"Vacunación, unidad, reactivación económica": esta secuencia, repetida como un mantra, ha sido la base del esquema discursivo de Casa Rosada desde que se empezaron a delinear los primeros borradores de la estrategia de campaña. En los últimos días, sin embargo, se ha sumado un nuevo condimento a la ecuación electoral del Frente de Todos: la polarización con el expresidente Mauricio Macri. Los discursos de Alberto Fernández y Axel Kicillof de la última semana, así como las declaraciones de primeras líneas ministeriales, dan cuenta de un viraje discursivo que apuesta al reversionamiento de la herencia macrista. "Con la pandemia parece que nos hemos olvidado del desastre que dejó el gobierno de Macri", llaman la atención desde un sector del gobierno nacional, desde donde insisten en que para "poner en valor lo hecho" es necesario contrastarlo con la gestión del macrismo. Así y todo, mientras una parte de la coalición sale a la cancha con discursos durísimos contra la oposición, otro sector, más vinculado al massismo, advierte sobre las limitaciones de la polarización y apuesta a un discurso más de centro.  

"La tragedia de la pandemia nos tiene a todos preocupados, pero no olvidemos del lugar del que partimos. Los responsables de eso tienen nombre y apellido y van por los canales de televisión dando cátedra de lo que no supieron hacer", sostuvo Alberto Fernández el miércoles durante el acto de la Asociación Bancaria que conduce Sergio Palazzo. Durante todo el discurso, el presidente aprovechó para denunciar el "daño incalculable" que había generado al país el gobierno macrista: el endeudamiento millonario con el FMI, el ajuste, los tarifazos, la devaluación del Ministerio de Salud a Secretaría, las vacunas vencidas. No dejó títere con cabeza y advirtió: "Nosotros llegamos el 10 de diciembre con un ímpetu enorme de poner de pie a una Argentina que estaba caída y postrada, muy golpeada. No nos tenemos que olvidar de eso en un proceso electoral como el que se viene". 

Este tono se repitió en cada aparición pública que hizo en la semana. "Es muy penoso ver como muchos proyectos que habían comenzado antes del 2015 fueron frustrados y frenados por una decisión política de no invertir en esos temas", declaró el viernes en un acto en Córdoba en la planta de la Fábrica Argentina de Aviones. Esta actitud, que no es improvisada, sino que responde a un guión que se reiterará a lo largo de toda la campaña, no es tampoco exclusiva del presidente. El Gabinete en su totalidad debió ponerse la campaña al hombro ante el pedido de Fernández, lo cual se tradujo en numerosas críticas a la gestión macrista durante la semana. El gobernador Axel Kicillof, por ejemplo, acusó a María Eugenia Vidal de repartir "sobres" a medios para acallar las críticas a su gestión en la Provincia: "Ojalá que cada cartel que pagaron, cada pauta, cada sobre que dieron, los hubieran usado para invertir en un patrullero, una cámara, medios e instrumentos para cuidar la seguridad", disparó durante un acto en San Fernando.

"Hoy no sirve ir por el medio", sintetizan desde una parte del Frente de Todos, en donde observan que Mauricio Macri cuenta con una elevada imagen negativa. Esta perspectiva, sumada a la conciencia de que "solo con las vacunas no alcanza", llevó a que se decidiera subir al ring al ex presidente. Pero no sólo a Macri - aunque desde el oficialismo admiten, entre risas, que ellos ganan cada vez que este sale al aire -, sino que el objetivo es hacer hincapié en los cuatro años de gobierno macrista como un todo. "Juntos Por el Cambio es Macri", podría ser el slogan. La idea con esto es evitar concentrar todas las culpas en la figura del ex presidente, dando cuenta que la responsabilidad política es de todo el espacio y de los integrantes que lo conforman (los cuales serán los futuros candidatos en la elección). "La presencia de Macri pone a la oposición en una situación incómoda que los obliga a recordar el fracaso económico de su gobierno", analiza uno de los principales asesores del FdT.

Desde la llegada del coronavirus a la Argentina, el eje discursivo del gobierno de la Provincia de Buenos Aires ha sostenido que, previo a la pandemia por el Covid, existió otra pandemia, económica, de la que fue responsable el gobierno de Macri. En este contexto de campaña, el objetivo del Frente de Todos es reeditar este discurso de la herencia macrista y compararlo con las diferentes políticas económicas y sociales impulsadas por el gobierno nacional en los últimos dos años. "Se tomó la decisión de contrastar todo lo que se hizo con el desastre que dejaron ellos, con una deuda que deberán cargar tres generaciones de argentinos. Hay que recordar lo que fue el macrismo y su irresponsabilidad, algo que con la pandemia parece que nos olvidamos", indican desde el entorno del ministro de Interior, Eduardo "Wado" De Pedro, que es uno de los principales jefes de campaña junto al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, Máximo Kirchner, Sergio Massa y Kicillof. 

Massa al centro

El Frente de Todos es una coalición que reúne tres espacios - el albertismo, el cristinismo y el massismo - y desde el entorno del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, gustan siempre de destacar que cada sector responde a agendas particulares que permiten ampliar el ámbito de representación. Dentro de esta lógica, en el massismo observan que la estrategia de polarizar con el macrismo tiene sus límites y que no permite llegar a los "adherentes débiles" (te votó pero ahora está desencantado) y "opositores blandos" (no te votó pero podría votarte) que son, en última instancia, quienes determinan una elección. "Nuestro objetivo es ampliar la coalición hacia el centro. Porque ese es un voto que vale doble, es un voto que le sacás a la oposición", comenta una figura muy cercana a Massa. Y para llegar a este voto, explica, no sirven las "propuestas ideológicas," sino que hay que plantear "propuestas pragmáticas". 

"Bolsillo y gestión: así convencés a ese electorado", resumen desde el massismo. El eje, para este sector, tendría que ser exclusivamente la comunicación de las medidas de "alivio económico" que el gobierno nacional impulsó para las clases medias: la ampliación del régimen de Zonas Frías, la reforma de Ganancias y Monotributo, etc. Curiosamente, sin embargo, el debate durante la sesión en la que se sancionó el proyecto de Zonas Frías se caracterizó por girar más que nada sobre la política tarifaria del macrismo. En este sentido, en el Congreso también están en modo campaña y, a la hora defender esta ley bandera del oficialismo, les senadores del FdT se centraron en recordar el "estrago de la gestión tarifaria macrista" y compararla con el acto restitutivo del actual gobierno nacional.