La semana arrancó con un nuevo movimiento de piezas en ese tablero de ajedrez que es la industria de Hollywood desde el inicio de la pandemia. Un movimiento destinado a generar reacciones, en tanto se trata de dos nombres de altísima relevancia en el mundo audiovisual. Uno es Steven Spielberg. El otro, Netflix. Ambos han establecido un contrato a largo plazo por el cual la productora del director de E.T y La lista de Schindler, Amblin Partners, abastecerá de contenido exclusivo a la plataforma. Se trata de un negocio destinado a engrosar el catálogo de la empresa de la N roja de cara a la creciente competencia en el terreno del streaming que lleva adelante contra otros gigantes del tamaño de Disney, Amazon y HBO. En esa línea se inscriben la compra del histórico estudio MGM por parte de la compañía de Jeff Bezos, cuyo proceso administrativo culminará en unos meses, y el desembarco de HBO Max en 39 países de Latinoamérica y el Caribe, pautado para el 29 de junio.

“Las historias van a estar siempre en el centro de lo que hagamos en Amblin. Apenas arrancamos a discutir con Ted (Sarandos, CEO de Netflix junto a Reed Hastings) una asociación, estuvo muy claro que teníamos una oportunidad increíble de contar nuevas historias juntos y alcanzar audiencias por nuevos caminos”, dijo Spielberg en un comunicado emitido esta tarde. Si bien aún no se conoce la letra chica del acuerdo, se sabe que no influirá en la relación del director y el estudio Universal, bajo cuyo paraguas funciona Amblin. No es descabellado pensar en una película del responsable de Tiburón con el logo de la N roja a la cabeza de los créditos. Pero no será la próxima, ya que la autobiografía que tiene entre manos, protagonizada por Seth Rogen y Michelle Williams, se llevará adelante a través de Universal. “Esta nueva vía para nuestras películas, junto con las que continuamos haciendo con Universal y el resto de los socios, es increíblemente satisfactoria para mí”, agregó.

El arreglo hubiera sido impensado dos años atrás. En 2019, en medio de la polémica por el (no) estreno en salas de El irlandés, de Martin Scorsese, disparó dardos cargados de veneno a los nuevos modelos de consumo por perjudicar la experiencia ante la pantalla grande. ¿Acaso Spielberg, el tipo que cambió la historia del cine de entretenimiento, retrocedió sobre sus pasos? No necesariamente. Así como se espera que Amblin produzca al menos dos películas anuales para Netflix mientras esté vigente el contrato, un periodo que todavía no se ha hecho público, varios medios del show business aseguran que la empresa de streaming tiene la intención de que algunas de ellas tengan un paso por salas. Vale recordar que el enfrentamiento entre los exhibidores y la empresa ha entrado en un impasse durante la pandemia, cuando las principales cadenas cinematográficas de Estados Unidos cedieron al pedido de achicar la duración de las ventanas de exhibición, es decir, la cantidad de tiempo que separa el lanzamiento en cines y la llegada al mercado hogareño: si con El irlandés no hubo avance cuando se quiso reducir a un mes y medio, El ejército de los muertos, de Zack Snyder, llegó a Netflix apenas una semana después de su estreno tradicional.

El acercamiento entre ambas partes fue impulsado por Scott Stuber, que antes de asumir como cabeza del departamento de películas originales de Netflix fue un reputado ejecutivo de Universal. Stuber contó con la involuntaria ayuda de la pandemia, ya que Amblin había oficiado como productora de El juicio de los 7 de Chicago con miras a comercializarla a través del estudio Paramount. Sin salas en gran parte del mundo, la empresa apuntó a nuevos rumbos negociando un contrato con Netflix. Ambas partes terminaron contentas, como demuestra una nueva asociación para el largometraje Maestro, con Bradley Cooper, que actualmente está en la etapa de preproducción.