Desde París. No podía haber una noticia tan larga y calurosamente esperada que llegara en un momento más tórrido: con 35 grados de calor a las seis y media de la tarde (sólo en París, en el sur es más fuerte) el primer Ministro francés, Jean Castex, anunció este miércoles 16 de junio el levantamiento de buena parte de las restricciones motivadas por la pandemia desde hace más de un año: el toque de queda vigente a partir de las 23 hs desaparecerá el domingo 20 de junio y la obligación de usar máscaras en la calle este jueves 17. La primera medida estaba prevista en la agenda para finales de junio y la segunda dependía de la evolución de la pandemia. Las cifras mucho más positivas de lo que se esperaba explican el avance de las fechas, así como el casi fin de andar enmascarados en cuanto se ponía un pie en la calle. No obstante, el tapabocas deberá seguir usándose en ciertas ocasiones: los protocolos sanitarios se mantendrán para las manifestaciones públicas al aire libre como la Fiesta de la Música (21 de junio), conciertos, espectáculos, ocupación de bares y restaurantes, recintos cerrados y transportes públicos. Junto a Italia y Grecia Francia era uno de los tres últimos países europeos que imponía un toque de queda y ahora es uno de los pocos que, de golpe y no de forma progresiva como Alemania o España, opta por suprimir la máscara en espacios descubiertos. “Vivimos un momento importante, un momento feliz,” dijo el jefe del Ejecutivo francés. No es para menos: 110 mil muertos, miles de seres humanos infectados por día, perradas y traiciones de los laboratorios que producen la vacuna (especialmente AstraZeneca) y una existencia confinada e incierta desde hace un año y medio había tornado la vida un túnel sin tiempo ni salida.

Situaciones hilarantes

El toque de queda estaba vigente desde el 20 de octubre a partir de las nueve de la noche en toda la metrópolis, luego fue atrasado a las 20 hs durante las fiestas de fin de ano y adelantado dos veces más: a las 18 hs el 16 de enero, a las 19 hs el 20 de marzo. El 19 de mayo pasó a las 21 hs y a las 23 hs el nueve de junio. El levantamiento de las restricciones anunciado ayer es el más importante desde que Francia empezó a sufrir las consecuencias de la segunda ola del virus. Los sucesivos escalonamientos del toque de queda dieron lugar a situaciones hilarantes. Cuando el 19 de mayo el toque de queda se atrasó a las nueve de la noche y los bares y restaurantes pudieron abrir sus terrazas París era, a las nueve, una marea de borrachines que deambulaban por la calle haciendo círculos y zigzags. La gente aprovechada el suplemento horario y el acceso a los bares para llenar el depósito después de tantos meses de encierro y de una ciudad despoblada y sin vida nocturna. Cuando el toque de queda pasó a las 23 horas ocurrió lo mismo. La casi normalidad recuperada responde a la evolución positiva del virus. El jefe del ejecutivo explicó que “la situación mejoró incluso más rápido de lo esperado. Nos situamos por debajo del umbral de 5.000 casos por día (…). La presión en torno a los servicios de los hospitales bajó fuertemente. Hay menos de 2.000 personas hospitalizadas a causa del Covid”. Las altas temperaturas de las ultimas semanas habían convertido la vida de los ciudadanos en un ejercicio respiratorio de altas exigencias al mismo tiempo que las bondades del clima terminaron por diluir las barreras piscologías que permanecían arraigadas. Ni a las nueve ni a las 23 la gente se iba a casa y en los lugares abiertos el uso de las máscaras era más bien una excentricidad minoritaria. Fiestas salvajes, reuniones en los parques y plazas, al borde del Sena o el festejo callejero de la victoria de la selección francesa de fútbol ante Alemania (1 a cero) demostraron que las limitaciones sanitarias se volvían cada día menos aplicables.

Números

El gobierno responde de esta manera a las reiteradas demandas para que afloje el cerco sanitario y también al contexto político. Jean Castex hizo publica su decisión cuatro días antes de las elecciones regionales cuyos resultados, según los sondeos, no serán nada apetecibles para la mayoría parlamentaria. Sin embargo, la estrategia adoptada por el presidente francés, Emmanuel Macron, de no confinar completamente el país por segunda vez y apostar por los resultados de la campaña de vacunación podría ser un acierto si la progresión del virus permanece en los porcentajes actuales (un promedio de menos de 3. 200 casos por día durante la última semana). El gobierno reiteró además su objetivo en lo que atañe la vacunación de la población. A finales del mes de agosto se prevé que 40 millones de personas habrán recibido al menos una dosis de la vacuna y 35 millones estar totalmente vacunadas. El Ministerio francés de salud publicó este miércoles los porcentajes actuales de la población vacunada. Según esas cifras, más de una cuarta parte de la población francesa ha sido completamente vacunada, lo que equivale a 16,9 millones con un esquema de vacunación completo (una o dos dosis según la vacuna). Salir a caminar sin máscara a partir de este jueves será como volver a abrir una ventana hacia un paisaje tapado. Respirar sin esa tela pegajosa y caliente, respirar y pensar que, tal vez, podamos, de nuevo, hacer lo que se desea en la vida sin estar adoctrinados por estados de emergencia sanitarios, prohibiciones ni, lo mejor, rodeados de ese denso dolor humano que, invisiblemente, ha envuelto la existencia con tantas y tantas decenas de miles de personas fallecidas. Nuestras sonrisas serán de nuevo visibles este jueves.

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