En la primera jornada tras la obtención de un rotundo triunfoi del oficialismo en los comicios legislativos porteños, los mercados cambiario y bursátil respondieron favorablemente a las expectativas oficiales. El dpólar, en sus diferentes variantes, se manifestó a la baja, aunque levemente, mientras que las acciones de empresas privadas reflejaron alzas tanto en sus cotizaciones locales como en los títulos que cotizan en el exterior.
El dólar comenzó la semana en baja, cotizado a $1.159,37 para la venta en el promedio de las entidades financieras que publica el Banco Central (BCRA). En el Banco Nación, el billete descendió a $1.105 para la compra y a $1.155 para la venta. En tanto, el dólar mayorista cerró un peso debajo del valor del viernes, a $1.141, lo que representó su primera caída en cuatro ruedas.
A su vez, el dólar Contado con Liquidación (CCL) cotizaba a $1.162,51 con una merma de casi el 1,4%, mientras que el MEP perdía 0,9% a $1.145,07.
El dólar blue cerró sin cambios a $1.145 para la compra y a $1.165 para la venta, y acumuló cuatro jornadas sin caídas, tras haberse ofrecido a $1.170 al mediodía.
El viernes pasado, las reservas internacionales del Banco Central finalizaron el día en u$s38.346 millones, lo que representa una caída de u$s 218 millones en comparación al miércoles.
Mientras los índices de Wall Street finalizaron con una suba mínima -tras haber operado en baja casi toda la rueda-, el índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires subió 2,2%. Entre los ADR y acciones de compañías argentinas operadas en dólares en Wall Street se impusieron las ganancias, lideradas por Banco Supervielle (+7%), escoltado por Telecom Argentina (+5,7%).
Los títulos públicos en dólares -Bonares y Globales- cerraron con ganancia del uno por ciento en promedio.
En el mundo de las commodities, se registraron leves alzas tanto en el caso del petróleo como en el de la soja. A su vez, el Bitcoin avanzó 1,4% y el oro 0,9%.
El riesgo país de Argentina se ubicó 651 puntos básicos.
Tras el primer desembolso que envió el FMI, las Reservas Internacionales subieron unos u$s 12.000 millones, pasando de u$s 24.305 millones a u$s 36.799 millones, monto clave para mantener el nuevo esquema cambiario en caso de necesitar intervenir.
Trump con nota más baja
La agencia de calificación Moody´s le retiró la nota "Aaa" a Estados Unidos, con lo cual dejó de formar parte del grupo de países considerados con el máximo nivel de solvencia ante los inversores internacionales..
La decisión de rebajar la nota a "Aa1" fue atribuida al creciente desequilibrio fiscal del país y al aumento sostenido de su deuda pública bajo el gobierno del presidente Donald Trump.
La nueva calificación, si bien representa un peldaño menos en la escala, estuvo acompañada de un cambio en la perspectiva de Moody´s en cuanto a la evolucíón inmediata esperada, al pasar de "Negativa" a "Estable", lo que indica que no anticipa nuevas rebajas en el corto plazo.
Tras conocerse la resolución, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, cuestionó la decisión de Moody’s al considerar que responde a indicadores que no reflejan la actualidad económica. En diálogo con una cadena de televisión estadounidense, sostuvo que "la degradación de la nota está relacionada con las políticas de gasto de la administración anterior, de Joe Biden".
Sin embargo, el recorte se explica por variables concretas. De acuerdo con la agencia, la deuda estadounidense representa el 88 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y su déficit fiscal equivale al 7,5 por ciento del PIB.
Datos del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) muestran que, hacia fines del año pasado, la deuda total del gobierno norteamericano llegó al 120% del PIB, superando el promedio de las economías avanzadas, que se ubicó en 114%.
Además, las proyecciones indican que hacia 2035, el servicio de la deuda —es decir, el pago de intereses— podría consumir hasta el 35% de los ingresos fiscales del país. El año pasado, ese porcentaje fue del 18%.
En su informe, Moody’s también advierte que la propuesta presupuestaria que actualmente se discute en el Congreso "no ayudará a hacer una reducción significativa del gasto ni de los déficits por venir".
Pese a estos riesgos, la perspectiva "estable" implica que, durante los próximos seis a dieciocho meses, no existen señales que anticipen un nuevo ajuste en la calificación. Cabe recordar que Moody’s había colocado la deuda estadounidense en perspectiva negativa desde noviembre de 2024, lo que implicaba que el recorte ya estaba bajo evaluación desde hace 18 meses.