Una eléctrica encendida guía la máquina en Rockdelia guitarra, primer larga duración de Los Bluyines, grabado luego de dos simples (Caminando y Bestial) y un ep, El tiempo vuela. Comandando la chispa cósmica, tal como lo hacía Tomás Vilche al frente de su ex proyecto La Patrulla Espacial, el cantante y guitarrista lidera un grupo de amigos músicos que se juntó a tocar rock and roll guitarrero y psicodélico. Las letras se entrelazan por palabras e imágenes constantes, la guitarra suena cruda o bajo el encantador efecto del slide (y también se la nombra) y el amor se sube al ritmo conocido de viejos rocanroles.
Acaso la inspiración con la que escribió las canciones sea consecuencia de la intimidad de la pareja de Tomás con María Soledad Coria, ambos productores del disco. De hecho, en María, Vilche canta: “Si el mundo es un lugar algo gris/ yo sólo quiero estar/ un poco más con María”.
Sus guitarras y las de Marco Dómini fueron influenciadas para siempre: se turnan en los solos y las bases, como los buenos de Keith Richards y Ron Wood. Dice Tomás que hubieron músicos que modificaron el rock y, a su modo, aportaron nuevos colores, desde Hendrix, Rolling Stones, Pappo o Motörhead hasta Primal Scream, Ratones Paranoicos, Spiritualized, Jon Spencer Blues Explosion y White Stripes. “Todos a su modo tocan rock and roll y siempre intentaron llevar sonidos clásicos a nuevos rumbos, o directamente inventaron nuevos sonidos. Los Bluyines andamos por ese camino, la idea era hacer rock and roll clásico y moderno a la vez, blues volado con psicodelia”, dice.
“En El tiempo vuela (2013) quisimos mostrar cuatro canciones variadas que abarcaran el sonido de esos comienzos, como un primer muestrario, porque no había más material y ya estábamos tocando. En el nuevo está más pensado el concepto de disco entero”, dice y aclara que por eso le dedicaron más tiempo para trabajar sin urgencias.
En sus shows hay momentos viajeros de blues espacial y los rocanroles para bailar, mechados con canciones de Ratones Paranoicos, Pappo o los Stones, como su versión en castellano de Shattered. “Suele haber mucho humo cuando tocamos y a alguien se le vuelca la cerveza”, ilustra Tomás, motor de éste que pertenece al grupo de los discos que sus creadores tenían ganas de escuchar desde antes de su concepción, de estas ocho canciones que se suceden en ese sonido conocido y amado de una guitarra guiando un momento.
* Sábado 19/11 en Club Plasma, Piedras 1856. A las 21 con Montaña Eléctrica y Panchita La Pistolera.