La pandemia, no es novedad, modificó todas las prácticas: cumpleaños y clases por zoom, reuniones de trabajo o entre vecinos. Todo es distinto desde hace algo más de un año, también la manera en que miramos una película: cambiamos la pantalla grande del cine por las de otros dispositivos, las butacas por algún sillón, la masividad de una sala por la intimidad del hogar.

En este contexto, los usuarios no fuimos los únicos en adaptarnos a plataformas diversas para seguir de cerca alguna buena historia o testimonio, también las reglas del juego viraron para quienes hacen cine. Así, con sede en San Salvador de Jujuy, comienza hoy un ciclo gratuito de documentales con perspectiva andina. La propuesta, que se extenderá por siete días, depende del Ente Autárquico del Festival Internacional de Cine de las Alturas.

El Ciclo Online “Alturas Doc” es una muestra internacional que tiene como principal objetivo presentar al público de la región siete films documentales que participaron de la última edición del Festival Internacional de Cine de las Alturas. En este sentido, es “una oportunidad para que los espectadores andinos puedan apreciar las producciones que se realizan en la región, dando lugar a las perspectivas y problemáticas locales”, aseguraron sus organizadores.

Sacachún, de Gabriel Páez. 

Los filmes están disponibles del 22 al 28 de abril en la web www.cinedelasalturas.com.ar y se visualizará en todas las naciones que integran la región andina: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

Los documentales fueron parte de la selección oficial en la Sexta Edición del Festival Internacional de Cine de las Alturas que, por razones conocidas, se realizó online.

Con foco en la diversidad de contenidos y con el paisaje andino como factor común, se verán los dos documentales ganadores: Sacachún, de Gabriel Páez (Ecuador) y Juan, de Adrián Geyer (Venezuela). Además serán parte de la grilla: Sembradoras de vida, de Álvaro y Diego Sarmiento (Perú), documental que fue galardonado con el Premio del Público; Apurimac, de Miguel Mato (Argentina); Jinetes del paraíso, de Talía Osorio Cardona (Colombia); El Gurú, de Rory Barrientos Lamas (Chile) y Mar Negro, de Omar Alarcón (Bolivia). Todos los documentales estarán disponibles por 24 horas, cada día se habilitará uno a partir de la cero hora de cada país.

Juan, de Adrián Geyer. 

Esta muestra que inauguramos hoy es una selección de algunos documentales que representan miradas muy particulares sobre la realidad de cada uno de los autores de los siete países andinos”, expresa Daniel Desaloms, uno de los directores de la propuesta, y detalla: “La muestra la inaugura ‘Sacachún’, de Ecuador. Es un documental hermoso donde se mezcla el humor con la investigación. Es muy recomendable para el público que en general no tiene contacto con el cine andino, como suele suceder y ha sucedido desde que está el festival de las alturas, que le abrió los ojos a los espectadores argentinos sobre la calidad del cine andino que se realiza actualmente".

Mar Negro, de Omar Alarcón.

Luego, el viernes 23 se exhibirá Juan, dedicado a un artista plástico y escultor venezolano, "un personaje asombroso", en palabras de Desaloms. Sembradoras de vida, una pieza peruana que se exhibirá el sábado 24, muestra el trabajo de las mujeres en la tierra. El siguiente, Apurimac, es "un documental argentino que registra y retrata una costumbre del Perú, de un pueblo que construye un puente tejido a mano que cruza un precipicio, y luego lo destruye. Es decir, esta obra comunitaria tiene una vida efímera. Es realmente una maravilla".

Sobre la versión virtual del evento, que sustituyó a lo que en un momento dado fue la muestra de cine andino, en el que  rotaban las películas seleccionadas en todas las capitales andinas, de Buenos Aires a Caracas, subraya: “La virtud que tiene el sistema streaming es que lo va a ver mucha gente en Latinoamérica”, y añadió: “Este ciclo es una oportunidad para el público jujeño y del NOA para acceder a estos documentales. Conformamos esta semana para que no se pierda la costumbre de acceder a este material inédito para la audiencia común”.

Apurimac, de Miguel Mato. 

En este punto Desaloms considera que las siete piezas “son un excelente material, que evidencia la diversidad de estilos, de miradas, de estéticas, de conceptos respecto del documental que cada director tiene”, al tiempo que especifica “lo andino no está presentado como algo folklórico, es cine independiente. Las películas andinas retratan los mismos conflictos de la realidad de cualquier país. Obviamente, decimos andino porque incluye a Ecuador, Chile, Argentina, Perú, Bolivia Venezuela y Colombia”

"Este festival fue una revolución"

En la misma línea, Daniel Desaloms, realizador de Paco Urondo. La Palabra Justa, El último tango, y de Bloqueo: La guerra contra Cuba, entre otros destacados trabajos fílmicos, reflexiona sobre la relevancia del Festival Internacional de Cine de la Alturas que se lleva a cabo en Jujuy desde 2014

-¿Cuál es la proyección que el Festival le dio a Jujuy en particular y al NOA en general dentro del mapa cultural de nuestro país?

-Este festival fue una revolución. Nunca imaginamos que podía tener semejante envergadura. Primero, hay que recordar y subrayar que todo el NOA era una zona absolutamente marginal para la industria cinematográfica. En general, como Argentina es un país donde la actividad está focalizada en Buenos Aires, el cine de Jujuy, de Salta, de Catamarca, de Tucumán no tenía visibilidad en la industria.

Entonces el festival instaló la visión del cine andino en el mundo. De hecho, desde 2014 hasta la actualidad, se transformó en el Tercer festival internacional de la Argentina. Primero Mar del Plata, que es el único festival de Latinoamérica que tiene categoría A, después el BAFICI, sin dudas el festival de cine independiente más importante de América Latina. Y el tercero es el festival internacional de Cine de las Alturas de Jujuy. Y no solamente desde el punto de vista de la difusión del material y del hecho de haber instalado una base para que la gente conozca lo que se produce, sino además se abrió la ENERC en Jujuy. La escuela nacional de experimentación y realización cinematográfica tiene su sede en Jujuy, que comprende todo el NOA. Eso activó el trabajo de los chicos que antes no tenían un centro de formación y debían mudarse a Buenos Aires o a Córdoba. No había posibilidad de estudiar cine en su localidad. Entonces a partir del Festival hubo una revolución no sólo cultural sino también pedagógica y social.

Jinetes del paraíso, de Talía Osorio Cardona. 

-Entonces no se limitan a exhibir películas…

-Nuestra propuesta no es solamente difundir el cine andino, sino promover la realización de cortos de los nuevos directores argentinos que viven en el NOA. En estos años le dimos estatus de competencia oficial con un premio importante en dinero a los cortometrajes de la región.

Esto ha permitido que crecieran muchísimo los realizadores y las productoras de chicos del NOA. Cada año mejora de manera extraordinaria la calidad de los cortos. Algunos ya están haciendo largometrajes.

-Este festival plantea una mirada del mundo y problemáticas que son específicas de la región andina, donde conviven las tradiciones más ancestrales con, por decirlo de algún modo, "la vida moderna" ¿cómo reciben ese sicretismo?

-Esas convivencias son absolutamente legítimas porque nosotros no planteamos ningún presupuesto estético ni de contenido. En todas las producciones notás el contexto porque las películas transcurren en el escenario andino: en Lima, en La Paz, en el Norte argentino, porque cada película refleja una historia que se cuenta en su propia localidad. Pero los temas son de la actualidad: el narcotráfico la explotación de mujeres y otras problemáticas.

Las películas que participan de este Festival cuentan historias de distintos géneros, por esto es interesante. Vamos a ver películas de tipo social, comedias, otras de carácter realista, entre otras.

El Gurú, de Rory Barrientos Lamas. 

-¿Cuál crees que será el impacto de este ciclo de cine documental en la comunidad en general, sobre todo en el NOA y en contexto de pandemia?

-Nuestra premisa es que el cine andino llegue a la mayor cantidad de gente posible a través de la plataforma streaming. Nosotros suponemos, tenemos la esperanza de que el año que viene esto se va a hacer en Jujuy nuevamente. Todos los festivales imaginan que probablemente el año que viene las cosas estén mejor. Apostamos a la presencialidad en 2022 porque en Jujuy se produce un encuentro internacional de directores, de público, de guionistas y productores Qué es extraordinario. Parece Sundance, Cannes o Berlín.

En Jujuy se da una actividad cinematográfica muy parecida a la de los grandes festivales del mundo. Es algo extraordinario que sea el tercer festival de la Argentina y que sea el único festival andino de América Latina. Ya con esos dos rótulos hemos conquistado un espacio que no existía. Además, es el único completamente gratuito desde sus inicios.

-Como marcabas antes, esto ha mejorado la industria cinematográfica que no se quedó únicamente en Buenos Aires…

-Absolutamente. De hecho Hay muchísimas películas que se han filmado en el NOA. En esta industria todo tiene que ver con todo: ponés un festival internacional, una escuela, le das facilidad a los productores para que puedan pensar filmaciones en escenarios naturales, todo esto va motorizando una actividad de que no existía. Y esto recién empieza.