Un tranco más en el osado devenir de Tanghetto. La agrupación acaba de publicar Reinventango, un disco que ya desde su nombre planta bandera de lucha electrotanguera. “La esencia de este trabajo está en el proceso de deconstrucción tanguera, pero llevado un paso más allá”, arranca Max Masri compositor, productor y fundador del grupo nacido allá por 2003, y cuyo haber en discos alcanza a la fecha la suma de ocho. El flamante, incluso, ya está nominado como Mejor Album Orquesta/Grupo de Tango para los premios Gardel. “Es un disco que nos agarra más maduros, con muchos años de laburar juntos y que expande aún más nuestra propuesta artística”, se extiende Max: “Digo esto porque tiene más instrumentos analógicos y menos programados, aunque la tecnología siga siendo parte fundamental de nuestro sonido”.

Lo dicho se traduce en hechos al escuchar la mayoría de los doce temas que pueblan Reinventango, y que también dejan traslucir el perfil bailable y trans de la propuesta. Entre ellos, la pieza epónima, compuesta por Masri, al igual que “Abrazo perdido” y “Pies de Dios”. A ellos, se le suma una singular versión de “Oblivion” (Piazzolla-Ferrer), cantada por Guillermo Fernandez, y temas de pluma compartida como “Ciudad de dos” (Masri-Velázquez). “Lo de Reinventango está ligado al espíritu no binario, a esa necesidad humana de ser genuino con uno mismo… No sé, animarse a reinventarse es algo hermoso”, cuenta el piloto de esta banda que se animó a embestir duro contra loa genes amachimbrados del tango, al proponer quince años atrás un videoclip con la canción “Mente Frágil”, basada en una historia LGBTQ, que se ganó una censura en el Canal de Tango.

Lo que identifica a Reinventango, entonces, es sintonizar con esa historia. “Es más, en un principio el album se iba a llamar Transtango, como el cuarto tema del disco, dado que se trata de un disco inspirado en la comunidad trans”, señala Max, que durante la pandemia armó el EAR, colectivo de Electrotango Argentino que agrupa a otros grupos del palo como Narcotango, San Telmo Lounge, Otros Aires, Las Rositas, Tangorra y Lili Gardes. “La máxima expresión del arte es llevarlo en tu piel, en tu vida… esa valentía a enfrentarse a todo por vivir la libertad plena que es la de ser uno mismo, en eso estamos”.

--Con los riesgos que ello implica, y que ustedes sufrieron en carne propia.

--(risas) Y bueno, si Astor los tuvo, ¿imagine un proyecto de tango liderado por un activista electro tanguero/Dj/LGTBQ? De todas maneras, el hecho de estar nominados a los Gardel ya dice bastante. Por más que en los Grammy latinos ya habíamos estado ternados como mejor disco de tango, que lo estemos en nuestro país tiene otro sabor porque es la tierra del tango. Los argentinos somos tango, y los que han rechazado a Tanghetto finalmente lo han terminado empoderando… Todos los que estamos en la música sabemos lo difícil que es lograr un reconocimiento así.

--¿Les sigue quedando cómoda la definición de “electrotango” o es solamente una etiqueta utilitaria para encajar en el mercado?

--Para mí hace tiempo que somos electrotango argentino, y eso se está definiendo cada vez más. Como en todo, a veces ciertos adjetivos se pueden usar para enaltecer o para disminuir. En aquel momento, la moda del tango electrónico empujaba para arriba, y cuando dejó de estarlo, otros te bajaban el pulgar, pero Tanghetto sobrevivió a ambas. No reniego de ese origen, quiero decir. En el Electrotango se usa la tecnología como un instrumento más.

--Volviendo puntualmente a Reinventango. ¿Cómo fue el proceso de grabarlo en plena pandemia?

--Hubo que reinventar la comunicación entre la banda, aceptar al zoom como forma. Justo nos íbamos a girar por Europa después de unos años y tuvimos que cambiar la energía drásticamente.

--La única versión entre las doce piezas que lo pueblan en “Oblivion”, de Piazzolla-Ferrer, con la participación de Guillermo Fernández. ¿Cómo resultó esa interacción?

--Fue una hermosa experiencia. Guillermo es una leyenda viva del tango y una parte importante de su historia, y tanto su excelencia como su talento se sienten en cada nota. Fue un gran honor para nosotros que colaborara con Tanghetto, en una versión muy diferente, con sonoridad contemporánea y la tecnología como aliada. De nuestros temas, destacaría "Pies de Dios", que está inspirado en la gambeta genial de Maradona… En el video del tema se ve bien claro cómo la gambeta de Maradona es puro tango. Lo compuse después de ver la película Héroes, sobre el mundial 86.

--Con la historia de “Tango del fin del mundo”, otro de los temas clave del disco, se tendría un perfil más integral del disco. ¿Qué hay para decir de él?

--Simple, el mundo en que vivíamos antes muere y nace algo nuevo, un mundo nuevo. Lo que nace: "nuevo orden", "nueva normalidad", "post pandemia", como sea, el mundo de "antes" dejaba de existir mientras grabábamos este disco, y lo interpretamos musicalmente. Este tema refleja precisamente ese momento de muerte, de dolor, de angustia, de incertidumbre y a la vez de cierta semilla de esperanza de vida en lo que vendrá.