La saga del juez Juan Carlos Gemignani para impedir que el Consejo de la Magistratura lo investigue por sus mensajes de chat de sesgo machista continúa. El organismo le pidió al juez Martín Cormick que rechace el amparo del integrante de la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal con el que busca frenar que se conozcan los WhatsApp que envió el Día de la Mujer Trabajadora, y que no se haga una encuesta entre el personal del máximo tribunal penal para dilucidar si incurrió en otros hechos de violencia. Con la respuesta del Consejo de la Magistratura, el juez Cormick estaría en condiciones de resolver y se espera que esta semana se conozca su decisión.

La cruzada de Gemignani es para que la justicia declare inconstitucionales las medidas que el Consejo de la Magistratura votó el 20 de abril pasado, para investigarlo por los mensajes misóginos que volcó en el chat “Acuerdo Virtual”, que compartía con los otros doce integrantes de la Casación Federal. Hasta ahora no tuvo suerte con Cormick, que le rechazó las cautelares que intentó, pero resta que resuelva el planteo de fondo.

El vicepresidente del Consejo de la Magistratura, el juez Alberto Lugones, le pidió a Cormick que desestime el planteo de Gemignani porque no es posible judicializar una investigación en su estadío inicial --en la que el juez investigado tiene todas las posibilidades de impugnar la prueba y de aportar otras--. Además, Lugones recordó que si terminara en una sanción para el camarista, esa resolución debería ser revisada por la Corte Suprema, por lo que allí ya está previsto el control judicial. “Una sentencia favorable al amparista importaría una afectación directa, grave y nítida al interés público que reposa en la ejecución de las misiones y funciones que le han sido acordadas a este Consejo de la Magistratura de la Nación”, dice el escrito al que accedió Página/12.

Gemignani impugna concretamente tres medidas que votó el Consejo de la Magistratura. En primer lugar, el camarista no quiere que tomen estado público los mensajes del 8 de marzo. Esos correos ya fueron certificados por el presidente de la Cámara Federal de Casación, Gustavo Hornos, después de insistentes pedidos de las juezas Ana Figueroa y Ángela Ledesma, que reclamaron la medida durante casi dos meses. Gemignani ya había amenazado a sus colegas con iniciar acciones legales si el chat trascendía porque sostiene que son comunicaciones privadas. El Consejo desestimó que tuvieran ese carácter en su contestación.

En segundo lugar, Gemignani no quiere que se haga una encuesta sobre su comportamiento entre las trabajadoras y los trabajadores del máximo tribunal penal del país. La encuesta, que Gemignani calificó de “infame”, consta de cuatro preguntas para determinar si el juez incurre en un trato violento o discriminatorio. La medida fue sugerida por la diputada y consejera Graciela Camaño y, desde el organismo, respondieron que la Corte Interamericana de Derechos Humanos contempló un mecanismo similar en un caso sobre violencia de género que resolvió. La encuesta, además, que se iba a llevar adelante entre el 31 de mayo y el 1 de junio no se hizo y está suspendida por la pandemia.

Por último, Gemignani también se opone a que el Consejo le consultara a la Casación cuáles habían sido las respuestas que se brindaron ante planteos del sindicato Sitraju, de la Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina y del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad --que conduce Elizabeth Gómez Alcorta-- después de que se hiciera público el escándalo por Gemignani. En ese momento, incluso el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner manifestaron su repudio. 

Después de que los mensajes trascendieran, el presidente del Consejo de la Magistratura, Diego Molea, presentó una denuncia contra Gemignani. Luego se sumaron otras contra el camarista, que hace diez años integra el máximo tribunal penal del país y ya ha protagonizado otros escándalos con funcionarias o colegas de la Casación. El tema está actualmente en pleno trámite en la Comisión de Disciplina y Acusación, que preside el juez Ricardo Recondo.

El camarista --que ya fue sancionado en 2019 por haber encerrado y ordenado detener a una secretaria de la Casación-- es uno de los tres jueces que inauguraron el Registro Público de denuncias presentadas contra magistrados o magistradas por situaciones vinculadas a violencia de género, que el Consejo de la Magistratura creó justamente el 8 de marzo --cuando él felicitaba por su día “especialmente a las delincuentes”--.

Gemignani no es el único camarista de Casación cuya conducta está siendo examinada por el Consejo de la Magistratura, aunque el suyo es el proceso más avanzado. También hay denuncias contra Gustavo Hornos y Mariano Borinsky por sus visitas a Mauricio Macri tanto en la Casa Rosada como en la Quinta de Olivos. Esta semana, el pedido del fiscal Marcelo Colombo de investigar el comportamiento de los dos camaristas --que fueron fundamentales para la reapertura de la denuncia por la firma del Memorándum con Irán-- volvió a encender esa llama en el primer piso de los tribunales de Comodoro Py.