Cuando José Esteban Muñoz publicó por primera vez Utopía Queer, la agenda de los movimientos activistas en Latinoamérica estaba marcada por una serie de demandas atravesadas por la urgencia. En Argentina, por ejemplo, todavía se estaba dando batalla por la aprobación del matrimonio igualitario, y no aparecía en el horizonte cercano la ley de identidad de género, y mucho menos el cupo laboral trans. Siempre se dijo que los tiempos de la reflexión y los de la calle corrían por andariveles separados, y en casos excepcionales se juntaban en momentos de memorables emancipaciones. Sin embargo, en ese libro (recientemente editado por Caja Negra) Muñoz se permitía plantear que la verdadera potencia de lo queer radicaba en pensar aquello que todavía no ha llegado. Ese futuro, aún no imaginado, era lo que nos permitiría salir de la estructura determinista del presente y construir otros mundos posibles.

Esa posta es la que retoma el colectivo Comparsa Drag y la materializa en el libro FUTURIDRAG, una pieza de colección con doce posters-fotografías-collage, en colaboración especial de la reconocida artista plástica Flavia Da Rin. Los paisajes post apocalípticos son poblados por seres que hacen de su monstruosidad una reivindicación libertaria. Convirtiendo la teoría del desvío en una bandera, los protagonistas del libro rompen con las coordenadas espacio temporales e instalan un tiempo otro, donde lo normativo estalla por el aire. “Cada pieza resiste a la narrativa hetero-lineal del tiempo presente y confabula un tiempo que viene. Se trata de doce puestas en abismo de historias profanas y entornos queer/cuir. Una reivindicación drag de perspectivas desviadas que alteran y re-disponen los usos del tiempo”, afirman desde el colectivo que pensó el proyecto.

La noción de desidentificación trabajada por Muñoz es clave para comprender la propuesta del libro. Basada en los aportes de Michel Pêcheux, marxistas y discípulo de Althusser, supone que el trauma histórico y las múltiples violencias a las que fueron sometidos ciertos colectivos étnicos o genérico sexuales solo puede tramitarse a partir de una tercera posición, ni a favor ni en contra, en relación a la ideología dominante. Algo así como tomar elementos del enemigo y hacerlos en el territorio propio. “La preparación de FUTURIDRAG comenzó a finales de 2019. Surgió de la necesidad de intensificar nuestra des-identificación con la linealidad del tiempo heterosexual y su narrativa globalizante. La primacía de la heterosexualidad como organización social capitalista reproduce un tiempo lineal heteroreproductivo y, como tal, ejerce un control sobre el multiverso de la vida en la tierra que desemboca en el colapso socio-ambiental del tiempo presente”, dicen los integrantes de La Comparsa Drag.

Desde el comienzo de la pandemia en el año 2020, el proyecto fue cobrando otro matiz a partir de las narrativas que ellos llaman de “higenismo normalizador y de vigilancia social extremas”. La lógica de la hiper produtividad doméstica, las horas y horas de vivos de Instagram promocionando cualquier cosa, y la idea de la atomización hizo que la reflexión sobre las condiciones de explotación a las que nos somete el capitalismo tiñera la perspectiva del libro. “El 2020 fue un año donde el tiempo se coaguló en nuestras casas pero, a la vez, la cotidianeidad del encierro se volvió hiperactiva. En ese entorno, nuestras preguntas por los marcadores existenciales y los dispositivos de normalización heterolineal se densificaron”, explican.

La Comparsa Drag, colectivo surgido del taller Devenir drag, coordinado por Silvio Lang y Endi Ruiz, en CIA —Centro de Investigaciones Artísticas—, venía realizando intervenciones en el espacio público desde el año 2018, bajo la consigna No le tenemos miedo a la noche. Después le siguieron las acciones performativas como la ocupación del Maratón Abasto del FIBA —Festival Internacional de Buenos Aires— mediante una marcha carnavalesca y desacatada que llamaron “Derecho a lo cualquiera”; la intervención “La apocalipsis es ahora”, en la Marcha del 24 de Marzo, en conmemoración del golpe de Estado de la última dictadura cívico militar en Argentina. Ahí lanzaron la consigna Hay terror ahora; durante el gobierno macrista, un paseo nocturno por el Microcentro porteño, registrado por la revista alemana Gruppemagazine,; y el copamiento “Mamarrachas subterráneas”, en la Línea B del subte de la ciudad; entre otras acciones.

“Nuestro libro de pósters surge como ensoñación materialista de formaciones de futuro. Futuridades donde no comande una línea clara y distinta del tiempo. Sino, más bien, posibilidades u horizontes entramados de otros tiempos y entornos, que convoquen a rematerializar el presente, a reimaginar cómo podríamos modificar nuestro aquí y ahora y comenzar a habitar un futuro divergente. En cada fotografía-collage se hacen presentes fantasías de revolución, invocaciones apocalípticas, delirios místicos, naves espaciales, identidades fragmentadas, abrazos inter-especie, caos transformadores y complicidades entre amigxs. Son todas formas de vidas que anhelamos y trabajamos a partir del ensueño de otras vidas pasadas y porvenir. Son las vidas de lxs desviadxs, indixs, putas, incorrectxs, trotamundos y terrícolas que pasaron a lo largo del tiempo y que la forma heterosexualizada del mundo dio la espalda a sus cosmopolíticas” afirman en el texto curatorial.

Durante el mes de julio se llevará a adelante la pre venta del material, con vista a una presentación oficial en el mes de septiembre en el Centro de Arte MUNAR de La Boca. 

Se puede adquirir el libro aquí