Los intentos del genocida Norberto Apa para librarse de una nueva condena por crímenes de lesa humanidad no surtieron efecto. Este jueves y después de que peritos del Cuerpo Médico Forense lo habilitara, el Tribunal Oral Federal número 4 de San Martín leerá, solo para él, el veredicto en el juicio sobre violaciones a los derechos humanos de militantes de la Contraofensiva de Montoneros en el que Apa es acusado, y que permanecía en suspenso desde hacía poco más de un mes. En tanto, dos de los otros cinco condenados en aquel debate fueron trasladados desde sus casas a la unidad penal de Campo de Mayo. Periodistas del medio comunitario La retaguardia que cubrían ese traslado fueron agredidos por familiares de los represores.

La ministra se Seguridad, Sabina Frederic, se solidarizó con los agredidos vía Tuiter.


Respecto de Apa, le llegó su hora. “Reanúdese el proceso respecto del imputado Norberto Apa”, dictaminó este miércoles el presidente del TOF número 4 de San Martín, Esteban Rodríguez Eggers, tras considerar las conclusiones de la segunda junta médica realizada por un conjunto de peritos del Cuerpo Médico Forense, la querella particular, la querella de la Secretaría de Derechos Humanos y las defensas para evaluar la salud mental del represor.

El pasado 10 de junio, el tribunal condenó a prisión perpetua a cinco jerarcas de la Inteligencia del Ejército por casi 100 casos de secuestros, torturas y en algunos casos, muerte, durante la última dictadura cívico eclesiástica militar contra personas que participaron de la denominada Contraofensiva de Montoneros. Apa era el sexto acusado en ese juicio, pero por pedido de su defensa quedó apartado esa misma mañana. Sus abogados alegaron que el represor, que ya purga una condena por su participación en el terrorismo de Estado, sufría “deterioro cognitivo”.

Para los y las peritos que lo examinaron vía Zoom el lunes pasado, Apa “activamente simula y sobresimula un cuadro psicopatológico”. Según les perites Mónica Herrán, coordinadora del Departamento de Psicología del CMF; y el médico Maximiliano Luna, el represor no prestó una “adecuada colaboración” con la evaluación y que mantuvo una actitud “de reticencia, oposición y refractariedad” a las intervenciones de los profesionales. Por ello y “dado el vigor psíquico” que requiere mantener “la oposición activa y sobreactuada”, Apa “no” presenta “impedimentos para participar en el proceso penal en curso”, concluye el informe al que tuvo acceso PáginaI12.

Es la segunda evaluación que el TOF número 4 de San Martín ordenó desde que suspendió provisoriamente el proceso para el caso de Apa. El primero, realizado la semana pasada, había confirmado el cuadro de “debilitamiento psíquico” de quien fue jefe del Destacamento de Inteligencia 201 de Campo de Mayo, pero fue resistido por las partes acusadoras que denunciaron inconsistencias en las conclusiones.

Este jueves a las 9.30, el represor Apa tendrá la posibilidad de decir lo que quiera ante los jueces del tribunal, fiscales, abogados y abogadas querellantes y defensores. A las 14, Rodríguez Eggers leerá el veredicto en su contra. La audiencia será presencial en la sala de Audiencias de la calle Pueyrredón, en la localidad bonaerense de San Martín.

Agresiones a periodistas

Aquel fallo del pasado 10 de junio en el juicio de lesa humanidad por los hechos contra la Contraofensiva de Montoneros fue histórico por varias razones. La orden de que los cinco jefes de la Inteligencia represiva que oyeron el veredicto cumplan sus condenas a prisión perpetua en cárcel común es una de ellas. Luis Angel Firpo y Marcelo Cinto Courteaux ya estaban en prisión, pero Roberto Dambrosi, Jorge Bano y Eduardo Ascheri permanecían en sus casas. Hasta ayer.

Tras correspondientes evaluaciones médicas que así lo avalaron, el TOF ordenó la detención y el traslado de Ascheri y Bano. El primero fue jefe de la División Planes del Departamento de Inteligencia (G2) del Comando de Institutos Militares; el segundo, de la División Operaciones del mismo departamento. En la cobertura de esos hechos, mientras aguardaban en las inmediaciones de las casas de ambos, tres integrantes del medio comunitario La Retaguardia fueron agredidos mediante amenazas y golpes por familiares de los represores.

Al ver al equipo periodístico en la puerta de la casa de Bano, sus familiares comenzaron a fotografiarlos. “¿Por qué nos sacan fotos”, preguntaron Bárbara Barros y Lorenzo Dibiase, de La retaguardia. “Estamos haciendo lo mismo que ustedes”, respondieron desde la casa. La prepoteada fue desarrollada por una mujer, la hija del represor, y un hombre que la acompañaba.

--Nosotros somos periodistas, ¿nos van a venir a buscar después?--.

--Me gustaría, como a los otros 30 mil, pero ahora no podemos--, amenazó el hombre. Más tarde, Dibiase recibió una patada mientras registraban el traslado en un auto civil. Llamativamente, a Bano no lo fue a buscar un patrullero.

En el caso de Ascheri fue su hijo quien ejerció las amenazas. Primero exigió a los gritos a la Policía que echara a Natalia Bernades, reportera gráfica, de la cobertura, sin éxito. “Me cuestionó, me gritó quién era, por qué estaba ahí, trató de intimidarme para que me vaya”, relató la joven. Entonces, estalló: “Todo vuelve”, dedicó, entre otras cosas.

Desde el medio, vincularon los hechos con los comentarios negacionistas y progenocidas que han registrado, desde hace algunas semanas, en los videos de las audiencias de los juicios de lesa que vienen transmitiendo desde el año pasado. cubriendo desde el año pasado.

La fiscal auxiliar en el juicio, Gabriela Sosti, repudió los hechos y consideró que “no puede ser que “esta gente siga amenazando, agrediendo y dispuestos a dar el zarpazo cuando puedan”. El Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) sumó su rechazo a “la violencia contra les compañeres que se encontraban realizando su labor de informar”.