En la ciudad capital la Municipalidad contiene y colabora con más de 1600 personas que se dedican a fabricar sus propios productos o servicios para solventar sus hogares. De éstas, y según confirmó el director de Economía Social, Leandro Quiroga, el 70% son mujeres, porcentaje que, dependiendo del rubro, puede alcanzar el 85%.

En diálogo con Catamarca/12, Quiroga contó que el área de Economía Social se creó durante la gestión del intendente Gustavo Saadi. El objetivo de tratar con este sector devino de sondeos y análisis que determinaron que existía una importante cantidad de trabajadores independientes que no estaban contenidos por el Estado. De esta manera comenzaron a crear programas de ayuda, capacitación y contención para poder apuntalarlo.

“Hacemos seguimiento puntual de la gente que contenemos. El año pasado, entre banco de telas, cocina, ferias y escuela, llegamos a 1600 personas. Este año se extendió más y el desafío nuestro es poder sumar a 500 nuevas personas”, contó Quiroga.

En este contexto, el funcionario municipal destacó que algo que los ocupa es saber que del total de trabajadores, el 70% son mujeres que sostienen sus hogares. Este porcentaje, en el caso de contabilizar, por ejemplo, a aquellas que trabajan en ferias americanas, crece hasta el 85% y es “el más vulnerable de todos”, explicó.

“Con esto podemos darnos cuenta que las mujeres, en comparación con los hombres, representan la mayoría del trabajo informal y por lo tanto están más vulneradas en sus derechos”, analizó.

Tercer sector

En 2007 el Foro Social Mundial definió a la economía social como aquella basada en valores de igualdad, cooperación, compromiso con el entorno territorial y solidaridad, que permiten vislumbrar alternativas económicas, sociales y culturales a partir de sus iniciativas de comercio justo y finanzas éticas.

En la ciudad de Catamarca está representado por costureras, creadoras de ropas, diseñadores de servicios web, recicladores, pasteleras, cocineras, embutidoras, dulceras, artesanos y artesanas de otros rubros, herreros, comercializadores de ropa usada, vendedores y vendedoras ambulantes, feriantes, entre otros.

Para Quiroga, la economía social o tercer sector de la economía, como es denominado por algunas teorías, “es una alternativa al trabajo que hay que sostener”. Sobre todo, porque desde el inicio de la pandemia, “fueron muy castigados. Hubo muchos que debieron recurrir a la ayuda del Estado por primera vez y fue por el coronavirus”, contó.

En este marco, se crearon tres programas básicos; la Escuela de Capacitación, el Banco de Telas y la Cocina solidaria.

La Escuela de emprendedores es la primera con perspectiva de género del país. Los servicios que brinda son gratuitos e incluyen: márquetin digital, administración de proyectos, herramientas del Estado y perspectiva de género en relación a la economía social. Se trata de cursos cortos e intensivos que apuntalan los conocimientos de comercialización para mejorar las ventas de los trabajadores.

El Banco de Telas, funciona como un apoyo directo a aquellos fabricantes de ropa o artesanías. La comuna trabaja entregando las materias primas, ya sea las telas como también otros insumos que incluyen los hilos, lanas, telares o gestión de máquinas de coser, en algunos casos. La contraprestación para recibir esta ayuda “es que se capaciten”. Actualmente, la comuna trabaja con 400 emprendedores textiles.

Los fondos para la compra de estos insumos son principalmente municipales, pero también se reciben, como para el resto de los programas, ayudas desde Nación y también de la provincia.

La Cocina de Emprendedores funciona desde noviembre del año pasado en la esquina de 9 de Julio y la Avenida Güemes del centro de la ciudad capital. Se trata de un establecimiento gastronómico que incluye todas las herramientas necesarias para aquellos emprendedores de comidas que no tengan un lugar físico adecuado en donde realizar los preparados. Se hacen pastas, dulces, pastelería, panadería, conservas, entre otras cosas.

La ventaja de poder acceder a esta cocina es que cuenta con registro, adecuación a las normas bromatológicas y hasta con un sector de etiquetado. Además, para poder acceder a estos beneficios, no es excluyente ser habitante de la ciudad capital. “Tenemos una mujer del departamento Capayán que realiza comidas veganas, el objetivo es ayudar a todos los que podamos”, resaltó Quiroga.

Y adelantó que para este año se está gestionando para concretar un “Banco de Herramientas”. Se trataría de un local especialmente acondicionado para que carpinteros, herreros y trabajadores de diversos oficios puedan acceder a máquinas especiales e industrializadas para fabricar sus productos.

Emergentes

Quiroga señaló también que la comuna intenta organizar a los feriantes. De esta manera, el año pasado se reunió y colaboró con aquellos que cada domingo vendían ropa usada en las plazas de la ciudad capital antes de la pandemia. “Les ofrecimos un lugar en el Polideportivo de la capital en donde se cumplen todas normas de prevención del covid”, dijo.

“Las ferias americanas son un emergente de la crisis. Comenzaron en la época del gobierno anterior y como consecuencia de la pandemia no pudieron repuntar. Se trata del sector más vulnerable con el que trabajamos, en donde la mayoría son mujeres con hijos. Es por esto que además de ofrecerles el lugar, intermediamos con Desarrollo Social y les entregamos módulos alimentarios, anteojos, y les hacemos un seguimiento constante”, relató.

Sólo en la primera quincena del mes pasado, se entregaron ayudas sociales por un monto que superó los 30 mil pesos.