Obsesionadas en encontrar una respuesta concreta a las necesidades alimentarias de una población en crecimiento, y sin perder de vista las problemáticas medioambientales, un grupo de investigadoras de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del CONICET desarrollaron y patentaron un método tecnológico capaz de incrementar el ciclo de vida de las plantas al mismo tiempo que logra aumentar sus capacidades productivas.

“La invención puede mejorar, de manera disruptiva, rasgos de importancia agronómica de cultivos generando incrementos notables en el rendimiento, la resiliencia y la sostenibilidad”, destacó Renata Reinheimer, doctora, investigadora independiente del CONICET y profesora asociada de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL, acerca del modelo de mejoramiento vegetal que permite obtener plantas con un ciclo de vida más largo, capaces de incrementar su biomasa, producir más semillas y adquirir una mayor resistencia al estrés.

Reinheimer afirmó que “estas tecnologías son muy útiles para poder convertir los cultivos anuales en cultivos perennes y hacerlos, además, competitivos y sostenibles ambientalmente”. Los cultivos perennes se caracterizan por tener varias cosechas y un ciclo vegetativo mayor a un año, lo que permite producir utilizando una menor cantidad de recursos. Este trabajo adquiere una vital importancia en un mundo en el que el 70% de sus tierras arables están ocupadas por cultivos anuales que, “si bien logran producir muchísimo”, según la experta, “generan una dependencia de los insumos agroquímicos, altos costos de producción y movimiento de maquinaria agrícola, que genera una importante huella ecológica promoviendo la erosión” de los suelos.

“Esto puede mejorar de manera disruptiva los rasgos de importancia agronómica de cultivos, generando incrementos notables en su rendimiento”.
Renata Reinheimer,investigadora del CONICET.

Esta nueva tecnología, realizada por el equipo de investigación del Laboratorio de Evolución del Desarrollo del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral, dependiente de la UNL y del CONICET, está protegida gracias a un patentamiento conjunto entre ambas instituciones nacionales firmada en 2019 ante el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) por el área de Propiedad Intelectual del Centro para la Transferencia de los Resultados de la Investigación (CETRI Litoral) de la UNL. Además, a fin de continuar con el desarrollo tecnológico y su futura comercialización, se creó la empresa Infira S.A, única firma licenciataria creada específicamente para la explotación de esta tecnología.

“Es de suma importancia este hecho, ya que desde la Universidad se ha estimulado siempre la creación de este tipo de empresas, basadas en el conocimiento y que generan muchísimo valor”, destacó Christián Nemichenitzer, director del CETRI Litoral quien, además, agregó que “la licencia cuenta con las condiciones adecuadas para que la empresa pueda participar de rondas de inversión de capital de riesgo, lo que le permitirá a Infira crecer exponencialmente en su valuación de mercado”.

“En todo este proceso, las instituciones del sistema científico tecnológico tienen instrumentos que facilitan, acompañan y promueven este tipo de proyectos, asumiendo el importante rol que tienen a nivel social”, expresó el secretario de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNL, Javier Lottersberger, quien, concluyó orgulloso, que “el licenciamiento a una empresa local, surgida de los mismos investigadores, permite también la generación de más trabajo en la región”.