París vivió este sábado una jornada de represión por la prohibición de una marcha en favor del pueblo palestino. La convocatoria no fue permitida por orden del ministro del Interior, Gérard Darmanin. El funcionario actuó a través de la prefectura de París, que consideró que "existía un grave riesgo de que los enfrentamientos entre palestinos y las fuerzas del orden israelíes se trasladen al territorio nacional, provocando graves perturbaciones del orden público".
Los organizadores no acataron la orden y salieron a la calle, lo que derivó en represión de la policía. Los efectivos se hicieron presentes con carros hidrantes. Hubo corridas y gases lacrimógenos.
"Porque nos negamos a silenciar nuestra solidaridad con los palestinos, y no seremos impedidos de manifestarnos, estaremos presentes en Barbès el sábado a las 15", había afirmado un poco antes la convocatoria de una treintena de organizaciones , como Attac, la Acción Antifascista y el Nuevo Partido Anticapitalista.
Una de las fuerzas convocantes a la marcha ha sido el partido de izquierda Francia Insumisa, que denunció la prohibición como una vulneración de derechos fundamentales. Según su líder, Jean-Luc Mélenchon, el gobierno de Emmanuel Macron busca provocar incidentes para así “estigmatizar” la causa palestina.
Mientras, la derecha francesa se ha pronunciado abiertamente en favor de Israel respecto del conflicto que estalló el lunes pasado en la Franja de Gaza. El gobierno de Macron ha buscado evitar que la protesta derive en expresiones antisemitas, como ocurrió en una marcha de 2014. “No quiero ver manifestaciones de odio, manifestaciones antisemitas en Francia”, afirmó a su vez la alcaldesa parisina, Anne Hidalgo, en consonancia con la medida del gobierno de Macron.
A esto se suma que hace pocas semanas fue absuelto en Francia el asesino de una ciudadana judía. El hombre actuó bajo efecto de drogas y eso se consideró un atenuante. Esa tensión derivó en el miedo del gobierno francés de que la marcha, a la par de ese fallo, derivara en gestos antisemitas.