El apretón de manos entre el presidente estadounidense Joe Biden y su par ruso Vladimir Putin fue un buen resumen de la esperada cumbre de Ginebra, destinada a rebajar las tensiones entre ambos países y hallar algunos puntos de acuerdo. En concreto, ambos líderes anunciaron la normalización de las relaciones diplomáticas y destacaron que trabajarán en conjunto en temas como la ciberseguridad. En cambio, no se pusieron de acuerdo en torno a la situación del opositor ruso Alexéi Navalni. Los dos mandatarios llegaron con minutos de diferencia a la Villa La Grange, lugar del encuentro, y fueron recibidos por el presidente suizo Guy Parmelin.

Después de la reunión que duró casi cuatro horas, el presidente de Rusia dijo que la cumbre con Biden fue "constructiva". Rechazó las acusaciones del mandatario estadounidense respecto al envenenamiento y posterior detención de Navalni al decir que éste sabía que iba a ser detenido en Rusia y que "buscó deliberadamente ser arrestado". Por su parte Biden reveló que le aseguró a Putin que "las consecuencias serán devastadoras" para Rusia si muere Navalni. El presidente de Estados Unidos le dijo a Putin que su agenda no es en contra de Rusia, sino que "es por el pueblo estadounidense" y aseguró que a ambos no les interesa "una nueva Guerra Fría". 

"Considero que no hubo ninguna hostilidad aunque nuestras valoraciones difieran en muchos aspectos. Desde mi punto de vista, ambas partes demostraron el deseo de comprenderse el uno al otro y de buscar un acercamiento de las posiciones", afirmó Putin en rueda de prensa tras la esperada cumbre presidencial.

En cuanto a los embajadores de ambos países, Putin aseguró que "el problema está resuelto" y que "están volviendo a los lugares de servicio permanente". Los embajadores ruso y estadounidense habían abandonado Moscú y Washington en abril, luego de que la administración Biden impusiera una batería de sanciones contra el país euroasiático por sus "acciones desestabilizadoras", que incluían esfuerzos para "socavar las elecciones democráticas libres y justas" o "facilitar actividades cibernéticas maliciosas". 

En ese sentido, el mandatario ruso volvió a negar las acusaciones y anunció que Estados Unidos y Rusia comenzarán una ronda de consultas sobre estabilidad estratégica y ciberseguridad. Subrayó que en este ámbito "es necesario dejar de lado todo tipo de insinuación y empezar a trabajar a nivel de expertos".

Putin indicó que Rusia también sufre ciberataques y citó como ejemplo una agresión al sistema sanitario de una de las entidades federadas rusas. "Desde luego, vemos desde dónde proceden los ataques, vemos que este trabajo se coordina desde el ciberespacio de Estados Unidos", señaló. Al mismo tiempo, el mandatario ruso manifestó que no cree que el gobierno de Estados Unidos esté "interesado en manipulaciones de ese tipo"

Putin agregó que el líder opositor Alexei Navalni infringía deliberadamente las leyes rusas y era consciente de que su castigo sería la cárcel. "Los órganos del poder lo citaron pero él no se apersonó, ignoró la ley y fue declarado en búsqueda", planteó. Pese a ello, Navalni regresó a Rusia desde Alemania, donde se recuperaba del envenenamiento con un agente tóxico del grupo Novichok que sufrió en agosto de 2020, y posteriormente fue detenido.

A su turno el presidente Biden aseguró sobre la escala de su gira europea en Ginebra: "Hice lo que vine a hacer". El líder demócrata manifestó que le dijo a su par ruso que "los derechos humanos siempre estarán sobre la mesa". Además le "dejó en claro" a Putin que continuará planteando las preocupaciones de Estados Unidos sobre casos como el de Navalni.

El mandatario estadounidense, que ha visto como varias empresas e infraestructuras importantes de su país sufrían ciberataques en las últimas semanas, reveló a la prensa que le dio a Putin "una lista" de 16 entidades que "van del sector de la energía hasta nuestros sistemas de distribución de agua". Esas "infraestructuras cruciales" deben quedar al margen de ciberataques, aseguró.

Un periodista presente en la conferencia le pidió a Biden que responda a los dichos de Putin al comparar el encarcelamiento de opositores como Navalni con los cargos presentados contra quienes llevaron a cabo el asalto al Capitolio el pasado seis de enero. "Creo que es una comparación ridícula", dijo Biden. El presidente estadounidense enfatizó que había una gran diferencia entre asaltar el Capitolio con armas y amenazar a las fuerzas de seguridad o marchar por "el derecho a celebrar elecciones libres y justas" en Rusia.

Biden decidió no responder una pregunta respecto a si había reconsiderado su comentario de que el presidente Putin no tiene "alma", tal como afirmó después de una reunión de 2011 con el líder ruso. El mandatario demócrata sonrió, se puso los lentes de sol y empezó a alejarse del atril diciéndole a los periodistas: "Muchas gracias".

Sin embargo, Biden no se fue y decidió responder un par de preguntas más. Y pareció inquietarse cuando le preguntaron por qué estaba tan seguro de que Putin cambiaría su comportamiento, sobre todo luego de que el líder ruso rechazara estar involucrado en ataques cibernéticos y se negara a decir el nombre de Navalni durante su conferencia de prensa.

El presidente estadounidense afirmó que era una caracterización errónea de sus comentarios y respondió: "No estoy seguro de que cambie su comportamiento" ¿Dónde diablos? ¿Cuándo dije que tenía esa confianza?" preguntó y continuó un tanto ofuscado: "Lo que yo dije es, cambiará su comportamiento si el resto del mundo reacciona ante ellos (por Rusia) y eso disminuye su posición en el mundo".