Cautivada por los tonos rosáceos de sus imágenes y el efecto envolvente de la música, ingreso al universo de Pornorama colmado de pieles, lenguas y atardeceres en primer plano. Este proyecto de porno mexicano e independiente, creado por la joven directora Blanca ReyGal, busca ser una opción diferente en el inmenso mundo de la pornografía, brindando valores cinematográficos y retratando cuerpos que también merecen ser retratados. Todo con una mirada realista sobre la sexualidad, sin ningún sistema de opresión. En palabras de su creadora, “queremos evidenciar el potencial del porno y su trascendencia en nuestras sexualidades. Esa sexualidad que fluye como líquido, que escurre en medio de nuestras piernas y por nuestros muslos y que es impredecible”.

Todo empezó con la idea de crear un cortometraje para participar en un festival de cine erótico, hace cuatro años atrás en la Ciudad de México. En esa ocasión, Blanca se enfrentó a la difícil tarea de hacer todo por sí sola: ser actriz, directora, productora, iluminadora, etc. Luego de esa experiencia, dedicó largo tiempo a investigar el mundo del cine XXX a fin de poder encontrar su propia mirada y definir qué le interesaba transmitir desde la imagen pornográfica. La idea germinal del proyecto estaba pero faltaba el equipo. En 2019 conoció a Marta Moreno quien llegó para agregar valor estético y artístico con la cámara y terminar de dar el impulso que Pornorama necesitaba. 

Desde ese momento inicial, la productora no ha parado de crecer: ya tienen varios videos, una web propia y redes sociales muy activas en donde comparten contenidos sutiles. Ya sabemos que la censura abunda en Instagram y Twitter (aunque un poco menos aquí), por lo que los proyectos de pornografía independientes tienen que ser muy cuidadosos al momento de difundir sus trabajos por estas redes.

Estas muchachas no se andan con chiquitas y quieren transformar el porno mexicano. Así lo asegura Blanca: “lo que actualmente produce México en pornografía a nivel masivo implica las mismas producciones hechas por y para el hombre heterosexual sin mayor propuesta en la experimentación de la sexualidad ni retomar la importancia del placer femenino en el acto, además de que en la parte visual es un llano para ellos en el que no les interesa incursionar. Nosotras como productora independiente buscamos ser una opción diferente para los que buscan entretenimiento para adultxs en la red, una en donde el placer de todxs sea tomado en cuenta y que el sexo que se vea en pantalla siga siendo uno vibrante y sudoroso”. Con un paso más allá del ya gastado mete-saca, este proyecto busca expandir las concepciones del sexo y la pornografía a través de producciones y agregar un valor artístico a la experiencia de ver porno.

Siguiendo el rumbo marcado por otros tantos proyectos XXX independientes y alternativos, Pornorama se posiciona desde el porno ético; es decir un tipo de pornografía donde lxs interpretes puedan desenvolverse en un ambiente profesional y con las condiciones necesarias para desarrollar su trabajo. Uno de los temas que más se le está cuestionando a la industria son las pésimas condiciones laborales de lxs interpretes y la falta de consentimiento en aquello que se muestra. Frente a esta situación, el porno ético busca problematizar las condiciones de trabajo de la industria y abonar a modos de trabajo más respetuosos, equitativos y consensuados.

El acceso a sus videos es pago, aunque en ocasiones liberan contenidos gratuitos para su promoción (como el hermoso cortito “Peepshow” que compartieron en sus redes). Ante la pregunta de por qué pagar por sus contenidos cuando existe tanto porno gratis, Blanca responde: “¿De qué otra manera se podría sostener un proyecto de porno independiente que además busca cambiar el paradigma para lxs trabajadorxs sexuales en su país y en la industria? ¿Cómo sería posible pagarles lo justo por su trabajo a estos mismos trabajadores si no es a través de la venta de las producciones? Es importante que la gente sepa que es justo y necesario pagar por su entretenimiento sexual, es decir, por su porno, de la misma manera en la que le paga a los músicos cuando adquiere un boleto para asistir a un concierto”. Quienes trabajan allí detrás o delante de cámara en las producciones de porno alternativo tienen que vérsela cotidianamente con los prejuicios en torno al trabajo sexual y con la precarización del mismo. Sobre esto, Blanca es tajante: “Tu pago es muy importante porque de esa manera no sólo apoyas a proyectos independientes, también estás ayudando a la desestigmatización de lxs trabajadores de la industria y el pago justo por su trabajo”.

Estas iniciativas crecen en red, articulando con otrxs. En ese sentido, Pornorama busca crear un dialogo no solo con sus espectadorxs sino con artistas de otras disciplinas. Así podemos apreciarlo en la música que incorporan en sus videos, que son producciones inéditas realizadas por artistas de México. Pero además, el arribo de Pornorama a plataformas como PinkLabel TV, CouplesCinema, Adulttime y ManyVids o eventos como el San Francisco Porn Film Festival nos habla de comunidad de creadores de contenido erótico alrededor del mundo que está creciendo. ¡Que se multiplique!

Web: http://pornorama.mx/

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