En el último informe de política monetaria, el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, anunció una nueva estrategia de intervención en el mercado de cambios. Dejó trascender que se va a dejar atrás la postura de “chiquilín que miraba desde afuera” a la oferta y demanda de divisas, para empezar a participar de manera directa en el mercado. Para ello, en el próximo año y medio, el BCRA buscará adquirir 25.000 millones de dólares hasta alcanzar un ratio de reservas/PIB similar a la de vecinos de la región: Brasil 18 por ciento, Chile 15 y Colombia 16. Hoy, es del 10 pro ciento en Argentina. 

 Se buscaría de ese modo cumplir con los criterios necesarios que permitan incluir a la Argentina en los índices financieros de países emergentes. Aunque se sabe que la razón principal es que la autoridad monetaria necesita establecer un piso a la cotización del dólar.

Considerando las vulnerabilidades que presenta la economía argentina hoy la estrategia de recompra de dólares es oportuna. En el contexto actual, donde se eliminaron todas las regulaciones de capital hasta niveles previos al colapso de la convertibilidad, existe una mayor exposición e intensidad en la circulación de flujos de capitales de corto plazo. Los países emergentes saben que un tipo de cambio flotante no los aísla por completo de riesgos de una súbita reversión de los flujos de capitales. Por ello, recomponer reservas sirve de medida macro-prudencial, que reasegura el poder de fuego del BCRA frente a una eventual corrida.

 No obstante, el interrogante es hasta qué punto esta política será sostenida y si es compatible con otras que el BCRA también se ha planteado. La estrategia de recompra de reservas anunciada es distinta a la de 2004/2008 donde existía superávit de cuenta corriente y un sostenido aumento de la demanda de dinero producto del fuerte crecimiento económico. Ahora, se busca comprar “dólares excedentes” cuyo origen es el endeudamiento externo. De modo que la estrategia actual tiene un doble costo que en aquel momento no existía. 

 En el corto plazo, el hecho de recomponer reservas en simultáneo a una política de tasas altas incrementa el costo financiero de esa decisión. Los pesos extra que se emiten para comprar reservas deben ser esterilizados a un costo financiero mayor al 24 por ciento, contra un 1,5 por ciento que rinden las reservas en dólares con estabilidad cambiaria. En el largo plazo, debe tenerse en cuenta que el repago de la deuda es en divisas. Por lo que el esfuerzo en términos de recursos no es solo fiscal sino de capacidad exportadora. 

 Por lo tanto existe un dilema al momento de intervenir, y el origen de éste es el problema conceptual que el BCRA tiene sobre el dinero y la inflación en la gestión monetaria. El BCRA sostiene que el dinero es endógeno al seguir un esquema de Metas de Inflación, pero sigue preocupado por los agregados monetarios, observando la cantidad de dinero en circulación con reminiscencias a la teoría cuantitativa.

 Por el lado de los aumentos de precios, para el BCRA no existe ni la inflación cambiaria ni de costos. Por ende, la meta de inflación anunciada no se vería afectada si en la oficina de enfrente, otro funcionario está ajustando las tarifas de los servicios públicos, haya una devaluación o suban los precios de los commodities. En la visión del Central por cada precio que sube debería haber uno que baje si las expectativas están ancladas y la cantidad de dinero crece razonablemente. La inflación es siempre de demanda agregada por más que no se vean colas de gente por ningún lado, o que las únicas filas sean en las fronteras para cruzar a comparar bienes a países vecinos.

 En definitiva, la mejor estrategia para recomprar reservas es con crecimiento y manteniendo una tasa de interés real en pesos baja. Los objetivos de política monetaria deben ajustarse a los de crecimiento y distribución. Y a medida que la economía crece la monetización de la economía hace su trabajo porque permite expandir la masa de dinero circulante y con ello la recompra de reservas.

* Integrante del Departamento de Economía Política/CCC e Idaes/Unsam.