En un magnicidio que empeora la crisis política que atraviesa Haití, el presidente Jovenel Moïse fue asesinado por hombres armados mientras descansaba en su casa. El grupo que aún no fue identificado ingresó a la vivienda el miércoles por la madrugada y disparó contra el mandatario y su esposa, quien resultó herida y permanece internada. El primer ministro interino Claude Joseph destacó que algunos de los atacantes "hablaban inglés y español", cuando en Haití las lenguas más habladas son el francés y el creole local. Más tarde el embajador haitiano en Estados Unidos, Bocchit Edmond, dijo que los asesinos de Moise eran "mercenarios profesionales" que se disfrazaron como agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA) y posiblemente ya hayan escapado del país. Por su parte el diario Haitian Times  destacó que circulan rumores sobre posibles vínculos de los agresores con el narcotráfico, aunque no existen evidencias concretas. 

Menos de 24 horas después del magnicidio, el director general de la policía haitiana, Léon Charles, anunció que cuatro de los supuestos asesinos de Moïse resultaron abatidos y otros dos fueron detenidos. El operativo policial también sirvió para poner en libertad a tres oficiales de la fuerza que fueron secuestrados por los presuntos asesinos, agregó el jefe policial. El secretario de Estado de Comunicación, Frantz Exantus, había confirmado previamente las detenciones en su cuenta de Twitter agregando que "la democracia y el pueblo haitiano acusaron este golpe fatal".

El primer ministro Joseph declaró el Estado de sitio en todo el territorio y anunció que el Ejecutivo estará en los próximos 15 días en sus manos y en las del Consejo de Ministros hasta que se elija a un nuevo presidente a través de elecciones. Joseph llamó a la calma de la población y aseguró que la "situación de seguridad del país está bajo control". El crimen tiene lugar a falta de poco más de dos meses para las elecciones presidenciales y legislativas, unos comicios en los que Moïse no podía de todas formas ser candidato.

Estado de sitio y llamado a nuevos comicios

"Compartimos el dolor de la familia presidencial. Hacemos un llamado a la población por la calma y la inteligencia del pueblo haitiano en este difícil momento. Mis hermanos y hermanas conocen la batalla liderada por Jovenel Moïse. Fue un presidente que demostró gran valentía. Todos los sectores se unen para condenar este asesinato”, afirmó el primer ministro Claude Joseph, según reportó el diario Gazette Haití.

Joseph decretó el Estado de sitio y garantizó que aplicará el artículo 149 de la Constitución vigente que establece que "en caso de vacantes de la presidencia de la República (...) el Consejo de Ministros, bajo la presidencia del primer ministro, ejerce el poder ejecutivo hasta que se elija a otro presidente". La elección del presidente que completará el mandato de su antecesor, continúa el artículo, "tendrá lugar transcurridos como mínimo 60 días y no más de 120 días después de que ocurra la vacante".

Ataque armado y varias incógnitas

Según informó el primer ministro Joseph a través de un comunicado, el asesinato se produjo en torno a la una de la madrugada hora local cuando un grupo de individuos armados asaltó la casa de Moïse en el barrio de Pelerin, ejecutando varios disparos. Las circunstancias que rodean al asesinato del mandatario todavía son muy vagas. 

El embajador haitiano en Washington, Bocchit Edmond, señaló que en base a grabaciones estaba en condiciones de afirmar que se trató de "un ataque bien planificado a cargo de mercenarios profesionales". Los asesinos se presentaron en la residencia del mandatario haitiano como agentes de la DEA, pero su comportamiento no era acorde con el de miembros de la agencia estadounidense, sostuvo Edmond. 

El embajador explicó que se estaba realizando una investigación sobre el paradero y las motivaciones de los asesinos. "No sabemos si se fueron, y si no están en el país en este momento solo hay una forma de salir y es a través de las fronteras porque no hay aviones", dijo Edmond. Agregó que las autoridades de aviación civil habrían detectado un avión privado, pero el movimiento a través de la frontera pudo haber pasado desapercibido.

La red alternativa de noticias Alter Presse destacó que los periodistas presentes en las calles de Puerto Príncipe minutos después del brutal ataque no notaron la presencia de patrullas policiales en varios puntos de la capital. "Desde hace varios meses, la seguridad no está garantizada. Cualquiera que salga a la calle está expuesto a la violencia de las bandas armadas que deciden, en cualquier momento, disparar a todo lo que se mueva", detalló el medio haitiano. Las calles de Puerto Príncipe lucían prácticamente vacías después del magnicidio.

El primer ministro Joseph le dijo a la radio Magik 9 que "la primera dama herida, Martine Moise, está viva y recibiendo los cuidados que requiere" y los hijos del presidente también estaban a salvo. Más tarde se supo que Martine será evacuada a Miami para continuar allí su tratamiento. "Este es un duro golpe para el país, para la nación, pero no quedará impune. Los autores y los asesinos del presidente Jovenel Moïse responderán de sus actos en los tribunales", enfatizó Joseph.

Crisis política y gobierno por decreto

Jovenel Moïse, un exempresario que levantó varios negocios en el norte del país, su tierra natal, irrumpió en la escena política en 2016 con un claro mensaje de reconstrucción. Luego de triunfar en los comicios presidenciales, el periodo de su gobierno se convirtió en fuente de enfrentamiento político. Moïse decía que su mandato duraba hasta el siete de febrero de 2022 pero otros afirmaban que terminaba un año antes. El desacuerdo se debe a que Moïse fue electo con el 55,6 por ciento de los votos aunque la oposición denunció fraude desde un primer momento.

Sin un Parlamento en funciones, la crisis política se agudizó en 2020 y llevó a Moïse a gobernar por decreto, lo que avivó la desconfianza hacia su figura. El asesinato del mandatario se produce muy cerca de las elecciones presidenciales y legislativas, convocadas para el próximo 26 de septiembre. Moïse había convocado para la misma fecha un referéndum para aprobar una nueva Constitución, un proyecto que no contaba con el apoyo de la oposición ni de la comunidad internacional, que denunciaba que su única intención era perpetuarse en el poder.

Además estaba previsto que el primer ministro Joseph fuera sustituido esta semana luego de tres meses en el cargo. En los últimos cuatro años el país tuvo siete primeros ministros. El momento más grave de la crisis política se vivió el pasado siete de febrero, fecha en la que Moïse denunció que la oposición, con el apoyo de jueces, tramaban un golpe de Estado.

Repudio generalizado

Gobiernos y líderes políticos mundiales repudiaron el salvaje asesinato de Moïse. El presidente Alberto Fernández tuiteó: "Acompañamos al pueblo haitiano y llamamos a la unidad para restablecer el Estado de derecho y la democracia ante este crimen atroz". Por su parte el presidente de Bolivia, Luis Arce, escribió en la misma red social que lamentaba "profundamente el asesinato del presidente de la hermana República de Haití" y condenó los "hechos de violencia que deben esclarecerse".


Durante una conferencia de prensa, el presidente mexicano Andrés López Obrador lamentó el crimen de Moïse y agregó: "Estábamos por enviar 150 mil dosis de vacunas a Haití, que es un pueblo pobre muy necesitado de la ayuda internacional". En tanto el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo en un comunicado que se necesita "mucha más información, pero es una señal muy preocupante de cómo están las cosas en Haití".

El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo estar "consternado y entristecido" y calificó el hecho como un "acto odioso", al igual que el presidente español Pedro Sánchez, quien pidió "un llamamiento a la unidad de las fuerzas políticas para encontrar una salida a la grave crisis que vive el país".