Vélez Sarsfield exhibió este lunes una discreta imagen y perdió 2-0 con Atlético Tucumán, en el cierre de la novena fecha de la Copa de la Liga. Oscar Benítez, en la primera etapa, y el ingresado Augusto Lotti, en el complemento, convirtieron los tantos del  ganador.  

Pese al tropiezo, el equipo dirigido por Mauricio Pellegrino continúa en lo más alto de la clasificación de la Zona B, con 19 unidades, al tiempo que mantiene las tres de ventaja sobre Lanús, que perdió a su vez con Newell’s Old Boys.

El primer tiempo arrancó con un planteo cauteloso de Vélez, que salió a esperar las embestidas del Decano, y así optó por manejarse de contragolpe.

Pero el equipo del DT Omar De Felippe tampoco aceptó el convite de erigirse en protagonista, por lo que la posesión dividida del balón fue un factor común. Y un error podía desembocar en la apertura del tanteador.

Esa equivocación llegó en el equipo visitante, cuando el chileno Galdames perdió un balón en la salida; Heredia robó y habilitó a Toledo, quien alargó para Junior Benítez, que definió para marcar el 1-0.

El Fortín necesitaba salir a remontar la desventaja. Pero sus circuitos futbolísticos no funcionaron y la generación de chances de gol quedó como gran déficit. Por eso, el primer período de los conducidos por Pellegrino fue bastante flojo y el triunfo del local, sin deslumbrar por cierto, asomaba lógico.

En la segunda etapa, Pellegrino mandó a la cancha primero a Lucero; y más tarde a Thiago Almada y Orellano, con la clara intención de ganar mayor peso ofensivo.

Pero Vélez se pareció poco al equipo de encuentros anteriores, no mostró solidez y le costó horrores generar situaciones claras de gol.

Atlético Tucumán esperó agazapado la oportunidad de aumentar la diferencia. Y a quince minutos del final, luego de un cabezazo de Marcelo Ortiz por el cual el arquero Hoyos dio un rebote largo, el ingresado Lotti apareció para tocar al gol y ampliar la cifra.


Al margen de los ingresos de Centurión y Mancuello, Vélez Sarsfield no logró modificar la imagen y terminó sucumbiendo ante un rival ordenado, que supo golpear en los momentos clave.