Al término de una asamblea general realizada en forma virtual, los obispos católicos argentinos emitieron un breve documento en el que, atendiendo a la actual situación social, política y sanitaria, renuevan “nuestra convicción de que el diálogo es el camino para afrontar juntos, como comunidad nacional, esta etapa difícil y exigente”. El texto, que lleva por título “Salir juntos y mejores”, señala también que “es imperioso procurar la máxima eficacia en la adopción de aquellas medidas sanitarias necesarias y razonables para evitar el incremento de la difusión del virus y conjugarlas con el máximo respeto a los derechos y garantías consagrados por nuestra Constitución”.
La declaración episcopal hace también una mención al llamado “Diálogo argentino” una iniciativa protagonizada por la jerarquía católica en el 2001 para acercar a los diferentes sectores de la sociedad en medio de la crisis que el país atravesaba en ese momento. “En los tiempos del Diálogo Argentino, se buscó superar la crisis con la participación de todos los sectores, como una herramienta para construir un nuevo tiempo en nuestra Patria”, recuerdan ahora los obispos.
El documento conocido hoy comienza recordando que “en la dura realidad de estos días, en la dramática extensión de la pandemia con su secuela de enfermedad y muerte, se han acentuado la pobreza, la exclusión, la falta de trabajo, así como las expresiones de un creciente enfrentamiento político”. Pero reconoce también “la extraordinaria fortaleza y el aporte sostenido y generoso de los sectores esenciales, particularmente de los médicos, enfermeros y personal de la salud, y de todos aquellos hombres y mujeres que prestan importantes servicios en la vida cotidiana”.
En otra parte de la declaración y sin hacer referencia explícita y concreta a ningún hecho o situación, los obispos católicos solicitan “a los dirigentes de todos los sectores, auténtica capacidad de liderazgo para ejercer con nobleza la vocación política, comunicando claramente la situación en cada momento, suscitando y alentando el compromiso y el empeño de todos, dejando de lado descalificaciones y posturas que promuevan el resentimiento y la división”. Un pedido que los obispos refrendan utilizando una frase del papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti n. 178: “La grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo”.
Buscando demostrar su compromiso ante la coyuntura, los obispos señalan también que “también nosotros, como parte de esta sociedad, nos comprometemos a contribuir con espíritu de servicio según nuestras posibilidades” porque “todos queremos ‘salir juntos y mejores’ de esta crisis de la pandemia y de sus múltiples consecuencias”.
En otra parte de su declaración la jerarquía de la Iglesia Católica plantea su agradecimiento a los “esenciales” de “nuestras comunidades, esa inmensa multitud de catequistas y consagrados, voluntarios de Cáritas y otros agentes pastorales, inclusive de otras confesiones religiosas e Iglesias hermanas, que atraviesan esta pandemia, visitan pobres y enfermos, llevándoles el abrazo de la fe con una creatividad que merece todo nuestro reconocimiento”.
Y, haciéndose eco del reclamo de algunos obispos que expresaron su molestia por las restricciones a las actividades religiosas, ahora el documento episcopal advierte que “queremos expresar como creyentes que la libertad religiosa, especialmente de culto, es un aspecto esencial del bienestar integral de la población y el fortalecimiento espiritual de las personas”.