La pandemia, la Copa América y las fechas comprimidas por las múltiples competencias llevaron a que los equipos argentinos clasificados a las instancias finales de los certámenes internacionales salieran a escena prácticamente sin rodaje, a excepción de algunos amistosos. Frente a esta situación, cabe analizar qué papel cumplieron los mánagers, secretarios técnicos y representantes de los Consejos de Fútbol de las instituciones afectadas para anticipar esta situación e intentar salir bien parado. Lo que a corto plazo significaba avanzar a cuartos de final y en el caso de la Copa Libertadores embolsar un premio extra de 1,5 millones de dólares.

En este plano River también fue el principal ganador. Porque en silencio, sin dar pistas, Francescoli logró gestionar la incorporación de Braian Romero. Y este delantero que venía con números top desde Defensa - 18 goles en 18 partidos internacionales – empezó a amortizar los tres millones de dólares que se pagó por el 80% de su ficha. El futbolista de 30 años surgido de Acassuso asistió a Matías Suárez en el empate 1-1 ante Argentinos, en El Monumental, y aportó un doblete para sentenciar la serie ante su ex equipo. El otro cambio en la lista de buena fe de la copa fue la incorporación de Enzo Fernández, volante surgido del club que anduvo bien en Defensa y fue reincorporado. Ingresó en ambos partidos: media hora en uno y con el tiempo cumplido en el otro.

En la vereda de enfrente, el conjunto de La Paternal tiene a Raúl Sanzotti como mánager desde 2012. El ex arquero del club ganó adeptos en los últimos mercados al incorporar futbolistas interesantes que habían quedado libres de otras instituciones. En el último receso sumó a Enzo Kalinski, que había finalizado su vínculo con Estudiantes, a Nicolás Reniero, a préstamo de Racing, y a Luciano Gómez, en la misma condición desde Banfield. El único que tuvo acción en la serie fue el atacante cedido por el conjunto de Avellaneda, aunque sin la puntería suficiente para alterar la suerte de su equipo.

En Boca, la ansiada séptima Libertadores deberá esperar. A simple viste aparecerán los fallos arbitrales que le impidieron festejar el gol de Diego González en la Bombonera y el de Marcelo Weigandt, en Belo Horizonte. Sin embargo, un análisis más fino dirá que el Consejo de Fútbol liderado por Juan Román Riquelme no logró transacciones que reforzaran al equipo que la temporada pasada fue eliminado por Racing en semifinales de la Copa de la Liga Profesional.

Mientras Weigandt, que regresó de Gimnasia, hacía méritos para convertirse en un héroe inesperado, la dirigencia abrochaba un cuatro para que supuestamente sea titular: Luis Advíncula. El peruano todavía está por aterrizar y luego tendrá que hacer el aislamiento obligatorio.

En la delantera, el nombre de peso que hiciera olvidar o por lo menos no pensar tanto en la salida de Carlos Tevez tampoco llegó. Ni Edinson Cavani, ni los colombianos Roger Martínez y Miguel Borja se pusieron la nueve ante Atlético Mineiro. Nicolás Orsini, comprado a Lanús, y Norberto Briasco, sumado desde Huracán fueron las incorporaciones para ese sector. Y si bien ambos hombres de ataque podrán aportar goles en el futuro, no eran centrodelanteros contrastados para ponerse la pilcha y salir a jugar una instancia decisiva (Orsini acompañaba a Sand, que cumplía esa función como definidor, y Briasco era ladero de Mendoza o Cordero). 

Esteban Rolón, un mediocampista que también llegó de Huracán y a quien Riquelme conocía de Argentinos a través de su hermano, tampoco aportó más respuestas que las que venían dando los juveniles de la cantera xeneize. De hecho fue uno de los que falló su penal en la definición. 

En Avellaneda también se viven tiempos convulsionados. Tras la ruidosa salida de Diego Milito a fines del año pasado, Rubén Capria fue presentado como mánager el 11 de enero. De su mano llegó Juan Antonio Pizzi, quien vive con la soga al cuello desde su asunción por la presión de la dirigencia. Igualmente logró meter al equipo en la final de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol. De cara a una serie compleja ante el poderoso San Pablo dirigido por Hernán Crespo, el “Mago” trajo del Atlas de México a Javier Correa, recuperó al ídolo Lisandro López (que volvió de USA por temas personales) y a Marcelo Meli, que regresó del fútbol israelí. Correa entró en el Morumbí y prácticamente jugó toda la etapa complementaria ante los brasileños, a quienes le marcó el tanto del honor en la derrota 3-1. López, referente de la institución, y Meli, que no había sido tenido en cuenta en el equipo en sus etapas anteriores, no pisaron la cancha.

El otro poderoso de la ciudad, Independiente, también terminó su andadura internacional al encontrarse con un conjunto de Brasil. El Rey de Copas se despidió de  la Copa Sudemericana tras perder 1 a 0 ante Santos en la ida e igualar en uno en la vuelta. El puesto de mánager brilla por su ausencia tras la renuncia de Jorge Burruchaga el 4 de enero. Más allá de los rumores, ni Nicolás Burdisso, ni Daniel Montenegro ni Roberto Nanni llegaron para reemplazarlo. Asediado por la situación financiera, sólo sumó a Joaquín Laso. Sin embargo, la inhibición económica no logró ser levantada a tiempo y el marcador central proveniente de Central no jugó los partidos decisivos.

Por el lado de Vélez, donde el ex arquero Pablo Cavallero cumple el rol de mánager, la situación no fue mejor. Carlos Lampe, arquero que se destacó en la Copa América con Bolivia; Leo Jara, libre de Boca, y el defensor uruguayo Enzo Martínez, libre de Peñarol, son las caras nuevas del plantel de Mauricio Pellegrino. Pero ninguno de los tres estuvo a disposición en los duelos más importantes que tuvo el conjunto de Liniers en los últimos años, ya que no clasificaba a la Copa Libertadores hace siete años.

Para colmo, Thiago Almada y Francisco Ortega, dos de los mejores jugadores del plantel, se ausentaron de los encuentros por su convocatoria al seleccionado olímpico de fútbol. Argentinos Juniors también perdió a otro baluarte: Fausto Vera. Los grandes, en cambio, no tuvieron ese “problema” porque no aportaron a sus mejores futbolistas jóvenes al plantel conducido por Fernando Batista.

Fiel a su costumbre, Defensa se movió rápido en el mercado. El conjunto de Florencio Varela tiene una secretaria de futbol liderada por Diego Lemme, hijo del presidente del club, José Lemme. Ésta cuenta, a su vez, con una secretaria técnica que se encarga del scouting. Así logran atraer futbolistas de buen pie, que tal vez llegan sin mucho rodaje en busca de continuidad. La fórmula viene siendo exitosa en las últimas campañas, más allá de los cambios abruptos que se dan en el plantel por las partidas a mansalva. Nueve jugadores se fueron y ocho llegaron. Lucas Barrios (libre de Gimnasia), Alexis Soto (Racing), Tomás Cardona (Godoy Cruz), Rodrigo Contreras (libre de Aldosivi), Braian Rivero (Newell’s), son algunos de estos y fueron protagonistas de las derrotas ante Flamengo. En este caso la potencia futbolística y económica del campeón de la Libertadores 2019 pudo más que cualquier estrategia en el mercado de pases invernal.

Volviendo a la Sudamericana, se destaca el pase a cuartos de final de Central. El elenco rosarino tiene a Raúl Gordillo como secretario deportivo desde mediados de 2019. El “Mono” tuvo poco margen de maniobra en este mercado ya que las arcas canallas no pasan por su mejor momento. Igualmente pudo abrochar el regreso de Milton Caraglio (Atlas), a Leandro Desábato (libre de Cerezo Osaka) y a Ricardo Garay (libre de Nacional de Paraguay). Ninguno de los tres estuvo disponible para los duelos ante Tachira, de Venezuela, y la solución llegó gracias a un golazo de Emiliano Vecchio.

Como le pasó a Independiente, Arsenal también se despidió de la Sudamericana en la reanudación. Pulciano Aquino, emblema del club y manager desde 2018, tampoco tuvo mucha billetera para grandes erogaciones. Se fueron cinco jugadores y llegaron otros cinco. Uno de ellos fue Nicolás Mazzola, quien entró a la cancha ante Sporting Cristal y anotó la apertura del marcador en Perú. El conjunto local reaccionó y dio vuelta el partido en los últimos diez minutos. Y se llevó un empate en el partido de vuelta en Sarandí. De esta forma el sueño de repetir la consagración de 2007 quedó trunco.

Con poco tiempo de acción y una moneda devaluada los movimientos se dieron a cuentagotas. Queda claro entonces que River también fue el más astuto afuera de la cancha, porque a pesar de perder a su goleador (Rafael Santos Borré) cerró un reemplazante de garantía sin levantar la perdiz. Y éste ya le dio sus primeros frutos.