El fútbol argentino está plagado de hechos insólitos. El último ocurrió hace poco más de un día en la Bombonera, un pibe de las inferiores de River que jamás tuvo contacto con el plantel mayor más que para pedirles un autógrafo, cumple su sueño de jugar en la Primera, ante Boca y hasta atajar un penal. En Peligro de Wolf investigamos y, después de mucho deliberar, llegamos a la conclusión de que este hecho fue obra del grupo conocido como “Los Simuladores”. A continuación, la reconstrucción de los diálogos que hicieron posible este milagro:

-Vos dirás, Santos, ¿para qué nos llamaste? Si después de tanto tiempo nos volvemos a reunir me imagino que es por un trabajo grande.

-Más que un trabajo, los llamé para hacer efectivo un acto de amor, Lamponne. Les cuento, hace décadas que soy amigo de una familia de Lanús, los Díaz, todos buena gente, con el padre somos como hermanos. Resulta que su hijo ataja en las inferiores de River y parece que no tiene un lugar en reserva, hace 17 partidos que está en el banco. Lo más probable es que lo fleten a mitad de año y de esa manera no cumplirá su sueño y el de toda su familia, el de llegar a atajar en la Primera de River.

-¿Nombre del arquero?

-Díaz, Alan Leonardo Díaz. Leo, le decimos.

-Nunca lo oí nombrar, y mirá que soy fan del Millo. ¿seguro que juega en River?

-Sí, vendría a ser el quinto arquero, después de Armani, Bologna, Lux y el pibe que ataja en reserva que no me acuerdo el nombre.

-Lamento decirlo pero el panorama no es alentador. Los arqueritos de reserva en River o Boca difícilmente llegan a debutar en Primera. Los clubes grandes no tienen la paciencia suficiente para esperarlos. Lamentablemente, cuando llega el momento de firmar el primer contrato terminan libres o cedidos a otros clubes por dos pesos. Y si por esas casualidades no juega Armani, la chance de ocupar el arco se la darán Bologna, o a Lux, ponele…

-Pregunto, ¿cuál sería nuestra misión?

-Hacer que el pibe debute. Y no sexualmente, aclaro, antes de que alguno me salga con el chistecito.

-Yo lo veo complicado.

-Ponele que lo logremos, Santos ¿es solvente este amigo tuyo como para pagar el operativo?

-No, en absoluto. Es gente muy humilde. Justamente por eso es que yo le quiero dar una alegría al pibe y a su familia. ¿Y por qué ahora en el superclásico? Porque el que abonará nuestros servicios será un empresario textil fanático de Boca que me contactó para que lo ayudemos a ganar una fuerte apuesta, la semana pasada apostó varios millones de pesos a que su equipo le ganará a River.

-¿Y? Sigo sin entender.

-Sabemos que un arquerito de 20 años sin experiencia en primera será presa fácil de los delanteros xeneizes. La goleada será un hecho, ningún pibe podrá soportar la presión de jugar en la Bombonera. Es pan comido para Boca. Y si gana Boca, matamos de un pájaro dos tiros: él cobra su apuesta y nos da la mitad a nosotros por ayudarlo a asegurarse el triunfo. Y logramos que Leo no frustre su sueño de atajar en el equipo de Gallardo.

-Ah, bien, ahora sí. Me gusta ¿Y cuál es el plan?

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-Buenos días, caballero, mi nombre es Máximo Cozzetti, soy del servicio delivery del hotel. Vengo a dejar la comida del plantel. Tengo entendido que usted es el entrenador de arqueros, ¿verdad?

-Así es. Acá estamos entrenando con los muchachos.

-Sí, acá los veo, Armani, Lux, Bologna, el pibe Petroli…están todos. Permítanme ofrecerles unos matecitos con budín y esta torta de chocolate bañada en Covid, digo, en licor, gentileza de la casa…

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¿Qué hiciste, Ravenna? Te pedimos que trates de contagiar de Covid a los arqueros, nada más. ¡Se contagiaron 15!

-¿Y qué culpa tengo yo si los arqueros y el entrenador les convidaron mis exquisiteces al resto de sus compañeros, Medina?

-¡Es que se te fue la mano, Ravenna! Poco más y River sale a jugar con un equipo de Papi Fútbol.

-¿Acaso no logramos que Leo Díaz debute en Primera, se reciba de héroe de la jornada y que todo el mundo hable de él?

-Sí, la verdad que sí. Ahora seguro que le hacen firmar su primer contrato. Me imagino la felicidad de esa familia.

-Entonces…si logramos el objetivo… ¿alguien me da fuego?