El Fructuoso Record Club se define como estudio de grabación y sala de ensayo. Y aún cuando esa descripción es técnicamente válida, es también incompleta: el proyecto fundado e impulsado por Ezequiel Fructuoso se convirtió en un espacio de producción musical que abona el crecimiento de las canciones hasta convertirlas en piezas discográficas. Mañana, en el Gran Salón de Plataforma Lavardén, se llevará a cabo un encuentro que permitirá encontrarse con tres ejemplos concretos de ese proyecto: desde las 21.30, en el quinto piso de Mendoza 1085 se presentarán los discos Cuatro Anatemas (Ep de Prima Limón, la banda que lidera Julia Capoduro), Madhu (debut discográfico del grupo homónimo que encabeza Maximiliano Kanter) y Despierta, obra de corta duración realizada por Mercedes Ianniello y Los Un Millón.

"Básicamente, el vínculo en común entre los proyectos es el formato canción pop-rock", apunta Fructuoso sobre esa tríada de artistas, y amplía: "Cada uno tiene su impronta. El disco de Julia es una fotografía de la banda actual, sonando dentro de la sensibilidad de las canciones que compone Julia para Prima Limón. Es el resultado de un año de trabajo de banda, y se grabó casi de la misma manera que se ensaya, es resultante de eso. Maxi Kanter, que encabeza el proyecto Madhu, tiene la particularidad de tener, dentro de la canción pop, ciertos tintes oscuros, que referencian a The Cure, a bandas dark de los 80. También tiene cierto tinte hindú, entonces en vivo va a haber un sítar que le da otra coloración a la música. Y Mercedes Ianniello, con Mercedes y Los Un Millón, está alineada en la canción pop, con sintetizadores, con banda en vivo. Tiene una línea melódica muy llevadera, eso es como el lineamiento de su canción".

Desde su rol de productor, Fructuoso busca que cada proyecto logre una impronta característica, haciendo del FRC un punto de encuentro, creación e intercambio. "Cuando está el proyecto sobre ruedas trato de buscarle cierta identidad a la producción, que tenga cierto nombre propio. Después en el abanico de músicos y artistas que hay dando vueltas en Rosario, sugiero para cada proyecto a determinado baterista, a tal tecladista... Por suerte estas personas se prenden y empiezan a trabajar en el proyecto. Más o menos voy delineando qué pretende el artista y buscando las alternativas para llevarlo adelante", explica.

Luego de haberlo fundado con el objetivo de consolidarlo como sello discográfico, fue el gusto por la producción y grabación lo que impulsó a Fructuoso a darle un giro al proyecto, al que hoy define como "un club de producciones musicales". "Es un grupo de gente que trabaja en pos de un artista particular, o de varios. Si bien trabaja como un estudio de grabación tradicional, donde vienen las bandas con las canciones resueltas, se graban, mezclan y editan, también funciona como plataforma para gente que tiene las canciones pero no tiene bien resuelto para qué lado ir. Es gente que viene con las canciones bajo el brazo y se lleva un disco, como así también una banda con la cual tocarlo. Se produce desde lo artístico hasta lo humano", detalla.

La presentación de mañana en el Gran Salón funcionará entonces como un muestrario de esos procesos de trabajo. "Es básicamente un pantallazo de lo que se hace en el Club", sintetiza Fructuoso, que concluye: "También es producto de mucho trabajo de los artistas, de mucho compromiso de los músicos que participan. Para mí siempre está bueno sumar gente, sumar actividades, para producir algo más grande. Pelearla solo siempre es mucho más difícil".