El Burgos de España transita horas felices desde el último domingo, cuando logró el ascenso a la Segunda División de fútbol de ese país, luego de transitar durante más de 20 años entre la Segunda B y la Tercera Nacional. 

Los jugadores argentinos que se destacan en ese plantel son los ex River Marcelo Barovero y Leonardo Pisculichi, quienes aportaron mucho en el inicio del ciclo de Marcelo Gallardo en 2014. Además, desde afuera de la cancha, hay una familia que conduce los destinos de la institución y que también está vinculada a la entidad de Núñez.

Antonio Caselli es el dueño del Burgos desde mayo de 2019, cuando compró el 95% de las acciones, y su hijo Franco es el presidente del club desde diciembre de ese año. El chico, de sólo 24 años actualmente, se convirtió en el responsable más joven en la historia del fútbol español.

La novia de Franco, llamada Candela Blanco, es la vicepresidenta de la Fundación Burgos; y Bruno, el hijo menor de Antonio, es vocal. Caselli padre siempre tuvo aspiraciones de posicionarse al frente de River Plate, y como no pudo ganar en las últimas dos elecciones, hará un intento más en diciembre próximo, cuando finalice el mandato de Rodolfo D'Onofrio.

La intención de Caselli fue demostrar en el Burgos que se podía hacer un modelo diferente de gestión para luego aplicarlo en River. Sin embargo, la actualidad económica del club no va de la mano con la futbolística, y los Caselli fueron perdiendo poder en la entidad perteneciente a la comunidad autónoma de Castilla y León.

Caselli saluda a un jugador del Burgos. Imagen: Twitter.

Los reclamos por deudas y falta de pago fueron en aumento en este 2021, y el desenlace fue que luego de un comunicado emitido por el plantel, los antiguos dueños del Burgos volvieron a tomar el control del 85% del paquete accionario que pertenecía a los Caselli, quienes siguen conservando el 10% restante. El otro 5% le pertenece a pequeños accionistas.

El club español está desde el 10 de mayo pasado bajo la órbita de la cúpula anterior, junto al abogado David García Garrote y el ex presidente Jesús Martínez Nogal. El grupo recuperó el control con el objetivo de asumir las deudas y aportar estabilidad económica, para poder afrontar el torneo de Segunda División. 

La nueva administración le abonó de inmediato a la Seguridad Social y Hacienda un faltante de 600 mil euros. El club, con esta medida, puede desbloquear el acuerdo para la concesión del estadio municipal de El Plantío, paralizada durante las últimas semanas por la incapacidad del club para aportar la documentación que acredite que es solvente con sus obligaciones.

Además, en el desembarco de los Caselli se había firmado un compromiso con Burgos Club de Fútbol Promesas, que fue fundado en el 2000 y es la filial o equipo de Reserva del Burgos CF. Franco Caselli y José Luis Fernández Manzanedo acordaron en mayo de 2020 que todos los equipos de las categorías inferiores pasarían a llamarse Burgos CF Promesas por un período de 15 años. Pero Manzanedo, responsable de esa filial, denunció que los pagos de ese acuerdo nunca llegaron.

La situación ocurre a pocos meses de las elecciones generales en River. Caselli no definió aún en qué lugar se ubicará, mientras que la oposición en el club parece dividida, y desde el oficialismo toman esto de la mejor manera.