“¿Qué pasa, amigo? Estoy en Los Angeles, trabajando y descansando un poco, así que todo bien por acá, gracias a Dios”, responde Brad Delson y lo particular es que lo hace en un digno español, como casi toda su entrevista con el NO, excepto cuando se traba y aparece el inglés como salvavidas. “Nací acá y hay muchos hispanohablantes aquí, entonces el español es el primer idioma que los niños aprenden en la escuela. Aprendí así y con muchos amigos, pero no lo manejo bien todavía.”

Cuando habla de trabajo, el guitarrista de Linkin Park se refiere no sólo a los preparativos de su nueva gira latinoamericana, que traerá al grupo de nü metal por tercera vez a Buenos Aires, sino también a la presentación de su séptimo disco de estudio, One More Light, que al cabo de un año y medio de trabajo saldrá el 19 de mayo. “Estamos ansiosos por compartir esas canciones lo antes posible”, insiste Delson, ahora en spanglish. “Es un álbum con mucha personalidad porque todas las canciones empezaron con las letras y melodías de voz. Normalmente empezamos con la música, y la decisión de trabajar así nos abrió las puertas a un mundo nuevo, fue casi como grabar por primera vez.”

Compusieron alrededor de 60 canciones y se quedaron con sus diez favoritas. “Lo más interesante fue que, al tener solamente la voz, quizás acompañada sólo por un piano o una guitarra, tuvimos que pensar qué espíritu tenía cada tema. ¿Qué es esto? ¿Rap? ¿Country? ¿Metal? A partir de ahí experimentamos hasta darle una terminación, por eso el proceso requirió de mucha mentalidad.”

En su disco anterior la guitarra tuvo un rol preponderante. ¿Esto cambió la ecuación?

–En The Hunting Party la guitarra y la batería fueron al frente. Acá hice un trabajo mucho más fino, cuyo resultado es un sonido más suave, por la cantidad y calidad de capas que usé. Hay muchos elementos de guitarra en las canciones, pero insertados de otra manera, como soporte y respuesta para la voz y las melodías. Tocamos juntos desde hace más de veinte años y cada vez que grabamos queremos hacer algo diferente, algo que como público quisiéramos escuchar, no una copia de lo que ya funcionó. El mismo espíritu, otro resultado.

Rick Rubin fue un gurú para ustedes. Es la segunda vez que trabajan sin él como productor, ¿cuál es la sensación?

–Mike Shinoda y yo hicimos de productores. Pero One More Light fue un proceso más complejo, extremadamente abierto y colaborativo. Invitamos a mucha gente que compone canciones, que toca, productores. Artistas como Stormzy, Pusha T, y Kiiara, la primera voz femenina en aparecer en un disco de Linkin Park. Así que cada canción es un mix muy diferente de personalidades. Alguna vez incursionamos en ese método pero no lo habíamos llevado tan hasta el extremo. Sea de Rick o de cualquiera, si algo tenemos claro es que una de las mejores formas de crecer como músicos es aprender de otros.

* Sábado 6/5 en Maximus Festival, Tecnópolis. Desde las 12 con Prophets of Rage, Slayer, Rob Zombie y otros.