El presidente Donald Trump está a punto de lograr una de sus mayores conquistas políticas desde su asunción: la aprobación de su nueva ley de Salud, que dejará sin efecto la vieja “Obamacare” de su predecesor y quitará la cobertura médica a 24 millones de estadounidenses. Los republicanos, quienes presionaron a Trump para que endureciera su primer borrador, ya aseguraron a varios medios que tienen las bancas necesarias para que se apruebe la iniciativa hoy en la Cámara Baja, aunque el New York Times consideró que habrá un resultado muy ajustado.

Después de haber congelado el proyecto en marzo por falta de apoyo, Trump someterá otra vez a votación la iniciativa que incluye modificaciones de ciertos aspectos del texto final a pedido del sector ultraconservador de su partido, sobre todo del grupo “Caucus de la Libertad”- un grupo de legisladores que reúne una treintena de miembros que consideraba que el texto era “tibio”-.

Hoy será necesario el visto bueno de 216 de los 238 congresistas que integran el Congreso para modificar la legislación actual y desmantelar sus disposiciones básicas, incluyendo los subsidios para ayudar a la adquisición de seguros médicos, la expansión del Medicaid, un programa para el acceso sanitario a la gente de bajos recursos, y la implantación de un sistema de créditos para la adquisición de planes privados.

Este último punto en particular es uno de los más controversiales porque estipula que la ley ayudará a la gente a partir de la emisión de créditos fiscales reembolsables, que luego podrán utilizar para pagar la cobertura de prepagas privadas. En otra de sus medidas a favor del capital privado, se eliminarán los impuestos a las aseguradoras, los fabricantes de medicamentos, dispositivos y maquinaria de salud.

“Tenemos suficientes votos”, expresó ayer por la noche el líder mayoritario de la Cámara, Kevin McCarthy, después de que la enmienda propuesta por el representante Fred Upton de Michigan terminara de convencer también a los más moderados dentro del partido con el aumento del presupuesto por 8 millones de dólares.

La medida, sin embargo, enfrenta todavía un muro de oposiciones entre los demócratas y las asociaciones de médicos que creen que esa partida será insuficiente para tratar a los grupos de alto riesgo sin seguro con condiciones médicas pre-existentes. "Ninguno de los ajustes legislativos en cuestión cambia el grave perjuicio para los pacientes y el sistema de atención de la salud" , dijo el Dr. Andrew W. Gurman, el presidente de la Asociación Médica de Estados Unidos.

El líder demócrata Chuck Schumer, por su parte, indicó que la última propuesta de Upton es “como medicina para la tos en la administración de medicación a una persona con cáncer en cuatro etapas” y consideró que la enmienda deja en una situación de suma vulnerabilidad a los sectores de menos recursos.