El ex presidente Mauricio Macri violó la cuarentena. Viajó a Miami a pesar de haber sido contacto estrecho de Alberto "Tucho" Ambrosio, un legislador de Juntos por el Cambio con el que compartió un asado político en Córdoba y dio positivo de covid.

Ambrosio avisó de su contagio el viernes 30 de abril, por lo que Macri estaba informado de que tenía que cumplir con el aislamiento obligatorio y de todos modos decidió viajar.

El líder de Juntos por el Cambio ahora está en Estados Unidos, pero el miércoles 28 de abril estaba en Córdoba y organizó un asado político con unos 20 asistentes --algunos de los presentes dieron cuenta de que se superó esa cifra autorizada en la provincia por protocolo covid para reuniones--. El problema es que uno de los presentes fue el legislador Alberto "Tucho" Ambrosio, que dio positivo de coronavirus y hoy pelea por su vida en la terapia intensiva del Hospital San Roque de la provincia mediterránea.

Poco le importó a Macri respetar el debido aislamiento obligatorio por haber estado junto a Ambrosio, de 63 años. El asado de aquel miércoles no fue un ejemplo de "cuidadanía". Había más de 20 personas, se sacaron una foto sin barbijo y sin respetar la distancia mínima.

Ambrosio avisó de su contagio el viernes 30 de abril, por lo que Macri estaba informado de que tenía que cumplir con el aislamiento obligatorio, al igual que el resto de los presentes.

En esa cena con dirigentes de Córdoba, el exmandatario pidió que el PRO sea el “articulador” en el armado de las listas en la provincia, no descartó definir las disputas internas en las PASO y no se refirió de modo explícito a su preferencia por Gustavo Santos para la candidatura a senador este año y a gobernador en 2023.

La cena consistió en un salteado de hongos de entrada, entrecot grillado y postre de higos y el expresidente dijo: “Tenemos que hacernos fuertes, marcar la cancha y articular nosotros” en la antesala de la discusión por el armado electoral en la provincia. Lanzó algunas críticas a la UCR local sin hacer nombres propios y dejó entrever que avalará una competencia en las primarias si no hay acuerdo. 

Pero el expresidente dedicó la mayor parte de su estadía a descansar y a jugar al golf en un country de Alta Gracia. Las tensiones internas hicieron que también le pasaran factura por ese punto: le recriminaron lo “inoportuno” con el actual escenario de la pandemia, tanto radicales como miembros del PRO. Todas esas críticas por lo bajo, mientras en algunos casos buscaron el equilibrio en las declaraciones públicas.

Macri se ofreció a involucrarse en la campaña, adelantó que dentro de dos semanas volverá a Córdoba a presentar su libro Primer Tiempo y que será motivo para hablar públicamente y dar entrevistas. Se verá si en ese caso aprovecha para mover otra ficha para intentar armar el tablero que proyecta en esa provincia. Pero en el medio se fue a Miami, haciendo caso omiso de que uno de los comensales tenía coronavirus.

¿Qué debió haber hecho Macri? 

El protocolo sanitario publicado en la web de la Ciudad de Buenos Aires es muy claro al respecto: "Si estuviste en contacto con un caso positivo de coronavirus, resguardate siete días y hacete un test con turno o sin turno previo". 

Las medidas de prevención indican que se debió haber quedado aislado y evitar estar en contacto con otras personas. Sin embargo, el expresidente armó las valijas y emprendió su viaje hacia Estados Unidos.

Los dardos al gobierno nacional

Ya en Miami, aprovechó su participación en el foro por la "Defensa de la Democracia en las Américas" para criticar el manejo nacional de la pandemia, al señalar que Argentina tuvo "la cuarentena más larga del mundo" y que "por ineptitud no se han conseguido comprar vacunas". 

Desde el Biltmore Hotel recordó que el año pasado dijo que "el coronavirus era menos peligroso que el populismo" y expresó que ahora existe una "combinación más peligrosa: el populismo conduciendo una crisis sanitaria". En ese contexto, denunció que "la democracia en Argentina está amenazada". 

Bajo estos argumentos, denunció que es víctima de una persecución política por parte del Gobierno: “Todo lo disfrazan bajo la figura del 'lawfare', de que son las víctimas de periodistas, de la oposición, de los jueces, cuando en realidad desde que han vuelto al poder se han dedicado a amenazar jueces, a perseguir periodistas, a mi familia y a mí, sin ningún límite".