El torneo de Primera División arrancó contaminado por la interferencia cada vez mayor que en los últimos tiempos, los certámenes continentales ejercen sobre la actividad local. Salvo Independiente (que recién jugará el jueves ante Santos su desquite por los octavos de final de la Copa Sudamericana), el resto de los equipos participantes de las dos competencias puso en la cancha formaciones alternativas. Boca, Vélez, Racing, Arsenal, River y Argentinos hicieron una rotación más amplia preservando a la mayoría de los titulares o haciéndolos jugar escaso tiempo. Defensa y Justicia, en cambio, no cuidó tanto: sólo introdujo cinco variantes en su derrota por 2 a 1 ante Huracán en Parque Patricios.

En cierto modo, la decisión es comprensible: esta semana se resuelve el paso a los cuartos de final de la Libertadores y la Sudamericana y los equipos argentinos no llegan bien pisados. Salvo Racing que igualó 1-1 con San Pablo en el estadio Morumbí y definirá como local en Avellaneda, el resto corre riesgos de quedarse afuera. Boca (que empató 0-0 con Atlético Mineiro en la Bombonera), Vélez (que derrotó por un estrecho 1-0 a Barcelona de Ecuador en Liniers), River (que igualó 1-1 con Argentinos en el Monumental) y Defensa y Justicia (que perdió 1-0 con Flamengo en Florencio Varela) definen como visitantes. Argentinos, Independiente (que fue derrotado 1-0 por Santos en Brasil), Arsenal (que también cayó de visitante por 2-1 ante Sporting Cristal en Perú) y Rosario Central (que empató 2-2 con Deportivo Táchira en Venezuela) tienen el alivio de hacerlo en condición de local. Pero también la obligación de ganar para poder clasificarse. 

Ningun equipo está en condiciones de dejar pasar el millón y medio de dólares que paga la Conmebol por avanzar a los cuartos de final de la Libertadores y los 600 mil que abona por la misma instancia de la Sudamericana. Además, los títulos continentales parecen brillar mucho más en las vitrinas y en la consideración de los hinchas que los de nivel local. Por esa razón, dirigentes, técnicos y jugadores ponen allí su foco en perjuicio de un torneo argentino que además de todos los problemas que sobrelleva, debe soportar que le retaceen sus nombres más relevantes, que no son tantos por otra parte.

El aumento indiscriminado de la participación argentina en los torneos continentales seguirá implicando en paralelo una devaluación de la actividad local en la medida que los clubes opten por aquellos en detrimento de esta. Lo que sucedió durante el último fin de semana, con siete equipos alternativos jugando la primera fecha, resultó un exceso. Pero a ninguna institución, a ningún dirigente y a ningún entrenador les interesa demasiado cuidar el fútbol de Primera. Mandan los dólares y la figuración internacional que otorgan la Libertadores y la Sudamericana. El torneo de los fines de semana es apenas un pretexto para llegar hasta allí.