Carteles infoviales, cestos para basura, cámaras de seguridad, conectividad WiFi, cargadores USB y botón anti pánico. Todo esto en un mismo lugar y alimentado mediante energía solar. Se trata de los paradores de colectivo inteligentes, planteados en un proyecto de ordenanza que tiene pedido de tratamiento preferencial para la sesión de este miércoles, en el Concejo Deliberante de la ciudad de Salta.

La iniciativa ingresó por mesa de entradas a principios de mayo y, desde entonces, permanece en la comisión de Servicios Públicos. Según fuentes de este espacio de trabajo, el principal obstáculo con el que cuenta el proyecto es el tema de la conectividad, indispensable para el funcionamiento de los dispositivos que convierten a los paradores comunes, en “inteligentes” o seguros. La mala calidad de conectividad que existe en determinados sectores de la ciudad, estaría atentando contra ello.

Tal como figura en los considerandos del proyecto, elaborado por la concejala Frida Fonseca, “la mayoría de la población de nuestra ciudad reside en barrios periféricos de la zona norte, sureste y oeste, por lo que es permanente su traslado por diferentes motivos dentro del ejido urbano”. En ese sentido, la iniciativa pretende ser una contribución para mejorar la movilidad urbana, siendo ésta “un factor determinante” para alcanzar una “mayor inclusión social” de los sectores vulnerables, facilitando “el acceso a los servicios básicos de salud y educación”.

A su vez, el proyecto sostiene que existen numerosas paradas en nuestra ciudad “que no cuentan con el equipamiento necesario para brindar un refugio o resguardo a sus usuarios”. Es por eso que, mediante esta ordenanza, se le “instruye” al Ejecutivo comunal, “el diseño, la construcción y el emplazamiento de 50 paradores urbanos”, equipados con cámaras de seguridad, conectividad WiFi y botón anti pánico, entre otros elementos.

Para ello, el Municipio deberá destinar una partida presupuestaria propia o podrá gestionar los recursos necesarios ante el Gobierno provincial, el ministerio de Transporte de la Nación, u organismos internacionales. Otra opción que plantea el proyecto para su financiamiento es la participación de la iniciativa privada local, ya sea a través de un régimen de padrinazgo, canje publicitario, o incluyendo el desarrollo de estos paradores entre las condiciones de licitación, para las empresas dedicadas a la publicidad callejera.

Nación proveerá

En el mes de abril, el presidente Alberto Fernández presentó el Programa “Paradas seguras de buses urbanos”, anunciando una inversión de $2.500 millones para la instalación de 4.000 refugios con dispositivos de seguridad, en paradas de colectivos de 43 municipios del Área Metropolitana de Buenos Aires.

A decir verdad, éste fue el re-lanzamiento del programa, ya que en septiembre de 2020 el entonces ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni (fallecido en un accidente automovilístico el pasado 24 de abril), ya había hecho el anuncio.

La memoria técnica del programa contempla la construcción de cuatro modelos de paradas urbanas, que se definen “de acuerdo a las características y necesidades del lugar o entorno” en el cual se vayan a instalar. Las medidas pueden variar entre los 2,40 y los 7 metros de largo y entre 1,50 y 2,40 metros de ancho. En todos los casos, se incluye un “Tótem de seguridad”, que contiene el siguiente equipamiento: botón anti pánico con intercomunicador, cámara domo 360°, cámara de reconocimiento facial, baliza estroboscópica, tomas de 3 patas y USB para carga de celulares.

Existe, entonces, una amplia diversidad de paradores urbanos y, por consiguiente, el costo de los mismos puede variar mucho. Según fuentes de una empresa dedicada al desarrollo de tecnologías de comunicación para la gestión de gobiernos y ciudades, “un detalle puede modificar considerablemente el precio. Dentro del programa de Nación, hay paradas que pueden costar más de 1 millón de pesos”.

En algunos lugares del país, el equipamiento en los paradores de transporte público ya dejó de ser una novedad. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por ejemplo, algunas estaciones de metrobús poseen carteles electrónicos con información en tiempo real de los recorridos y arribos de los colectivos. En Rosario (Santa Fe), estas mismas pantallas cuentas con tinta electrónica, que tiene la ventaja de un muy bajo consumo eléctrico y visibilidad óptima, incluso cuando recibe los rayos del Sol en forma directa.

Inconexos

Hasta el momento, el programa Paradas seguras del ministerio de Transporte de la Nación, no ha comenzado a ejecutarse. Tampoco se sabe si se extenderá a otros municipios del país; sin embargo, a pocos días del anuncio presidencial, por las dudas, Salta ya estaba en la fila: en el Boletín de asuntos entrados del 5 de mayo del Concejo Deliberante, figura un proyecto de resolución en el que se solicita al Ejecutivo comunal “la implementación de las denominadas paradas seguras en el ejido municipal”. 

Lo curioso es que este proyecto, elaborado por el edil Raúl Córdoba, cobró estado parlamentario apenas un día antes que la mencionada ordenanza de paradores de colectivo inteligentes.

Este hecho exhibe una importante falta de coordinación no sólo del cuerpo legislativo como tal, sino de la propia bancada mayoritaria del Concejo (el bloque Salta tiene Futuro), desde la cual surgieron ambos proyectos.

Este espacio político, que responde al gobernador Gustavo Sáenz, también muestra una incoherencia seria: por una lado, propone la construcción de paradores de transporte público con alta tecnología pero, por el otro, no permite el avance del proyecto de Ordenanza de Conectividad, iniciativa que se encuentra en la comisión de Obras Públicas desde octubre de 2020.