Pasan diez minutos de las 21 horas del sábado 17 de abril y en una jugada cínica del destino comienza la cuenta regresiva que se va a frenar en el seis. Cientos de miles de personas quedan esperando escuchar la voz del Indio Solari anunciando para “damas y caballeros” la llegada de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Pero eso no sucedió. La empresa encargada de la transmisión del show por streaming sobrevendió entradas y su sistema no soportó la llegada virtual de los fieles ricoteros, que suelen desafiar la infraestructura de cualquier lugar. Así como pasados unos pocos meses de pandemia nos dimos cuenta de que no todo contenido cultural es “streameable”, pasible de trasladarse a un formato de emisión por internet, un evento producido integralmente para la red puede hacer colapsar a ésta si no hay previsión. Se impuso la vieja y tan terrenal lógica de maximización de beneficios que tantas veces hemos visto en los recitales presenciales.

La bemba corrió rápido y para antes de la medianoche se sabía que el espectáculo se iba a liberar por Youtube para todos y todas. Una decisión a la altura de los seguidores del Indio que también hacía presumir que algo importante traía el show. Sin caer en la crítica cultural, porque no es la intención, vale la pena destacar la puesta audiovisual del espectáculo, como pocos en nuestro país en los últimos tiempos, y la versatilidad de los Fundamentalistas que con su diversidad logran cubrir todos los registros del Indio, inclusive con los efectos electrónicos, para llevar adelante un lista de temas que abarcó desde inéditos de las primeras épocas ricoteras hasta los últimos trabajos del Míster.

Y hubo que esperar hasta la última media hora para saber de qué se trataba: “Encuentro con un ángel amateur”. Un mensaje, una declaración, un descargo, sin mediación entre un artista popular para su público. Muchas veces se analiza en la comunicación, sobre todo en la de carácter político, los mensajes que logran saltear cualquier tipo de interposición, que van directo de su emisor/a hacía sus receptores. Aquí se produjo ese fenómeno, que como todo en la personalidad enigmática de Solari no terminó teniendo más de una interpretación, es unívoca.

Podemos notar que hay una concepción ética y estética sobre una problemática nodal de la actualidad, que suele abordarse desde los espacios académicos, desde la política, pero pocas veces desde el arte. Además, el Indio logra esquivar “el infierno de las pantallas” y “las selvas de internet” de las que habla en el tema que le dio título al recital , “A los pájaros”. Imposible no pensar en lo que harían los medios sensacionalistas si pudieran ser ellos quienes gestionaran la información sobre los padecimientos del ex líder de los Redondos. Por suerte no es posible. Eliminar la mediación de los grandes medios, de los grandes intereses corporativos, no es para cualquiera, sin duda es una posibilidad que tienen las referencias con carisma y mucha ascendencia sobre la población.

Ante un público conmovido por lo que se entendió masivamente como una despedida, Virginia Solari, compañera de vida del Indio, aclaró que fue un acto de liberación “para hacer lo que quiera y como pueda”. No se si es posible sacar una conclusión sobre todo lo que queda escrito en esta nota pero es imposible mantenerse inconmovible ante un acto comunicativo tan genuino. ¡Adieu!¡Bye bye!¡Aufwiedersehen!

* Licenciado en Periodismo UNR