El río Paraná incrementó su altura en diferentes ciudades de Entre Ríos durante los últimos siete días, pero continúa lejos de sus niveles normales para junio, y muy por debajo de su nivel de aguas bajas.

En la capital entrerriana presentó este lunes una altura de -22 centímetros (debajo del nivel del mar), la peor situación hídrica detectada desde 1944; y lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en julio (3,10 metros).

El Instituto Nacional del Agua (INA) apuntó que julio será "especialmente crítico", y alertó que en Paraná podría llegar a -30 centímetros a fines de mes.

Además, indicó que la tendencia descendente "continuará predominando en los próximos tres meses" al menos, y espera impactos en "las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales".