Asumió en noviembre, tras una serie de conflictos en el Ministerio, su antecesor, Francisco Gordillo, se vio obligado a renunciar tras los escándalos por las designaciones irregulares de cargos. La frutilla del postre fue el anuncio del traspaso de los Institutos de Educación Superior (IES) al Ministerio de Ciencia e Innovación Tecnológica, decisión que el gobierno desestimó tras la protesta de la comunidad educativa.

En estos pocos meses Centurión ha tenido que gestionar el inicio de clases bajo la nueva norma de bimodalidad, construir un espacio de confianza para el diálogo que viene con fricciones entre el gobierno y la comunidad educativa, y, además, negociar la paritaria docente, en las que las partes quedaron liberadas de la conciliación obligatoria la semana pasada tras la falta de acuerdo.

-El caso de Catamarca ha sido paradigmático a nivel nacional con las suspensión de las clases presenciales en algunas localidades ¿Para la decisión se hizo alguna consulta nacional?

-Nos comunicamos siempre en el ámbito del Consejo Federal de Educación, que son 24 jurisdicciones. En los decretos 386, 387, que acordó el retorno de las clases y las pautas para la presencialidad, se fijaron los índices por los cuales una jurisdicción podía decidir la suspensión. En esos acuerdos la provincia ha asumido la responsabilidad de suspender cualquier tipo de actividad antes de cortar la presencialidad. Consideramos que la educación es prioridad dentro de la política de Estado. En las jurisdicciones donde no hay presencialidad hoy se agotaron todas las instancias, están cerrados gimnasios, bares, la administración pública trabaja con teletrabajo y por último se han cortado las clases. Nosotros trabajamos con el Ministerio de Salud para que nos marque esos indicadores y el riesgo que se circule para ir a la escuela.

-A raíz de estas suspensiones se ha querido instalar la idea de que las escuelas son focos de contagios.

-Como provincia asumimos un compromiso ante el Consejo Federal de Educación de sostener la presencialidad cuidada. En las jurisdicciones que suspendimos no lo hicimos por una cuestión de que las escuelas sean un foco de contagio, sino porque las jurisdicciones estaban complicadas epidemiológicamente según los indicadores de salud. Con la medida de cortar la presencialidad se evitó la movilidad.

Estoy muy contenta de cómo se están implementando y respetando los protocolos. Nosotros tenemos las escuelas especiales que comenzaron en noviembre y hasta el día de la fecha continúan y son comunidades que no han tenido ni un solo caso por los cuidados que se han tenido.

-La bimodalidad ha traído cambios en las dinámicas y resistencias, ¿cree que es necesaria la presencialidad en el actual contexto de pandemia?

-Tuvimos un 2020 desastroso para la educación, fue un año muy duro a nivel mundial. Somos una sociedad en la que la enseñanza aprendizaje se da de manera presencial. Y destaco mucho esa tarea docente. En el interior se nota mucho, donde no hay tecnología, donde no hay conectividad, es tan necesaria la presencialidad. Me pasó de ir a lugares donde los papás me digan, por favor, que vuelvan las clases, porque nosotros no estamos alfabetizados y es la primera generación de chicos que van a la escuela. No solo que es importante y es un sostén familiar, sino que es la única salida de esos chicos. Entonces es tan importante la presencialidad que no vamos a dejar de hacer clases presenciales en lugares donde no se corra riesgo.

-En capital hay alumnos que todavía no han comenzado las clases presenciales, ¿por qué?

-Lo que pasa en las escuelas de capital es que la matrícula es mayor, entonces las burbujas se hacen con más intercambio de tiempo. En el interior tenés escuelas de 15 chicos, entonces van semana de por medio, acá la matrículas son de hasta 40 chicos y por ahí las aulas no tienen los espacios acordes para respetar la distancia de un metro y medio. Entonces los chicos van una semana por mes, y el resto de manera virtual. Pero es por una cuestión de espacio y la cantidad de matrícula. Por esa diversidad de espacios y matrículas de las escuelas se decidió dar libertad a cada equipo directivo para que tome las decisiones de organización.

También eso nos enseñó el 2020 en pandemia, darnos un pantallazo de que tenemos una provincia llena de regiones distintas. No es lo mismo ir a la escuela en Fray Mamerto Esquiú (Valle Central) que ir en Villa Vil (Antofagasta de la Sierra).

-¿Qué advirtió la pandemia en cuanto a conectividad, se están pensado programas para la asistencia a docentes y alumnos?

-El gran tema de pandemia es esa brecha digital, que unos tienen conectividad y otros no, que unos tienen acceso y otros no. En cuanto a eso con el Ministerio de la Nación habilitamos la plataforma Juana Manso, que no consume datos y a la que tienen acceso docentes, alumnos y papás. Funciona sin conectividad. Pero la otra brecha y el gran problema es que en cuatro años no se distribuyeron netbook. Entonces está la plataforma, pero hay muchos chicos que no tienen los medios para descargarla. Entonces es importante que se continúe con esa política de Estado y ya nos comunicó el ministro Trotta que se van a licitar 500.000 netbook para distribuir en todo el país, y por supuesto que Catamarca va a estar beneficiada y se va a ir acortando la brecha para esos chicos que tienen ganas de estudiar y por ahí tienen un solo celular o una sola computadora en la casa. Porque esa ha sido la otra complicación en pandemia, una familia con tres o cuatro hermanitos y el papá con teletrabajo, hacer tarea fue una verdadera labor de ingeniería para los papás.

-El gobierno elevó a 35% la propuesta de aumento salarial y los gremios la rechazaron.

-No hemos llegado todavía un acuerdo, si bien se han liberado las partes de la conciliación obligatoria, somos optimistas de que podamos llegar todavía a un acuerdo. Con el contador Luna (ministro de Trabajo y Recursos Humanos) y todo el equipo estamos trabajando en muchos temas que hace mucho tiempo no se trabajaban en Educación. Desde que asumí en noviembre volvimos a las clases, todos los equipos directivos están cubiertos, se programaron las asambleas docentes que en todo el 2020 producto de la pandemia no se pudieron hacer, para que no sigan los docentes esperando por un cargo; se han reasignado cargos, lo que no se hacía desde 2011. Incluso estamos trabajando mucho con el equipo de modernización que nos está ayudando con el sistema digital, porque es importante que en un ministerio tan grande tenga todo digital y dejar de acumular papeles.

-El año pasado hubo conflictos con la comunidad educativa por el traspaso de los institutos superiores a otro ministerio.

-Los institutos de Educación Superior están todos en la órbita de Educación. Creo que necesitamos un gran cambio en lo que es la educación superior de la provincia. No podemos seguir teniendo carreras en las que hay 500 personas esperando en el orden de mérito, cuando un estudio que se hizo, por ejemplo, dice que hay docentes que no van a llegar a optar por un cargo y que ya van a llegar a su edad jubilatoria. Entonces cuando el gobernador dice que hay que jerarquizar la educación superior, habla de que hagamos carreras donde los chicos tengan trabajo, que no hagamos carreras donde los chicos se sacrifiquen, se reciban y luego tengan que trabajar de cualquier cosa menos de lo que se recibieron. Siempre digo que en el Valle Central por ahí no se le da la importancia que tiene un IES, en el interior es la universidad y la única imagen de futuro que tiene un chico. Entonces entiendo su defensa, pero creo que es necesario muchos cambios, jerarquizar, ordenar, empezar a dictar carreras donde los chicos salgan y tengan trabajo y no generar más desocupados. La pandemia demostró que no podemos generar más desocupación. La Enfermería, por ejemplo, era una carrera que teníamos cierta matrícula, pero hoy nos damos cuenta de que el sistema de Salud necesita más el recurso humano para que no se nos colapse el sistema de Salud.

-¿Cree que la Ley de Educación necesita una reforma?

-Creo que es necesario garantizarle a los docentes y llevarles la tranquilidad de que nadie viene con la intención de cercenar ningún derecho, sino que la idea es mejorar. Cualquier persona que esté en el sistema educativo se da cuenta de que hace mucho tiempo se vienen yapando muchas normativas, y que es necesario reformar, mejorar en algunos casos, en otros, derogarlas y empezar de nuevo. Por ejemplo, el tema de violencia de género. Se da la licencia, pero no se traslada por violencia de género, tienen que hacer los mismos procedimientos que hacen todos, optar por las mismas horas y por el mismo cargo en otra jurisdicción. Cuando asumí me pasó algo particular, que una docente de Tinogasta me dijo, “yo no la quiero a la licencia, porque estoy más horas en la casa y me pega más”. Entonces no es solo el tema de la licencia, sino que hay que hacer reformas integrales. Y te toco solo el tema de la licencia como un tema chiquitito, hay cuestiones más estructurales dentro del sistema educativo que son necesarias replantearse como comunidad educativa, en la que participen docentes, equipos de supervisión, representantes gremiales. Es necesario darse esa tarea y de a poco ir mejorando, que es lo que quieren todos, tenemos muchos docentes desocupados y creo que ellos son los que se merecen esta reforma y una mejor educación.

-El Ejecutivo mandó el año pasado a la Legislatura una ley sobre educación privada, ¿qué piensa sobre ella?

-Es una ley que yo llegué y ya tenía media sanción. En Diputados se ha hecho un análisis exhaustivo y sin dudas hay puntos que se tienen que rever, hay puntos que se tienen que incorporar. Me he reunido con la Comisión de Educación de Diputados y creo que un punto muy importante que se tiene que trabajar es en la infraestructura escolar. Los colegios privados son habilitados como comercios por la Municipalidad y no siguen una infraestructura escolar que sí es adoptada por los edificios públicos. Cumplen con muchas cuestiones por voluntad propia, pero no porque haya algo que los obligue. Es muy importante que todos manejemos el mismo idioma en cuanto a arquitectura escolar, porque no es una cuestión menor el cuidado de los chicos. No podemos abrir una sala y que no tenga salida de emergencia o se coloquen vidrios que explotan. Otro punto es el tema subsidios, por ejemplo, el año pasado por la pandemia no se hicieron asambleas y por ende muchos docentes públicos no tuvieron la posibilidad de cobrar y los privados sí. Entonces hay muchas cuestiones educativas que creo que se tienen que legislar y que sea un sistema más justo para todos. Pero bueno, Diputados seguirá tratándolo y decidirá si se aprueba o no. Y si no se aprueba y es necesario hacer una nueva iniciativa, creo que tiene que ser no solo algo propuesto por el Ejecutivo, sino propuesto por la comunidad educativa de gestión privada que son los principales involucrados o afectados, por ejemplo, en el caso de las obras si se toma una iniciativa como que los papás tienen que pagar las obras de las escuelas. Amerita un tratamiento, porque los beneficiados o perjudicados son muchos, principalmente lo que es Valle Central.

-Se está capacitando en Ley Micaela, que marca un cambio de paradigma en los tres poderes del Estado, ¿cómo se está trabajando en Educación?

-Es increíble la primera clase lo que generó en el Ministerio. Todos hablando del tema o todos abriendo el paraguas. Yo entiendo que el cambio cultural es a largo plazo y que este es el inicio, pero que ya se haya generado incertidumbre, preguntas o que los varones participen que son mudos y que se hacen lo que para ellos no es ya es un cambio importante.

El ministerio es muy grande, viene mucha gente, y se había vuelto un trato impersonal, acá viene la gente y es un expediente, un número y hasta incluso en las mujeres el trato en general por ahí era hasta agresivo en algunas cuestiones. Por ahí uno no nota cosas que tiene naturalizadas hasta que alguien te lo hace ver de afuera.

Creo que es necesario para empezar a cambiar realmente la educación, no solo empezar por los equipos que toman decisión, sino también nuestra idea es trasladarlo a los institutos de educación superior y que nuestros formadores de niños ya salgan con otras ideas y con perspectiva de género, porque no hay forma de implementar ESI si el que te da las clases no tiene la perspectiva de género incorporada, porque te lo va a enseñar de una manera que el niño no necesita aprenderlo. Entonces en ESI estamos trabajando con planeamiento educativo, porque el año pasado se firmó una resolución donde se implementa en todas las modalidades y niveles. Y ESI no es una materia, sino que es transversal a todas las materias, entonces necesitamos los procedimientos para incorporarla y una modificación en la currícula de los chicos. Los niveles y las modalidades están trabajando en hacer una incorporación transversal a ESI y que sea de obligatoriedad en el dictado de clases.

También es importante trabajar en el miedo que les genera a algunos papás, porque relacionan educación sexual con genitalidad, y es darles herramienta a los chicos para que sepan todo, todo el tiempo, y no tengan que pasar por una situación de abuso o de acoso sin que se den cuenta de lo que les está pasando. Nosotros hablábamos con el equipo de mediación escolar y nos decían que muchos chicos se dan cuenta del abuso de grandes, porque son niños, juegan y les hacen creer que es un juego y de grande se dan cuenta que es un abuso. Entonces es importante darles a los chicos esas herramientas, y que sepan los cuidados de su cuerpo, sepan hasta dónde sí y hasta dónde no. Creo que darles las herramientas hace que tengan mayor madurez, hay chicos que la verdad que emocionan con sus posturas y cómo piensan, incluso no solo con educación sexual, sino con la interrupción voluntaria del embarazo, tienen 15 o 16 años y tienen una postura tan clara que la verdad que te emociona ver que tenemos chicos con esperanza y que tenemos un futuro mejor y que el mundo va a cambiar en ese aspecto.