce la ciudad.
Elogió la coordinación que existe actualmente con la empresa proveedora del servicio de agua y cloaca y si bien destacó que tienen "un buen vínculo y trabajo político con el gobernador y todo su equipo”, distinguió que “una cosa es lo político y otra la realidad. Tenemos buen vínculo, hemos llegado juntos, queremos que Salta esté mejor. Ahora: el caño está tirando agua. Entonces, hasta qué punto la cuestión política se traduce en “empecemos a cambiar las cañerías, porque el problema es tener cañerías obsoletas”.
El subsecretario de Renovación Urbana añadió que el principal problema es el estado obsoleto de la infraestructura sanitaria y no existe un estudio específico sobre cuáles son las calles que tienen pérdidas. “El 90% de las veces que abrimos un bache existe una pérdida de agua subyacente, que la descubrimos en el momento de la apertura de la calzada”, señaló.
Explicó que el plan de bacheo está relacionado con el transporte público porque son las calles más sufridas, las que soportan mayor carga.
Casas dijo que se usarán hormigón o bituminoso, de acuerdo a la envergadura de los baches y la intendenta ofreció la absoluta certeza de que ”van a ser obras de calidad, que duren años”.
Romero ratificó que “lo mejor tiene que venir de la periferia al centro y anunciamos esto con alegría porque sé que estamos en los barrios”. Pero advirtió: "No puedo hacer pavimento en toda la ciudad porque no tenemos cómo financiarlo. Hay casi 4000 cuadras que necesitan pavimento y para eso necesito 10 años de mi presupuesto.”
Sin embargo, anticipó que está en elaboración un plan piloto para ejecutar obras por el sistema de contribución de mejoras. “La idea es que el estado aporte un 60%, los vecinos un 40%, se haga de manera absolutamente transparente y poder avanzar en barrios donde los vecinos están dispuestos a colaborar y confían”.
La jefa de Gabinete, Agustina Gallo, dijo por su parte que tapar baches requiere dinero del estado, que debe estar ordenado. Esta tarea se suma a la de los barrios, pero "las dos cosas tienen que ver con una buena administración, porque los recursos son limitados”.