Hubo festejos para los mexicanos en la ceremonia de los premios Oscar 2021. Fue por el premio a Mejor Sonido para El sonido del metal, en cuyo equipo estuvieron Carlos Cortés, Michelle Couttolenc y Jaime Baskcht. La elección del título de la ópera prima del británico Darius Marder habla de la importancia del trabajo sonoro, por el cual ganaron hace dos semanas el Bafta británico. Es un trabajo notable, en tanto representan la incipiente sordera de un baterista de rock “en primera persona”. El abanico de recursos, que va desde ruidos metálicos y zumbidos hasta un efecto tapón constante y voces que se escuchan como abajo del agua, propone una experiencia inmersiva infrecuente para una película que llegó a la noche dorada con seis nominaciones.

“El sonido aquí es muy sensorial, tratamos de usar momentos en los que no es inteligible. La película está en 5.1 canales, y lo que intentamos fue desorientar mucho, que los ruidos fueran distorsionados y molestos“, contó Cortés durante una entrevista al medio digital Conecta. El trabajo, minucioso y preciso, fue realizado integrantemente en estudios de México, acentuando la estrecha relación que ha desarrollado el Oscar con los técnicos y artistas del país vecino. No por nada cinco de los últimos diez premios de Mejor Dirección cruzaron el muro de Trump hacia el sur: dos para Alfonso Cuarón por Gravedad (2014) y Roma (2019), otros dos –y consecutivos– para Alejandro González Iñárritu por Birdman (2015) y El renacido (2016) y uno más para Guillermo Del Toro por La forma del agua (2018).

Con este último había trabajado Cuottolenc en El laberinto del fauno, para luego formar parte del equipo de otro director de relevancia internacional como Carlos Raygadas en Luz silenciosa. Baksht, por su parte, es uno de los mezcladores de doblaje más relevantes del país azteca, y su currículum incluye títulos como Roma y Nuevo orden, de Michel Franco; mientras que Cortés cuenta con importante recorrido en la industria local y experiencia internacional en Fantastic Mr. Fox, de Wes Anderson.

El que no pudo fue el documental El agente topo, con el que Chile intentaba ir por un nuevo Oscar luego de los conseguidos en 2016 con el corto animado Historia de un oso, de Gabriel Osorio y Patricio Escala, y con Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio, en el rubro Film Internacional de 2018. La película de Maite Alberdi, que tiene como protagonista a hombre de 83 años que es entrenado por un detective para vivir tres meses como infiltrado en un hogar de ancianos, cayó ante la favorita, My Octopus Teacher.