En el mercado comenzó a circular la versión de que el acuerdo entre el FMI y la Argentina se postergaría para 2022. El encargado de difundir esta información fue el portal Bloomberg, que asegura que el organismo de crédito estima sin hacerlo público que un acuerdo para renegociar la deuda quedaría para el próximo año.

Afirma dicha agencia que “el presidente Alberto Fernández tiene pocos incentivos para acordar rápidamente sobre la base de un nuevo programa”. “Si bien el FMI ha dicho que se está involucrando de manera constructiva con la administración de su gobierno, no se espera que las negociaciones que impliquen austeridad fiscal progresen mucho antes de las elecciones de mitad de período en Argentina en noviembre, dijeron cinco personas familiarizadas con las conversaciones, que pidieron no ser identificadas”, planteó Bloomberg.

Según el artículo, la Argentina se encuentra relativamente “aliviada” porque el Gobierno tiene para cubrir los 4580 millones de dólares que debe abonar hasta fin de año, puesto que recibirá 4400 millones en reservas DEGs en agosto. Se trata de una inyección global de fondos que hará el FMI para combatir la pandemia. A su vez, se indica que el país obtuvo ingresos extraordinarios por la fuerte suba de los precios de las materias primas durante los últimos meses, que incrementaron la liquidación de divisas.

Sin embargo, esa aplicación del eventual ingreso de divisas por ampliación de los DEGs directamente a la cancelación de vencimientos sería fuertemente cuestionado. No sólo porque el argumento para su expansión fue, justamente, contar con más recursos para combatir la pandemia, sino porque además hay un pedido explícito de un sector de la propia alianza de gobierno para que se impida el uso de los fondos adicionales para el pago de deuda.