Un hombre de 34 años fue imputado ayer como el tercer homicida de David Moreira, el joven que fue linchado en barrio Azcuénaga tras un hecho de robo, en 2014. Cristian A. llegó a la Fiscalía pasadas las 14 de ayer, donde el fiscal Florentino Malaponte le achacó haber participado de la paliza mortal al chico de 18 años. La principal prueba en su contra es un mensaje de Facebook en el que afirma "le dimos para que tenga", en referencia a la agresión desenfrenada que dejó inconsciente a David, y le provocó la muerte tres días después. La demora en la acusación tuvo que ver con la reticencia que encontró el fiscal en la red social cuando solicitó información sobre el perfil del sindicado. Sin embargo, tras insistir, se constató que el mensaje había sido escrito desde un usuario asignado a un número de teléfono coincidente con el del acusado. Además, testigos del hecho describen a un muchacho "flaquito, pelado y bajito" como quien le tiró la moto encima al cuerpo ya convaleciente de David. "Pasaron tres años y el barrio hace silencio. Si robó, mi sobrino tendría que haber pasado este tiempo preso, no en el cementerio", dijo Anabela.

La causa ya está encaminada hacia la acusación y a la espera de una fecha para la audiencia preliminar al juicio a la que Fiscalía y querella llegarán con diferentes pedidos: Malaponte asegura que se trata de un "homicidio en agresión" (o en riña), cuya pena va de 3 a 6 años de prisión; mientras que el abogado de la familia, Norberto Olivares, insiste con que se trató de un homicidio agravado por ensañamiento y alevosía, cuya pena es de prisión perpetua.

"Hay muchas fotos del padrino", le dijo a Anabela su pequeña hija, mientras señalaba las imágenes con el rostro de David, frente a la Fiscalía de Homicidios, donde organizaciones sociales y familiares se manifestaron para pedir justicia. "El imputado no quiso hacer declaraciones, solamente negó el hecho", dijo Olivares al salir de la audiencia, en la Unidad de Homicidios, ya que se trata de una acusación en libertad para el hombre que se presentó como "desocupado", pese a las versiones de que trabaja con un taxi. "Le imputó lo mismo que a los otros dos acusados", dijo el letrado; quien agregó: "La principal evidencia que tiene el fiscal es el comentario del perfil de Facebook del acusado en el que él mismo se involucra. Además, hay una confirmación de la red social de que ese usuario coincide con el número de teléfono del acusado. Indudablemente, hizo el comentario desde el celular".

Por otro lado, se suma la evidencia de una descripción de testigos que "hablan de una contextura física particular: flaquito, peticito y pelado, que es coincidente con lo que vimos hoy de esta persona". Olivares aclaró además que los tres imputados, Cristian A., Nahuel P. y Gerardo G. "actuaron en comunión de ideas para terminar con esta situación. De hecho todavía se pueden ver comentarios en su perfil de Facebook que reivindican su accionar de aquel día", utilizando otros casos.

El letrado fue más allá y habló de esta causa en el contexto social y político actual: "Si medimos a espesura subjetiva de la sociedad, indudablemente tenemos el peor de los climas, pero son momentos en los que se miden las convicciones", afirmó. "No hay que permitir los linchamientos ni la calificación de homicidio en riña, como se pretende, porque si esto se forja como antecedente se arma una bandita y actúan, porque el mensaje es que la investigación y la pena puede transcurrirse en libertad", lamentó.

Con la nueva acusación, Olivares indicó que no habría más imputaciones y que se espera que los tres sindicados lleguen a juicio oral, este año. En los próximos días, Malaponte presentará acusación, luego deberá hacer lo propio la querella y así la causa llegará a una audiencia preliminar para que cada parte fije su postura y un juez resuelva si las pruebas alcanzan para ir a juicio.

El crimen se perpetró el 22 de marzo de 2014, cuando David e Isaías D. ‑que fue condenado por robo‑ participaron de un hecho de robo en el que Moreira quedó atrapado por una horda de vecinos que lo atacaron a patadas y puñetazos por todo el cuerpo. La cuadra de Marcos Paz al 5400 se convirtió en el escenario del salvajismo, que lejos de generar empatía despertó el debate por la mal llamada justicia por mano propia. Los golpes dejaron semiconsciente a David, tirado en el asfalto. La investigación dio cuenta de que la víctima fue arrastrada unos 50 metros y en ese trayecto le golpearon la cabeza con la puerta de un auto. El fiscal sostuvo que el ataque duró unos 15 minutos. David murió tres días después por los traumatismos provocados. "Ya casi no respiraba. ¿Qué necesidad había de seguir golpeándolo y tirarle la moto encima?", lamentó Anabela.